Las cremas de la venganza

1.- Unas tristes cremas para el careto fueron capaces de conseguir lo que no pudo lograr un máster regalado: que dimitiera Cristina Cifuentes. Eso sí, víctima de fuego amigo. El Partido Popular mantiene tal guerra interna que se ha convertido en un sálvese quien pueda. ¿De qué se quejan? El fuego amigo salpicará hasta al insignificante Antona, que aquí en Canarias también ha fantaseado con su currículo y su presunto posgrado, máster o diplomatura. Pero lo peor está por venir. Bárcenas cuenta, a quien quiera oírlo, que si condenan a su mujer abrirá la caja de galletas inglesas, una caja de Fortnum & Mason, en la que guarda los recibos de las cantidades en B recibidas por gerifaltes del PP. Dinero negro de los constructores de Bárcenas, que tampoco –al ser black— se declaró a Hacienda. Esto es lo que Luis Bárcenas comenta a sus más cercanos; y entonces tendremos sobre el tapete de juego cosas similares al dinero de Irán de Pablo Iglesias, al dinero de Venezuela de Monedero y a todo eso. Lo que pasa es que –lo suyo– la izquierda chirimbola lo vende mejor que la honrada derecha, que no resiste un asalto. Lo de Cristina Cifuentes ha sido una canallada porque si se mamó las cremas –que las cremas no van solas a los bolsos— ese video de un registro es ilegal por muchos motivos. Primero, porque no se puede filmar el registro de un seguritas a un ciudadano, en un cobertizo de supermercado; y segundo, porque si no hay denuncia, que no la hubo porque la ladrona pagó, ese video tenía que haber sido destruido en los plazos que dicta la norma, creo que un mes. Y hablamos del 2011. El país se va a convertir en un erial, a pesar de los dos años de tranquilidad que le van a dar a Rajoy la aprobación de los presupuestos, lo que ocurrirá en estos días. Menuda botella de oxígeno le han regalado vascos, canarios y Ciudadanos al capitán de la tropa del PP. El PP es un asco, pero no se debe olvidar que a Adolfo Suárez, al que ahora la historia venera, lo mataron políticamente las fotocopias que hicieron circular los suyos propios. Si el fuego amigo es capaz de fusilar al padre de la democracia moderna española, ¿qué no va a devastar en el PP, que es un sucedáneo –malo—de la UCD? Las mejores familias ya no son honradas. Cifuentes se mama unas cremas, el otro de la Seguridad Social pone en su currículo que era cirujano y ahora resulta que sólo se matriculó en primero de Medicina, o algo así; el que iba a presentar la moción del PSOE contra Cifuentes ni es matemático, ni profesor, ni mierda, como decía su currículo; Antona tiene un diploma sospechoso, o carece de él. ¿Pero dónde vamos a parar? También está preparado un librito de ciento y pico páginas de Soria contra su gran enemiga, la bajita Soraya, que tampoco en esta ocasión ha dado la cara. Se limitó a reír cuando Eduardo Inda recibió del heraldo negro el video con la mamandurria de Cifuentes. Estas intrigas sólo están a la altura del Opus Dei, esa organización mafiosa y santa que controla, un suponer, a cientos de fiscales en toda España que pertenecen a la prelatura personal de Su Santidad. Animo al papa Francisco a que meta mano en ese berenjenal (no en la Fiscalía, que es terrenal, sino en la parte santa del asunto).

2.- Todo es negro. Ricardo Melchior se ha cargado al sujeto amigo de Clavijo que le ponía el “no” a todo en el puerto de Santa Cruz. Celebró un consejo y lo fulminó, según me cuentan. Hay una guerra en el puerto, que debería ser un remanso, en la que por ahora sale triunfador el que podría vivir en Laponia. Melchior es un mal enemigo y bajo esa apariencia beatífica se esconde un guerrero saltarín, una monja alférez. En “Aterriza como puedas” se dice que una de las mayores torturas posibles es que te muerda los huevos un lapón. Pues ahí lo tienen. Al que le contestaba a Melchior, éste –y es una metáfora— le ha mordido los huevos. Y Melchior es lapón, no me hagan decir por qué, que lo prometí. En Laponia viven los elfos y los renos y ahí me quedo.

3.-¿Para qué tanta prisa del juez en que compareciera Miguel Ángel Ramírez, presidente de la U.D. Las Palmas, y tanta policía y tanta orden de detención? Total, vino, declaró y lo puso en libertad, como es normal. Ahora todo el mundo se le ha echado encima a Miguel Ángel, a falta de un Puigdemont a mano. Tuvo que venir desde Miami, donde estaba por negocios, directo a Las Palmas en un vuelo privado, para no ser esposado en Madrid y trasladado, con escolta, en un avión comercial o en esa cucaracha voladora que tiene la Guardia Civil, incautada a un narco, hasta la capital canaria. Total, para nada. Para ponerlo en libertad a las dos horas. ¿No hubiera sido más normal atender la petición del abogado de Ramírez, que solicitó al juez un par de días más de plazo para comparecer, a la vista de sus compromisos en el extranjero? Parece ahora que los jueces están escarmentados con lo de Puigdemont. Si hubiera estado Ramírez en el paraíso belga, vale, o en el alemán –por lo que se ve–, pero se hallaba en USA, coño, y no pensaba fugarse. Me parece que su señoría se puso demasiado nervioso, digo yo, aunque cualquiera se mete con una señoría de esas. Te mandan a llamar y nunca se sabe. A Ramírez se le acusa de fraude a la Seguridad Social. Yo le deseo lo mejor, es un empresario que ha creado muchos puestos de trabajo y que pudo haberse equivocado pero eso se tendrá que demostrar en todas las instancias, que no sé si se ha hecho o no se ha hecho y, si les digo la verdad, ni me interesa. Me interesa más lo de la tele. Hay que ver. Cuando los de Prisa y “La Provincia” se habían pasado años lamiéndole el culo a Clavijo, por si les caía el concurso, ahora resulta que se lo dan a Videoreport (“Canarias 7”), periódico que se ha pasado años dándole leña al repetido Clavijo. ¿Y ahora? Yo tengo la solución: Videoreport se queda con los 144 millones (en ocho años) del concurso de los informativos de la tele pública canaria; se cargan a Santiago Negrín, que ya le toca, y lo mandan a Laponia, para que le muerdan los huevos los lapones –es otra metáfora–; y nombran a Lourdes Santana directora de la tele, para que Clavijo pueda disfrutar de sus placeres informativos en la casa de todos. Videoreport sigue ahí y a los niños cantores, a los exegetas de Clavijo, se les coloca en un programa bien remunerado, que ellos se conforman con eso, que ya es bastante, porque a mí no me dan ni un mendrugo, ni a otros considerados enemigos tampoco. Y ya está, agradecidos por los servicios prestados. Todo arreglado. Al fin y al cabo, ande Clavijo caliente y ríase Prisa, que esperaba ese maná para salir un poco adelante, con lo depauperada que está la pobre. Jugada maestra. Y no les cobro nada por el consejo. Pero ahora caigo en que me quedan tres cabos sueltos: ¿qué hacemos con “La Provincia” y con “La Opinión” y con “El Día”? La verdad, eso es mucho pa mí. No tengo edad.

Es una publicación de El Diario de Tenerife.com