El rumor

Por Andrés Chaves

1.- En estas islas, singularmente en la nuestra, siempre ha funcionado muy bien Radio Macuto. Recuerdo a un imbécil que yo tenía como redactor jefe cuando ejercía cargos de responsabilidad en un periódico, al que utilizaba para que propagara los rumores. Me inventé un viaje al extranjero, diciéndole que me había invitado un médico famoso en la isla, que un día fue amigo mío. No tardaron quince minutos en llamarme varios para preguntarme el porqué del viaje y si había hecho las paces con el doctor. Es fácil inventar cosas, darles la vuelta, mentir sobre una verdad, desenfocar la realidad. Es tan fácil propagar rumores inverosímiles de cosas que ni ocurrieron ni van a ocurrir. En fin, en mi caso ya me resigno pues me han dicho de todo, me suponen en todas las guerras, me atribuyen hechos en los que ni por asomo he participado y me creen -pobres de ellos- con un gran poder cuando cada vez más asumo lo que he sido, lo que soy y lo que seré con una humildad franciscana. Incluso me han situado en mitad de la batalla -legítima- por la presidencia del Casino de los Caballeros, aludiendo a un inexistente deber de fidelidad casi paternal con uno de los candidatos. ¿No es más fácil decir que Vicente Álvarez Gil es amigo mío desde que él era un niño y así dar el carpetazo al asunto?

2.- También se ha disparado el rumor de que me han propuesto dirigir un medio escrito. Pues este bulo sí que voy a cortarlo de raíz. No voy a dirigir ningún periódico, no he recibido ninguna oferta, la rechazaría contundentemente si la recibo, no estoy en estas guerras, no me apetece nada y me encuentro feliz con lo que hago: escribiendo aquí, dirigiendo Canarias Confidencial y haciendo radio y televisión. ¿Les parece poco? ¿No creen que sería demasiado ocuparme ahora de un imaginario periódico? Pues se ha comentado en pasillos, butacas de aviones, mentideros gastronómicos, etcétera. Falso de toda falsedad. Y descabellado. Tengo 62 años y lo que me provoca es descansar, pero no puedo porque la crisis publicitaria y la inversión en una nueva emisora de radio me han dejado sin blanca y con una cola de ilusos esperando para cobrar.

3.- Soy consciente de que despierto curiosidad, pero nada más que por mis 39 años de profesión maldita. No por inteligente, ni por buen periodista, sino por esa absurda fama de polémico que todo el mundo se empeña en echarme al morral, cuando mi condición -si es que la tuve- de niño terrible se ha quedado en el baúl de los recuerdos de la mismísima Karina . El otro día me envió la Seguridad Social una notita sobre mi vida laboral. Dios mío, parece que fue ayer cuando mi querido padre, al que perdí hace casi ocho años, llamó a Mario Zurita para pedirle que me metiera en La Tarde. Lo consiguió, para desgracia del periodismo mundial. Hoy, a lo peor, hubieran acusado al viejo de tráfico de influencias.

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