El espía que me amó
1.- Así, con un recuerdo de película de Bond, James Bond , tituló un relato en el que cuenta su relación con la espía rusa que convirtió en su mujer el británico anónimo Alex Chapman. Anna Chap man ya está en Rusia, intercambiada por las autoridades rusas y americanas con otros trece espías más, diez en América, cuatro en el viejo país de los zares. Desde la Guerra Fría no se había realizado un canje de espías, en la ciudad de siempre, Viena. La primera vez que fui a Rusia, en la noche de los tiempos, el avión hacía una parada en la capital austriaca para recoger allí a un navegante soviético, que le ordenaba al comandante español por dónde tenía que dirigir su aeronave hasta aterrizar en Moscú. La embajada de los Estados Unidos en Viena, durante la Guerra Fría, era un nido de espías. Ahora, una mujer pelirroja que posa desnuda esta semana en "The Sun" se convierte en la nueva Mata Hari y va a generar argumentos de novelas y películas de un género que vuelve.
2.- Hoy, día en el que todo el mundo habla de fútbol, no nos ocuparemos demasiado de este canje, que zanja un problema entre los dos nuevos amigos USA y Rusia; un problema que ambos querían quitarse de encima rápidamente. Los espías detenidos en uno y otro país no revelaron grandes secretos; quizá todavía menos, y ya es decir, que el espía Flores , el ex agente del CESID recluido en una cárcel española, tras ser condenado por un tribunal. Dicen los contraespías que Flores intentó vender información de España a Rusia hace un par de años. ¿Y qué se puede contar de España que no se sepa? Flores residía en el Puerto de la Cruz, donde se había casado. Yo todavía dudo de que este hombre guardara información de las llamadas sensibles y creo que aquello fue obra de las luchas internas en el propio CESID, que ahora se llama CNI. Un espía a la española es un espía de película? cómica.
3.- En todo caso, USA y Rusia nos han ofrecido unos sugerentes argumentos para guionistas de Hollywood. Los aficionados al género tienen que estar disfrutando leyendo las informaciones de prensa en las que se publican, con todo lujo de detalles, las andanzas de los detenidos. Pero no podía faltar Mata Hari, posando desnuda para un amante y el amante enviando, como no debe hacer jamás un caballero, las fotos de Anna Chapman al "Sun". Faltaría más.
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