El objetivo es crucificar a Aguirre
1.- En este país en el que los chorizos y acusados por delitos graves entran y salen de los juzgados como Pedro por su casa, quieren crucificar a Esperanza Aguirre por no haber aguantado las impertinencias de unos agentes de movilidad que la pararon y la multaron y por decirles que los esperaba en su casa. El juez ha considerado esta actitud como falta leve, pero ya están dando gritos, los de la izquierda sobre todo, los amigos de quienes se han mamado millones en los ERE de Andalucía, pretendiendo que la crucifiquen. Este es un país de francotiradores, de tipos y tipas apostados en las esquinas a ver a quién cazan para mandarlo al paredón. No ha cambiado nada desde la guerra civil. Siguen los mismos odios, pero como hay más formación intelectual en los dirigentes, pues se atemperan un poco. Pero hay veces que ni eso, que no existe esa formación intelectual sino que sus cabezas son pantanas huecas, sin capacidad para distinguir la chorrada y la mala leche de lo realmente trascendente.
2.- Menos mal que la justicia, aunque lenta y torpona en muchas ocasiones, en otras da en el clavo. Y no lo digo a mi conveniencia, porque yo no conozco a la señora Aguirre, ni la he votado nunca. Pero me da que lo suyo fue un lance igual a los que les ocurren a miles de españoles cada día: aparcan mal porque han ido a sacar dinero al cajero y les caen encima los guardias y los multan. A mí mismo me sancionaron el otro día por aparcar en carga y descarga. ¿Y qué? Pues pago la multa cuanto antes, para que me la dejen en el 50% y se acabó. Para proponer un guardia una sanción no hace falta tener a la persona, y más a una celebridad, más de una hora retenida en el lugar de los hechos, ni pedir refuerzos, ni intentar montar un follón. Lo ciudadanos tienen cosas que hacer.
3.- La izquierda, como siempre, a falta de argumentos, no está de acuerdo con que el juez haya considerado falta leve lo que hizo Aguirre: irse a su casa. Yo también me habría ido, ante la provocación. ¿Qué quería esa izquierda, que la fusilaran al amanecer del día siguiente, como hacían los bárbaros de ambos bandos en la guerra civil? Pues, no, mijos. Estamos en otro mundo y aunque el país haya cambiado poco en sus deleznables y torpes comportamientos, a ver si vamos desterrando ya los fantasmas del pasado y la mala leche del presente. Y no digo más. No tengo ganas.
achaves@radioranilla.com