“El Plan Territorial Especial está muerto en estos momentos, es un cadáver político”
-Más de 400 personas asistieron a la inauguración de la exposición “César Manrique 1950-1957” en la ciudad de La Laguna.
-Si, estuvimos muy acompañados en la inauguración de la exposición de César Manrique, que es muy apreciado como tú sabes en la Isla, y durante estos días del montaje hemos podido comprobar la irritación que existe con el tráfico tanto en Santa Cruz como en La Laguna. Me comentaban precisamente en estos días que 800.000 habitantes tienen aproximadamente 600.000 coches y que tienen una entrada de unos 130.000 vehículos diarios a Santa Cruz con tiempos de hasta hora y media para venir de La Orotava cuando te coge por la mañana las horas punta. Y la verdad, el problema de fondo, es que no ven solución porque creen que el tranvía no pueda solucionar el problema...
-Es que cada vez hay más coches, en Lanzarote igual.
-Claro, me comentaban que estaban entrando a razón de unos 13.000 vehículos de nueva matriculación por mes. Yo no he podido comprobar las cifras, pero bueno leía en la prensa en estos días que también nuestra isla el mes pasado la matriculación de vehículos creció un 13% sobre el mismo mes del año anterior. Y esto nos produce un horizonte que difícilmente vamos a poder resolver. Por eso cuando aquí hablamos de problemas de carreteras yo creo que tenemos que mirar lo que ha pasado en las islas grandes, cómo la ampliación constante de carreteras no ha dado una respuesta definitiva y o nos ponemos las pilas y empezamos a trabajar también en claves de transporte público, dando las respuestas de viario que sean necesarias, pero también con nuevos sistemas de transporte complementario, o nos vamos a quedar estancados.
-Está claro que es necesario vitalizar y fortalecer el transporte público, porque Arrecife es un colapso permanente. Ni se sabe el número de coches que llegan a Arrecife cada día. Pero por otro lado, ¿cómo ha visto todo lo ocurrido en torno al PTE y a la decisión de su redactor de abandonar el proyecto?
-La verdad es que las cosas están cada vez más difíciles y a la altura en la que estamos de legislatura probablemente va a ser muy difícil llegar a un acuerdo. Desde mi punto de vista el Plan Territorial Especial está muerto, es un cadáver político en estos momentos. La salida de Fernando Prats lo que hace es agudizar más el problema pero yo comprendo también la posición de Fernando Prats. En medio de esta agitación política, de la que conocemos y de la que no conocemos, porque probablemente dentro del grupo de gobierno hay más disensiones de las que públicamente tenemos noticia, hace difícil que se pueda gestionar el futuro del Plan Territorial Especial.
-Aquí se ha especulado mucho con la oferta de ocio complementario que es necesaria pero de forma racional. Es decir, que sea el plan alternativo que corresponda a Lanzarote de verdad; un plan consensuado entre todos.
-Esto que estás comentando parece que es de sentido común. Claro que vamos a tener que abrir en Lanzarote la oferta de ocio complementario. Una oferta de ocio complementario que sea ajustada, equilibrada, que sirva verdaderamente para contribuir a resolver algunos de los problemas que tiene planteado el modelo turístico, que naturalmente alguna de las respuestas podrán venir por ahí pero efectivamente ‘no se puede mezclar churras con merinas'. Y al mismo tiempo lo que nosotros pensamos es que en el contexto en el que estamos y en la situación en la que estamos, hay que dar todas las garantías para que ese tipo de reflexiones se produzcan sin tener amenazas de mayor construcción, de que sigamos creciendo. Eso hay que de alguna manera limitarlo.
-Efectivamente una oferta complementaria que no dé cabida a más construcción.
