Manuel Fajardo Palarea, candidato del PSOE al Senado en las elecciones generales del 28 de abril

"Mi relación con Carlos Espino no es la que era en 2008 pero estoy completamente seguro de su inocencia"

"Creo que ninguno de los que ha abandonado el PSOE ha dejado de ser nunca socialista. No conozco a nadie que se acueste siendo socialista y que se levante siendo nacionalista"

- "Si tenemos conocimiento de la existencia de un delito, estamos obligados a comunicarlo a la Autoridad Judicial. Las consecuencias que se pueden derivar de una denuncia y la instrucción de un juzgado escapan de el denunciante"

- "En los baños de Los Dolores se podían haber ampliado los que ya había 50 metros más arriba. Dimas Martín me dijo que si entendía que estaba haciendo las cosas mal, le llevara al Juzgado. Al día siguiente ya estaba en los juzgados. Hubo advertencias, se habló y se rehabló. Si no se hacen las cosas bien, se le da el mensaje a la ciudadanía de cachondeo"

- "Con la actual dirección del PSOE tuve discrepancias por el enfoque de las dos últimas elecciones generales y de nuestra entrada en el Cabildo. Ocurrido eso, entré en el Gobierno de Canarias con el apoyo de mi partido en el ámbito insular, aunque costó mucho que el Consejo de Gobierno de Canarias diera el visto bueno para que yo no entrara por presiones de algunas personas de Coalición Canaria"

- "Cuando pasamos de cuatro a un diputado en el Parlamento la barrida que nos metieron en toda España fue de tal calibre, que también afectó a Lanzarote. Veníamos de los dos últimos años del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero"

- "Me parece vergonzoso que se haya utilizado el Senado para hacer un juicio paralelo sobre un caso cuya instrucción se está llevando a cabo"

- "Alabo la actitud de Ariagona González, que creo que casi seguro va a ser parlamentaria por la isla de Lanzarote, y que es una excelente compañera, preparada y una magnífica candidata y que dio la cara por el partido en momentos malos"

Manuel Fajardo Palarea, candidato del PSOE al Senado en las elecciones generales del 28 de abril, ex secretario general de esta formación en Lanzarote, vicepresidente y consejero de Sanidad del Cabildo, diputado y portavoz socialista en el Parlamento de Canarias y viceconsejero de Justicia del Gobierno de Canarias, ha reaparecido este jueves en Crónicas Radio-Cope Lanzarote para dejar claro, entre otras muchas cosas, que entiende que los escindidos de su organización política que se han alejado de la militancia de su formación, con casos como la gente que se ha integrado en la Agrupación Socialista por Lanzarote, son absolutamente recuperables para el partido de María Dolores Corujo. Fajardo Palarea reconoce que hace años que no se relaciona con Carlos Espino y niega ser un oportunista por concurrir ahora como candidato socialista al Senado, en unas elecciones que dice que no tiene ni mucho menos ganadas, de ahí que se esfuerce en medios como el nuestro en tratar de explicar por qué y a qué ha venido cuando la mayoría le daban ya perdido para la causa de la política. En la entrevista concedida al programa 'A buena hora' de Crónicas Radio-COPE Lanzarote, Fajardo Palarea ha hablado de las discrepancias que ha mantenido con la actual dirección de su partido, niega que le expulsaran de ninguna reunión, explica que tanto Corujo como su gente apostó por él para que estara en el Gobierno y que si no lo hizo antes fue por las presiones ejercidas por gente de Coalición Canaria (CC) de Lanzarote que no le querían ver allí. Además, ha dado por hecho que su compañera Ariagona González obtendrá plaza en el Congreso de los Diputados tras la próxima cita con las urnas del 28 de abril, por lo que no cree que le haya robado la oportunidad de ser senadora que por otro lado entiende que tenía más que merecida.

- Bienvenido, don Manuel. Usted no conocía esta radio, ¿verdad?

- Gracias. No, no la conocía.

- Esta radio modesta era de Pedro César Quintana y aquí era donde vivía la familia Guerra.

- Es verdad, aquí tenían el comercio de la calle Real. Y es más, justo al lado de aquí yo llegué a vivir cuando tenía 2 ó 3 años.

- ¿Ha vuelto usted a mantener relaciones con esta familia, con los Guerra, ha vuelto a mantener relación en general con la gente que estaba en el PIL?

