Sentido del Estado

1.- ¿Saben cuál es el problema? Pues que cada ministro quiere hacer su ley. ¿Y saben cuál es el otro problema? Pues que cada Gobierno deroga las leyes del anterior. Y así no hay forma de construir un Estado. Pero los españoles son así: individualistas y anárquicos y de esa forma no se puede ordenar un país; justamente, porque cada uno va por libre y cree que sabe más que el otro. Teníamos una ley del Aborto que no creaba problemas, pues ahí va Gallardón a contentar a los fachas y a los obispos -que a veces son los mismos- intentando que entre un vigor una nueva ley que es todo un homenaje a la burocracia. Son tantos los trámites necesarios para abortar que las mujeres españolas volverán a ir a Londres a hacerlo. Desde luego, para mí es una norma regresiva y absurda. A este paso, Gallardón va a ser peor ministro que López Aguilar, que ya es ser batata.

2.- No era buena la ley socialista de Educación, sobre todo por el sectarismo de la asignatura de educación para la ciudadanía y por ese empeño en suprimir la religión a unas familias que son eminentemente católicas. Pero si se hubiera retocado un poco, la norma habría valido. Pues, no. Wert , que cuanto menos es polémico y que a mí me cae simpático, se empeñó en ir contra todo y contra todos con una nueva ley que el PSOE, con su nulo sentido del Estado, quiere derogar dentro de ocho años, o más, cuando toque poder.

3.- Y así sucesivamente. Lo que uno crea el otro quiere derogarlo. A este paso va a echar uno de menos a la analfabeta de Bibiana Aído y a la torpe de Leire Pajín , ambas enviadas por ZP a exilios dorados, comprados con dinero público. Esto es más corrupción que el caso Gürtel. Que ya es decir. No tenemos, pues, sentido del Estado, de cómo se construye un país. Sólo saben los de arriba pedir sacrificios a los ciudadanos, exhaustos, mientras ellos se divierten con sus coches oficiales, sus grandes pisos ministeriales, sus sueldos y sus dietas y sus consejos de administración reservados para cuando dejen de ser ministros y secretarios de Estado. Esto también es más inmoral que el Gürtel. Que ya es decir. España es un enorme e impresionante burdel y empezamos el 2014 con la misma sensación de mierda. A ver si se nos va pronto. Esperemos que a ningún otro ministro se le ocurra volver a redactar una ley que nos perturbe y nos zozobre.

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