La hamburguesa
Hace un cuarto de siglo, o por ahí, Elfidio Alonso Quintero, alcalde de La Laguna a la sazón, y Ambrosio Jiménez Quintana, constructor, alzaron un bonito y novedoso pabellón de deportes, al que la invectiva popular bautizó -por sus formas- como La Hamburguesa. Todo el mundo, incluso yo mismo, criticamos este edificio, como hacemos aquí siempre que se crea algo nuevo (por eso se fabrican pocos edificios públicos nuevos y algunos, casi terminados, se derriban, como fue el caso del diseñado por Perrault en Las Teresitas). La Hamburguesa, una de las grandes instalaciones españolas para jugar al baloncesto, es sede del Campeonato Mundial femenino. Un acontecimiento que, a través de la televisión, ha dado la vuelta al mundo y ha promocionado Tenerife. Yo sé que jamás los tinerfeños vamos a agradecerle a Elfidio Alonso -un gran alcalde de La Laguna- y a Ambrosio Jiménez esta obra, construida en el polígono de Los Majuelos. Pero en estos días, los dos tienen que sentir una íntima satisfacción por haber contribuido a que el nombre de la isla se ponga en el mundo, a través de un Mundial de baloncesto, disputado en una instalación que fue tan criticada y que ahora es tan ensalzada. Ocurrió lo mismo con la Vía de Ronda. Acusaron a Elfidio de ocupar terreno rústico dedicado a la agricultura, cuando allí no había sido plantado ni un eucalipto. Hoy, la Vía de Ronda es fundamental para las comunicaciones por fuera del casco lagunero y con la zona costera del municipio. Pero yo me alegro mucho de que estas dos personas, Elfidio y Ambrosio, puedan celebrar su gran idea de La Hamburguesa. Hay que recordar a los amigos en las horas triunfales, no sólo en las horas tristes, como hacemos la mayoría de los periodistas, que siempre estamos al acecho para joder al prójimo. Un abrazo a los dos.
Publicado en el Diario de Avisos