- No. Hace mucho que no he coincidido. Sí coincidimos en 2005 en el Cabildo.

- Después de tanto tiempo se lo tengo que preguntar. ¿Qué ha hecho en estos años?

- (Se ríe) He estado trabajando, ocho años en el Parlamento de Canarias y cuatro de ellos como portavoz del Grupo Socialista. Luego estuve en este Gobierno que preside Fernando Clavijo como viceconsejero de Justicia, hasta febrero de 2016, cuando dejé la política y me reincorporé a mi trabajo, que no es otro que ser autónomo y pasar muchísimas horas en el despacho. Ayer me encontré con el candidato al Senado de otro partido y le deseaba que tuviera buen viaje. Le dije que ojalá yo tuviera el mismo tiempo libre que él para hacer lo mismo, pero claro, yo tengo que trabajar para comer.

- ¿Es alguien con mucho tiempo libre?

- Bueno, si tiene tiempo para recorrerse las dos islas ...

- Ah, ¿habla usted del candidato del PP, Joel Delgado?

- (Se ríe nuevamente) Sí, pero el encuentro fue muy amistoso. Ayer estuve hablando con él, con Ástrid Pérez y con Jacobo Medina. Estuvimos compartiendo informaciones. Creo que la campaña debe ser así ya que los ciudadanos están muy cansados de la bronca política.

- Hablemos de las próximas elecciones. Muchos dicen que el PSOE tiene la victoria clara y que usted se ha arrimado ahora al partido por eso, lo que le convierte en un oportunista pues sabe que va a ser fácil ganar el Senado.

- Cuando me dicen que las cosas están ganadas, yo siempre digo que el ganado está en el campo. Yo nunca me marché ni me alejé ni me acerqué para obtener la plaza de candidato al Senado. Yo soy escrupuloso y respetuoso con la opinión de la gente, que votará a quien entienda que está mejor preparado para representar a la Isla en el Senado. Nadie puede dar por ganado nada en este país. Las propias encuestas muestran el brutal nivel de indecisión que hay. Ni me he arrimado ni me he ofrecido para la plaza de senador.

- Osea, que usted no ha hecho un 'Paco Cabrera', ¿no? ¿Se ha ido a Madrid a hablar con algún amiguete con poder para conseguir ese puesto o no?

- (Se ríe) No. No ha sido así. Yo no sé lo que ha hecho Paco, al que conozco hace muchísimos años. Pero yo no fui a Madrid. Estaba en mi trabajo, implicado en mis cosas, cuando me vinieron y me hicieron la propuesta. Ya lo he explicado en otros medios...

- Sí, pero en este no, que hace mucho que no hablamos. Yo creo que hace casi 20 años que no nos veíamos...

- No, no. Hace ocho años que no hablamos. Creo que incluso menos, hemos coincidido antes. Tiene usted mala memoria...

- Puede ser. Volviendo al tema, ¿quién le propuso entonces intentar ser senador en tiempos tan favorables, fue la secretaria general la que fue a su despacho?

- Loli Corujo no vino a mi despacho. Quedamos, hablamos y me transmitió cuál era su opinión. Fueron también otros compañeros de Lanzarote, de Las Palmas y Tenerife, junto a otros compañeros de la Federal a los que conozco hace años. Lo pensé, lo medité y al final di el paso. Incluso en la presentación de candidaturas alabé la actitud de Ariagona González, que creo que casi seguro va a ser parlamentaria por la isla de Lanzarote, y que es una excelente compañera, preparada y una magnífica candidata.

- ¿No tiene la sensación de que le ha quitado el puesto a Ariagona González?

- No. Yo creo que Ariagona va a hacer una magnífica labor en el Congreso de los Diputados y que lo mío está por ver. Y creo que además dio la cara por el partido en momentos en los que a lo mejor las cosas estaban peor que ahora.

- La relación suya con la actual dirección del partido no era precisamente buena. Al menos eso parecía desde fuera. Se llegó a hablar incluso de que José Juan Cruz le expulsó de una reunión, que ya es decir, porque para que José Juan Cruz saque a alguien tarjeta roja directa tiene que haber hecho algo muy grave...

