Prosa florida

Por Andrés Chaves

1.- La cámara regional canaria había brillado por su oscuridad en esta legislatura, aunque la expresión sea oxímora. Los diputados ganan dinero tomándose cortados en el bar y leyendo el periódico en sus escaños. Hasta que llegó Miguel Cabrera Pérez-Camacho y mandó a parar; ha puesto a cada uno en su sitio. A los socialistas les ha dicho que no vale irse de los plenos en masa y luego poner la mano para cobrar, cuando realmente están de compras en El Corte Inglés. Y a los suyos les ha conminado a que permanezcan en sus escaños, atiendan y voten. Me parece muy bien que cada uno cumpla con su trabajo, a millón y pico al mes. Sólo Miguel Cabrera no cobra ni un solo euro de la cámara, ni por sueldos, ni por asistencias, ni por comisiones. Ha renunciado a todo, porque genera posibles de su trabajo como abogado -y de los buenos. Una lección de oratoria en la tribuna y una lección de honestidad en la tesorería de la cámara. Miguel es inspector de Hacienda en excedencia y tiene muy claro cómo deben administrarse los dineros públicos. Cuando Santiago Pérez le dijo, con muy mala leche, señalando a un perro representado en los frescos del techo de la cámara, que se ocupara de él (aludiendo al amor que siente Cabrera Pérez-Camacho por los animales), éste le contestó que seguiría luchando por los animalitos, incluyendo en el lote al mismo Pérez. Buena respuesta. El Parlamento recupera el tono que le dieron Fufú, Viéitez, Olarte, Juan Manuel García Ramos y otros -pocos- señores diputados.

2.- Ha sido una semana oscura y gris. Finalmente el Teide se ha quitado el velo que lo cubre desde hace meses, una especie de burka blanco. Dicen los agoreros que bajo sus pies bulle la lava y que va a salir de un momento a otro. Pero los científicos no se ponen de acuerdo. Yo insisto en que le tengo mucha fe a Juan Carlos Carracedo , que se ha pasado vida y media metido en las faldas del volcán, en sus cráteres y en sus cañadas, y que ha vuelto a decir que no hay motivo de preocupación. Si el Teide se dispara otra vez será de forma amable, no traumática. Pero qué necesidad tienen algunos de asustar a la gente, de asustar al turismo, ahora que tenemos un 26% menos de visitantes. Quédense tranquilos, que si el Teide eructa, avisa antes. Siempre ha sido así.

3.- ¿Me puede alguien decir dónde puedo comprar una máquina de escribir? Necesito una para determinados cometidos que no cumple bien el ordenador y no encuentro el sitio donde comprarla. Tenía que haberme llevado alguna de aquellas Olivettis que usaba yo en los periódicos en los que he trabajado. Cuando me echaron del Diario de Avisos, allá por el 82 u 83, me llevé una grapadora que aún conservo. Me la llevé para tener algún recuerdo de aquellos años de lucha. Me pasó de todo: desde recibir un paquete de mierda por correo hasta lanzarme un hierro que entró como una exhalación por una ventana de cierto despacho y se clavó en la pared, entre la cabeza del coronel Juan Arencibia de Torres , que estaba allí de visita, y la mía. Cosas de la Transición. Añoro los tiempos de tanta caña, donde combatí huelgas injustas, escribí con cierta valentía y luché a mi manera por mi tierra. Ahora estoy hecho un viejo carrucho y me babo cuando duermo. Qué asco.

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