Titulitis asfixiante

1.- Mientras el mundo perece a bombazos y las potencias se arrean unas a otras sin solución de continuidad, a Ciudadanos no le interesa otra cosa que el máster de Cifuentes. Esos títulos, y otros de mayor enjundia, se compran en México por 100 dólares. Lo digo para que quienes quieran exagerar sus currículos, lo que ahora está tan de moda, si quieren pueden darse un viajito a México DF y comprar el diploma chimbo de médico, abogado, economista o ingeniero, falso de toda falsedad, que es exacto al original. De la Universidad que quieran y del país que quieran: Harvard, Princetown, la Complutense o la Rey Juan Carlos. Vaya partida de mentecatos que tenemos en la política en España. En vez de ocuparse de lo fundamental, han corrido todos a sus currículos (bueno, muchos de ellos) a rectificar sus trolas. Pero si me parece que Roldán, aquel que se mamó los cuartos en la Guardia Civil, no tenía ni bachillerato y resulta que aparecía con tres carreras. Pero si Pachi López, que fue lendakari, creo que no pasó de primer curso de una carrera, no dio puto golpe en la Universidad. Pero si el que va a defender la moción contra Cifuentes –vaya moral—se hizo pasar por licenciado en Matemáticas en su currículo, sin serlo. Pero si hasta nuestro pequeño Antona metió de matute una titulación chimba en su biografía, un post grado. Pero, coño, ¿qué está pasando aquí entre hombres y mujeres hechos y derechos? Pero si hasta aquella Leire Pajín adornó su currículo para irse a la ONU o a no sé dónde, con Bachelet; pero si los podemitas de renombre mantienen estudios chimbos en sus referencias curriculares. Pero si Pedro Sánchez es menos en la docencia que un penene, un asociado o algo así de una universidad de tercera. Aquí casi todos los currículos brillantes están en el PP, plagados de registradores de la propiedad (como Rajoy) y de abogados del Estado como Soraya, Cospedal y un montón más, pero estos de verdad, se lo han currado). A la vista de todo ello, todos los que han hecho trampas han corrido a la Internet a borrar sus mentiras, por si acaso les coge la marea. Cifuentes cometió el mismo error de Soria. Tenían ambos que haber mandado, desde el principio, a tomar por saco a sus críticos, no enseñar notas ni nada y decir, simplemente: “Si quieren saber cómo he obtenido el máster, o cuál es mi cuenta corriente en la isla de Man, pregunten en la Universidad o en la isla de Man, o presenten una denuncia, que ya se encargará la Fiscalía de averiguar lo que tenga que averiguar, si es que tiene que averiguar algo”. Hubieran ganado mucho tiempo. Ahora ya sabemos que su máster (el de Cifuentes) está plagado de concesiones absurdas, que por cierto siempre han existido. Y, si no, que se lo pregunten a su compañero de partido Pablo Casado, al alcalde socialista de Valladolid, a un par de podemitas famosos y a más gente que ahora corre como loca a modificar los textos curriculares en sus respectivas corporaciones y organismos. Este ha sido siempre un país de pillos, de mentirosos y de fulleros. ¿De qué coño se quejan ahora?

2.- Ciudadanos está integrado por una serie de niñatos y niñatas, muchos de los cuales han militado en dos o tres partidos anteriormente, que basan su existencia en molestar al PP. Esto les va a pasar factura. Ya la tomaron con una senadora del PP, no sé si de Alicante, o de por ahí, a la que obligaron a dimitir para aprobar los Presupuestos Generales del Estado. La señora –de la que decían que era corrupta, pero sin pruebas– dimitió como senadora del PP, pero se fue al grupo mixto, con lo que no perdió su escaño, sino que lo cambió. Y ahí, incluso, gana más, creo. Vaya estupidez y qué chantaje más pueril. Los vascos son igual de raros: basan su apoyo a los Presupuestos en la retirada del 155 en Cataluña. Eso es confundir el culo con las témporas. Que recen para que les mantengan sus fueros y sus prebendas económicas que colocan a las Vascongadas en un lugar de privilegio dentro de la economía española. Y que sigan con su euskera y sus ikastolas y cargándose en sus herricotabernas (creo que se llaman así) y que se dejen de mariconadas de chantajitos, más propios de otros tiempos.

3.- Y ahora voy a hablar de fútbol, y muy en serio. Este país tiene que dar la sensación de país, sobre todo fuera. Bueno, fuera y dentro. Si los independentistas catalanes (que quieren ir vestidos de amarillo a la final de Copa, ridículos) silban al himno y al rey, yo suspendería el partido. Ya lo hizo Sarcozy en Francia cuando una vez pitaron el himno nacional en un partido de la Selección. El Barcelona, además, va a provocar, jugando con la camisola con la senyera, que no es la estelada, pero que tampoco es su uniforme habitual. En serio, si hay pitos al himno y al rey, yo suspendería el partido. Pero, claro, yo no mando. Y me da que estos timoratos y cobardes que tienen que ver con la decisión se van a acojonar y van a aguantar el chaparrón con estoicismo. Además, es un agravio hacia los andaluces, que exigen que su himno, el de todos los españoles, se escuche con respeto. Como debe ser. Y antes de que haya un choque de trenes, lo mejor es suspender la final, advirtiéndolo antes convenientemente.

Es una publicación de El Diario de Tenerife.com