- Yo he tenido discrepancias con la actual dirección del PSOE, pero Pepe Juan no me expulsó de ninguna reunión. Conoce perfectamente a Pepe Juan y no sería capaz de expulsar absolutamente a nadie. Él me dijo qué creía la dirección conveniente y yo, que fui durante ocho años secretario insular, le dije que no se preocupara, que entendía lo que me estaba diciendo.

- ¿Pero qué discrepancias había?

- Eran sobre el análisis y el enfoque de las dos últimas elecciones generales y de nuestra entrada en el Cabildo. Ocurrido y pasado eso, dese cuenta de que fue cuando yo entré en el Gobierno de Canarias. Obviamente, nadie entra en el Gobierno de Canarias si no tiene el apoyo de su partido en el ámbito insular. Quizás así vamos despejando algunas dudas. El tema se solventó porque el partido mostró su apoyo para que yo ocupara dicha plaza y costó mucho que el Consejo de Gobierno de Canarias diera el visto bueno para que yo entrara, como seguro recordará.

- Lo recuerdo perfectamente ¿Cree que hubo presiones fuertes de gente de Coalición Canaria en aquellos días?

- Hubo presiones de algunas personas de Coalición Canaria, efectivamente, donde sin embargo le digo que tengo magníficos amigos, por cierto.

- Díganos uno.

- Barragán, por ejemplo. Fuimos los portavoces de Coalición Canaria y del PSOE en el único Gobierno que ha aguantado los cuatro años después de la moción de censura contra Jerónimo Saavedra. Es lo que tiene el tener que estar negociando durante cuatro años dificultades, como la moción de la censura en El Hierro y los pactos en cascada.

- Hablando del PSOE, ¿le parece normal que se haya ido tanta gente como el grupo de José Montelongo? Ha habido no solo discrepancias, sino también gente que se ha marchado, y no pocos.

- Creo que hay que hacer un análisis sobre lo que ha ocurrido y sobre lo que ocurre y tener visión de futuro. A ningún partido le gusta que se le marchen afiliados. Siendo yo secretario general, hubo dos fuertes escisiones. Una, por la gente que tenía el apoyo de las bases, pero que curiosamente fueron cambiadas por la Federal, que tiene esa potestad. Llegaron a interponer un contencioso-administrativo como resultado de esa decisión del partido. La segunda, en el año 2008, se registró como consecuencia de las primarias. Se creó otro partido que al final terminó en Coalición Canaria. Las organizaciones políticas no están exentas de sufrir tensiones, que casi siempre suelen surgir durante la confección de las listas. Creo que tenemos varios ejemplos en el devenir de la política insular con todos los partidos. Creo que no ha habido ninguno que se salve. Tienes que gestionar tu propio ego con el del resto de personas y las aspiraciones legítimas de unos y otros. Por tanto, le doy cierta normalidad a estas cosas que ocurren porque han ocurrido siempre y seguirán ocurriendo siempre.

- ¿Pero cree que gente como el grupo de Montelongo o Segundo Rodríguez, que se presenta ahora al Cabildo, son recuperables?

- Yo creo que ninguno de ellos ha dejado de ser nunca socialista. No conozco a nadie que se acueste siendo socialista y que se levante siendo nacionalista. Ejemplos, haberlos haylos, pero en cuanto a pensamientos, creo que ninguno ha dejado de pensar lo mismo que pensaban cuando estaban dentro del Partido Socialista.

- ¿Usted cree que si el PSOE tiene un fracaso electoral estrepitoso Loli Corujo debería dimitir de su cargo o no?

- No, primero porque fracasos estrepitosos ha habido muchísimo en la política insular y no se han producido decisiones de ese calado, salvo que la persona entendiera que debe dar ese paso. De todas maneras, permítame que le diga que yo dudo mucho que se produzca ese escenario. Eso es política ficción.

- Usted de hecho cosechó la peor derrota que se recuerda en el Parlamento. Aunque el PSOE no estaba mal armado internamente, sí hubo bastante crispación en general, una etapa que algunos definimos como la del espinismo, que generó una situación muy delicada para el Partido Socialista. ¿Usted se arrepiente de algo de lo que sucedió en aquella época?

- Yo entonces no era secretario general.

- Pero me refiero a cuando fue candidato al Parlamento pero también de toda la trayectoria hasta que se llegó al Parlamento, no concretamente de su etapa como secretario general.

