Obsesiones socialistas
1.- Desde dentro me cuentan que la obsesión de Bermúdez, alcalde en almoneda, es no molestar demasiado a Julio Pérez para que este último no le estropee el pacto. Pero quien sí molesta bastante a todos, o a casi todos, es el Niño Bernabé, comisionado por Bermúdez para custodiar la movida interna. Cada vez que se tira un pedo Bernabé, los funcionarios se agitan. Cada vez que Bernabé se lanza un cuesco es para disparar contra el pobre Zerolo , que no ha hecho nada, está callado y ha aguantado, como siempre aguanta, con estoicismo, las diatribas de sus propios compañeros, que en vez de ponerlo a parir tendrían que dedicarle una calle. No está siendo bien visto el ex gerente de Turismo de Tenerife en la corporación. En los próximos días puede haber una escisión, o más, y pueden salir a la luz textos de la corriente de opinión independentista de Coalición Canaria, que tiene gente en la cosa. Suenan tambores, más que lejanos, cercanos. Tambores de guerra. Bermúdez se puede quedar a los pies de Cristina Tavío antes del 20 N, incluso, porque después ya se da por hecho.
2.- Todo han sido sustos para CC este verano. Ricardo Melchior tuvo un percance anestésico (una dificultad en la intubación porque sufre apnea del sueño) que pudo ser grave -pero que no lo fue--, cuando le operaban la espalda, en La Colina. Todo se resolvió bien, pero los médicos se asustaron un poco. Esta dolencia ha tenido a Melchior un tanto disminuido este verano. Y en la renovación de cargos para los comités de Santa Cruz e insular de Coalición Canaria, inminente, ya suenan nombres. Apunten uno: Marisa Zamora. Marisa Zamora no está con Bermúdez, ni lo estará nunca. Y los demás sustos ya los conocen: revolución en El Hierro, donde Belén Allende puede perder el Cabildo; y en La Palma se tambalea CC, por lo mismo. O sea.
3.- Una persona a la que respeto mucho en el Ayuntamiento de Santa Cruz, me dice: "Los socialistas no piensan sino en el asunto de Las Teresitas, en cargarse el edificio de Perrault y en derogar el Plan General. Están obsesionados y pretenden ser dinamiteros de los tres enunciados. Su obsesión es terrible. En Santa Cruz no se mueve una piedra; no tienen capacidad. Ya han visto lo que ocurrió con las terrazas de verano: nada de nada". Yo suscribo, por noticias de otros terceros fiables, lo que me dice mi informador. Los sociatas siempre actúan por obsesiones. ¿Qué hace, si no, el zorro de J.A. Martín en el gallinero de la Gerencia, organismo que visita, día sí día no, el enlutado abogado, cuya parentela trabajó en los sindicatos franquistas? Lo mejor de esta tierra es que no hace falta tumba del soldado desconocido: aquí todo el mundo se conoce.
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