Los trancaron
1.- Trancaron a los de la mesa de evaluación de las emisoras de FM. Los trancaron porque las pruebas que los letrados de este periódico, los del despacho Munguía&Melián , enviaron a la fiscal Anticorrupción, la archifamosa -muy a su pesar- María Farnés Martínez , son de una contundencia tal que asusta. Hay otras pruebas, descubiertas por RGA Abogados , y que presumiblemente acabarán en manos de la magistrada Lucía Machado , titular del Cinco, donde ha ido a parar la denuncia de la Fiscalía y donde supongo que se van a reunir las docenas de querellas de particulares y empresas afectados. Tenemos a la vista un proceso largo. De momento, a Fernando Ríos Rull , Manuel Martín Almeida Peña , Cándida Hernández Pérez , David Bercedo Toledo y José Luque Brito , miembros de la mesa, muy conocidos en sus casas a la hora de comer, se les atribuye un presunto delito de tráfico de influencias. Pero puede haber más. O no. Yo detesto los juicios paralelos, así que no voy a ser más explícito hasta que se produzcan las primeras decisiones judiciales. Y no las primeras filtraciones, que inevitablemente serán recogidas por unos cuantos desaprensivos.
2.- Por cierto, que el mariconzón (lo digo con cariño) de Carlos Sosa -un tipo socialista de Las Palmas que maneja un diario en la Red- se pasa el día citándome e insultándome, sin venir a cuento, en su bodrio digital. El otro día escribí sobre el hijoputa metafísico; es decir, aquel que es hijoputa, aunque su madre sea una santa. El hijoputa metafísico se califica así, independientemente de las virtudes acreditadas de su progenitora. No me refiero ahora a nadie en concreto, sino en general, pero es muy molestoso que a uno lo llamen constantemente para soplarte que un tipo te insulta, aún sin venir a cuento. A este le dieron los imputados por la jueza Machado una emisora de 8 kw, con la que podría llegar el tío a Sudáfrica. Y el Gobierno de Canarias le contrata sustanciosos banners institucionales en su diario digital, editado por una sociedad que no presenta cuentas en el Registro Mercantil ni la gran puñeta. Inspectores de Hacienda, ¡a por él!
3.- Como he decidido irme a vivir al Uruguay a partir de fin de año, una vez jubilado y bien jubilado, pues ustedes recibirán mis crónicas desde allí. Por cierto, el perro volvió a la caseta. Estuvieron tres o cuatro días sin echarle de comer y le empezó a picar todo el cuerpo y arremetió contra su dueño. Una vez que le tiraron el hueso, agachó las orejas y se metió en la caseta (casi no entra, porque tiene la cabeza enorme, la de arriba), gimiendo como lo que es: un perro pulgoso. Ay.
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