- Me arrepiento de haber tenido los resultados que tuvimos en ese momento. Pasamos de cuatro diputados a uno.

- ¿Y de quién fue culpa ese resultado, no asume ninguna responsabilidad?

- Eres un buen analista político y sabes perfectamente que eso ocurrió en toda España. La barrida que nos metieron en toda España fue de tal calibre, que también afectó a Lanzarote. Veníamos de los dos últimos años del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, en los que se produjeron hechos como consecuencia de una crisis que él mismo admitió que quizás debía haber admitido a tiempo. La gran acusación que se le hizo fue que Pedro Solbes mintió en el famoso debate con Pizarro y que no reconoció determinadas cosas. Todo venía fatal y hubiéramos puesto a quien fuera, los resultados habrían sido los mismos.

- ¿No hace por tanto ninguna autocrítica tantos años después? ¿No cree que se judicializó demasiado la vida política en Lanzarote, que ustedes contribuyeron a crispar el ambiente de aquella época?

- Si tenemos conocimiento de la existencia de un delito, estamos obligados a comunicarlo a la Autoridad Judicial. Las consecuencias que se pueden derivar de una denuncia y la instrucción de un juzgado escapan de el denunciante. Siempre. Puede pasar lo que pasó: no se puede culpar a quien denunció la existencia de un delito -que por cierto ya viene siendo corroborado por cinco sentencias en este asunto- pero no se puede hacer responsable a esa persona de que estuvieran unidas las actuaciones con determinados elementos probatorios que no tenían por qué estar.

- Hablemos de casos concretos, por ejemplo los baños de Los Dolores. Fue muy impopular que usted y Carlos Espino denunciaran a Dimas Martín por esos hechos.

- Lo denunció el grupo entero.

- Pero todo el mundo entendía que la obra era necesaria y que es inaudito que alguien haya pasado dos años y medio de cárcel y que cumpliera íntegramente la condena por un asunto como ese. Hay gente que entiende que se utilizó la Justicia como herramienta política para eliminar al líder del PIL.

- La obra era absolutamente necesaria. Sí, pero no tenía por qué ser así y allí. En el acta del día 23 de julio de 2004 le dije al entonces presidente que sabía perfectamente que no tenía autorización de Patrimonio, que no la había solicitado, y que sabía perfectamente que 50 metros más arriba había ya un baño. Se podía haber ampliado. Me dijo que si entendía que estaba haciendo las cosas mal, le llevara al Juzgado. Al día siguiente ya estaba en los juzgados. Hubo advertencias, se habló y se rehabló. Si no se hacen las cosas bien, se le da el mensaje a la ciudadanía de cachondeo.

- En el caso Unión, Dimas Martín sale prácticamente en todas las piezas. ¿Le parece normal la situación penitenciaria de Dimas Martín, le parece lógico que se le juzgue en todas las piezas por lo mismo y que sea de los únicos presos si no el único de este país al que se le está obligando a cumplir íntegramente sus condenas?

- Para poder darle una opinión como abogado tendría que reunir todos los expedientes y conocerlos. No sé si ha debido tener una revisión con anterioridad, pero requeriría todos y cada uno de los expedientes para dar una opinión. No se puede impedir a ningún interno el acceso a los derechos que tiene reconocidos por la Ley. Y es imposible que haya cumplido íntegramente alguna condena, porque no las cumple nadie.

- ¿Ha coincidido con Dimas Martín en estos años? Si hablara con él, ¿qué le diría? ¿Cree que le guarda rencor por alguna razón?

- No, y espero que no me guarde rencor. Lo de Los Dolores fue una invitación que él me hizo y que yo acepté. El problema es que en aquella famosa legislatura muchos que estaban a su sombra crecieron, pero cuando vieron que la cosas no venía bien dadas, dieron un brinco.

- También pasó con ustedes en el caso del Ayuntamiento de Arrecife. Su compañero Enrique lo calificó como jóvenes y fogosos. Me refiero a la marcha rápida justo antes de que saltara el caso Unión de gente como su actual compañero Marcos Bergaz.

- No tiene nada que ver. Todos los de Alianza por Lanzarote terminaron en Coalición Canaria y, además, acabaron con cargos de responsabilidad.

- ¿Cree que alguno de ellos tenía que haber pasado también por la cárcel?