-Claro, y que sea equitativa. Que lo pensemos en términos globales para la Isla y que no se convierta tampoco en un saco de peticiones de unos y otros, sino que realmente a la hora de implantar este tipo de equipamientos tiene que funcionar para el sistema global de la Isla. Y que además abordemos otra serie de cuestiones, no solamente oferta de ocio complementario, hay que ver qué es lo que pasa con la renovación de la planta alojativa también, que es fundamental y tomar decisiones en determinados lugares que a lo mejor pasan también por esponjar los tejidos urbanos turísticos. En fin, yo creo que es un debate real de fondo pero que hay que abordarlo con sensatez, si fuera posible, no con ambición, que es muy complicando, pero pensando que nos estamos jugando un futuro que cada vez se pone más oscuro porque vamos a tener competencia mayor de la zona mediterránea y de otros destinos turísticos y que a medida que pasa el tiempo, nos agotamos más.
-No, y que si perdemos el encanto de nuestro paisaje, mal nos irá.
-Ah, eso es fundamental.
-Estamos de acuerdo con usted en que es necesario desterrar de Lanzarote la ambición desmedida porque estamos destrozando a la Isla.
-Efectivamente. No, porque además las decisiones con respecto al modelo turístico y a la implantación de estos equipamientos en el territorio tienen que venir de una conciliación de intereses en los que cuente la ciudadanía porque durante muchos años, y la Fundación ha venido insistiendo en esto, se ha creado un modelo pensado para la explotación del turismo y se ha olvidado las inversiones que se necesitan en los núcleos urbanos de los residentes. De tal manera que hoy tenemos unos déficits en equipamientos públicos, sanidad, educación, en el mismo tránsito urbano, la circulación, calles, etc., en los que hay una carencia de inversión realmente fantástica. Y esta isla ha producido mucho dinero y mucho beneficio que no se nota en la calidad de vida de los ciudadanos en cuanto a servicios sociales y servicios públicos. Yo en determinados momentos he dicho que lo que se ha hecho ha sido privatizar el beneficio y socializar el inconveniente y esto, de alguna manera, es lo que se está viviendo. De todos modos hay una idea de cara al futuro en la que las autoridades, las administraciones públicas tienen que empezar, -pensamos nosotros-, a trabajar con ella, con ese horizonte y es que no podemos a la hora de intentar resolver determinadas situaciones problemáticas pues con
respecto a tráfico, a lo que puede ser también quedarse obsoleto el modelo turístico, a las necesidades de nuevos equipamientos y de todo tipo, lo que no podemos es seguir repitiendo errores del pasado. Es decir, tenemos que gestionar con una tecnología administrativa política contemporánea, moderna los problemas que tenemos porque si no, nos vamos a ir quedando siempre atrás y esto aunque parezcan palabras no son sólo palabras. Es decir, detrás hay la convicción de que necesitamos preparación, tomar buenas decisiones, generar confianza en la sociedad, de que hay que desterrar las sospechas, porque si no, no vamos a poder construir lo que necesitamos colectivamente.
-Pero esto hace que la población cada día crea menos en la clase política.
-Si, se está apagando el fuego día a día, el regate en corto, efectivamente sin un horizonte de un proyecto, que es el que la clave, y además un proyecto que tiene que reunir un consenso político amplio y que la disputa política se plantee en otras cuestiones. Nosotros llevamos una legislatura muy dura, eso no hay que olvidarlo, muy turbulenta, muy de ruptura con sucesión permanente de presidentes de Cabildo, con un panorama político que encaramos de cara a las elecciones muy fragmentado en el que va a ser necesario pactar, pactar y repactar, lo que hace que luego la fortaleza a la hora de poder encarar proyectos compartidos, amplios, proyectos de fondo político, sea muy difícil. Esto, por un lado, y luego algo que nos preocupa a todos y que yo he escuchado en distintas ocasiones, y es que perdemos fortaleza de cara al Gobierno de Canarias, que es donde se reparten los fondos. En la medida en que no tenemos una presencia política fuerte en el ámbito parlamentario regional nos debilitamos internamente y tenemos menos fuerza para reclamar la distribución equitativa de los fondos de la región.