- No, no me atrevería nunca a decir eso. Sí les dije en 2005 que estaban abandonando el barco y dejando en el peor momento para aquella persona bajo cuya influencia habían crecido y nacido como políticos. Por cierto, algunos están ahora también aspirando a puestos.

- Recuperando a Paco Cabrera, hay que recordar que fue presidente muy brevemente en el Cabildo por su culpa. ¿Mintió usted públicamente cuando dijo que no había firmado aquel famoso documento del pacto con Alejandro Díaz por alguna razón especial?

- (Se ríe de nuevo) Yo pacté una cosa y el documento se puede ver. No fue ningún tipo de mentira. El germen de la moción de censura del 23-F de 2005 cuando Paco fue elegido presidente del Cabildo por mor de la votación se debió a un acuerdo que teníamos con Alejandro Díaz, que fue presidente del PP. Algún disgusto me costó dentro de mi partido esa relación con el PP, pues en la regional no vieron como un acierto ese acercamiento con el PP, pero pensábamos que era necesario cambiar de presidente.

- Hablando de esa época, parece que hay cosas que han cambiado bastante. ¿Es verdad que usted y Carlos Espino no se hablan desde hace años y que no acabaron muy bien precisamente?

- Es verdad que no mantenemos la relación que pudimos mantener en 2007 y 2008. Eso es público y notorio y es verdad que mantenemos alguna discrepancia en cuanto a la formas de ver las cosas. Mire, cuando ocurrieron esos hechos que antes narrábamos, el PSOE le hizo un reconocimiento a Carlos Espino. Tenemos la obligación, repito, de denunciar la comisión de un delito.

- Ya, pero usted seguramente no sería capaz de grabar sus conversaciones con quién sea como es público y notorio que ha hecho en un sinfín de ocasiones su compañero de partido. Agustín Acosta fue el primero en enterarse de todo esto. Pregúntele a Mario Pérez.

- Por ahí creo que la gente se ha equivocado mucho y que están demonizando una actitud. Una cosa es la acción y otra la reacción de la denuncia. Había una serie de elementos probatorios que no debían haberse incorporado a la causa, como ciertas conversaciones privadas, eso es cierto...

- Eso fue aberrante, pero es otro tema distinto al que yo le planteo, me refiero a conversaciones entre particulares que se graban sin consentimiento de esos particulares. Volviendo a la figura de Espino, ¿es normal que una instrucción dure más de diez años? ¿Alguna vez habrá juicio en la causa de los Centros Turísticos o se pretende que este caso duerma el sueño de los justos?

- No, no es normal. Y sí, más tarde o más temprano habrá un juicio. Hay que conocer la instrucción para poder decir que ninguna de las defensas ha provocado una dilación indebida en ese procedimiento. Al contrario, hay años en los que quien ejercita la acción pública o la particular han estado sin presentar un solo escrito. Ese es el gran problema de esta causa.

- El juez podía haber acelerado el procedimiento, ¿no?

- Claro. Fíjese que tiene abierto un expediente precisamente por eso, por no haber impulsado el procedimiento. Imagínese.

- ¿Usted cree que es inocente Carlos Espino, que no cometió ningún delito durante su cuestionable gestión al frente de los Centros Turísticos?

- Yo estoy completamente seguro de que lo es, y no solo Carlos Espino. Eso se sabrá. Hay que buscar la verdad material, que es distinta a la formal y todo se terminará sabiendo. Todo se juzgará y todo terminará. Todo lo que se juzgue tarde no será justo, eso es verdad. El Tribunal Supremo tiene ya establecido como jurisprudencia inexorable que aquellos procedimientos, por muy atravesados que sean, que duren más de 8 años entre el inicio de la instrucción y el juicio, ya tienen dilación indebida.

- ¿Cómo vio el Senado y la comisión de investigación sobre la financiación del PSOE, como vio la intervención de Carlos Espino y Mario Alberto Perdomo en la Cámara Alta?

- A mí lo que me parece vergonzoso es que se haya utilizado el Senado para hacer un juicio paralelo sobre un caso cuya instrucción se está llevando a cabo. Vi las imágenes - y tanto que nos importa lo que se puede decir de Lanzarote en el exterior - y el interrogatorio, por cierto con un señor apellidado Aznar a cuyo historial invito a la gente a consultar y fue increíble.