Domingo Brito, presidente de la Asociación de Viticultores “El Abrigo de Lanzarote”

“Si no conseguimos que la viticultura sea un cultivo rentable, calculo que antes de dos décadas muere el sector”

“Lo que pasó el año pasado no fue un problema de excedente en la cosecha, fue un problema porque había alguna bodega cerrada que no debería haber estado cerrada”

“La bodega es una industria, y esa industria tiene que crecer. El sector lo está demandando y los viticultores apoyamos el crecimiento de las bodegas”

“De los políticos en general discrepo bastante. Cuando hablan del sector primario todo son faroles y se quedan las cosas en agua de borrajas. A veces les oigo hablando de agricultura y me descojono, porque no saben ni de qué están hablando. Hablan de la parra y no saben ni cómo se poda”

“La única posibilidad de defendernos ante todas las adversidades que estamos sufriendo en el sector de la uva era uniéndonos”

“En Lanzarote todo son problemas, para mover una sola piedra todo son problemas. Queremos conseguir entre todos que eso deje de ser así y que se pueda actuar por el interés de todos”

En estos días está asomando la cabeza una nueva asociación. Una que no nace como nacieron y murieron otras vinculadas con el sector primario; una que nace para quedarse, y que además está centrada en los problemas del único sector que todavía da algo de rentabilidad a los que agachan el lomo para recoger el fruto que da la tierra: la uva. Son un grupo de viticultores que han escogido un hermoso nombre para mirar de cara al futuro, "El Abrigo de Lanzarote". Al frente de ellos un hombre que habla muy claro, que conoce el sector y que augura en la siguiente entrevista el fin del campo local si no se consigue hacer algo pronto para hacerlo rentable. Domingo Brito cuenta todo lo que la gente que sabe poco quiere saber de la viticultura volcánica, y explica los muchos problemas a los que se enfrentan, entre ellos el habitual no por el no de Lanzarote y un politiqueo que por unas razones u otras no termina nunca de resolver sus problemas.

-Lo primero que me llama la atención de su asociación es el nombre, un hermoso nombre para hablar de los temas del campo.

-Pues sí, y precisamente el nombre surgió de un agricultor. Después de una reunión nos dijo lo del abrigo, y me encantó la idea, y así se ha quedado porque al resto también les gustó. El abrigo está muy relacionado con la agricultura en Lanzarote, porque el abrigo no sólo se usa en la parra, ni tampoco sólo se usa la piedra como abrigo.

-¿Por qué nace esta asociación, qué es lo que pretenden, qué quieren hacer que no se haya hecho ya?

-Lo que queremos es unir al sector de la uva. En Lanzarote podemos presumir de calidad, pero no de cantidad. Tenemos que defender la calidad y que las bodegas puedan dar con la calidad en los caldos a través de la uva que cosecha el viticultor. Por otro lado, la única posibilidad de defendernos ante todas las adversidades que estamos sufriendo en el sector de la uva era uniéndonos. Porque no sólo nos afecta el clima, nos afecta la política, nos afecta la comercialización… En Lanzarote todo son problemas, para mover una sola piedra todo son problemas. Queremos conseguir entre todos que eso deje de ser así y que se pueda actuar por el interés de todos. Acabamos de nacer como asociación, porque nos acaban de legalizar, y ahora no paramos ni pararemos. La presentación pública será en breve.

-¿Cómo está siendo la respuesta de la gente del campo?

-Bastante buena. Hay que tener en cuenta que fuimos pocas las personas que iniciamos este camino como consecuencia principalmente de lo que sucedió el año pasado. Poco a poco vamos siendo más. Tengo la gran ilusión de que en la próxima campaña esta asociación tendrá mucho que decir.

-Uno de los problemas a los que se enfrentaron el año pasado fue la gran producción, el excedente, y que en algunos casos se tiraran los precios…

-El año pasado hubo muchos problemas, aunque sólo se habló del excedente. Lo que pasó el año pasado no fue un problema de excedente en la cosecha, fue un problema porque había alguna bodega cerrada que no debería haber estado cerrada. Tenemos un problema serio de capacidad en las bodegas que sí están abiertas, que tienen más vino al aire libre que en el lugar donde debe estar, y eso no puede ser. Porque ahora no se permite que aumenten las instalaciones, y eso tiene que cambiar. La bodega es una industria, y esa industria tiene que crecer. El sector lo está demandando y los viticultores apoyamos el crecimiento de las bodegas, para tener mayor cantidad y mayor calidad. No decimos que se haga una bodega en cada esquina, pero tiene que haber bodegas que demanden la uva y que nos permita a nosotros que nos podamos defender. Porque este año ha sido un desastre, y por muchas razones. Ha habido problemas con el clima, y han aparecido enfermedades que han provocado que la vid tuviera que tener mayores cuidados. El viticultor no ha querido gastar mucho porque había poca cosecha, porque en lugar de cuatro tratamientos se tendrían que haber dado seis o siete… Estamos hablando ya de que la uva es el único sector de Lanzarote que queda vivo. Hay que echar mano a las hemerotecas para ver lo que Lanzarote producía hace una década, y nos hemos quedado prácticamente con la uva. No tenemos nada más.

-Sí, y con el problema añadido de que ya casi estamos hablando de que ustedes son viticultores de fin de semana, que no son profesionales del campo, ¿no?

-Ese es otro tema importantísimo. Si no conseguimos que la viticultura sea un cultivo rentable, calculo que antes de dos décadas muere el sector. Si no es rentable, mi hijo no va a atender la viña, ¿y quién la va a atender? Los que estamos ahora atendiendo la viña somos gente mayor, la mayoría jubilados, y debemos hacer algo de manera urgente para que esto cambie. El joven tiene que ver la rentabilidad del cultivo. Si no es así, apaga la luz y vámonos.

-¿Qué relación tienen ustedes con el Consejo Regulador, qué relación quieren tener con este órgano?

-Como viticultor mi relación es buena con el Consejo, y la de la asociación también. A partir de ahora empezaremos a tomar contactos oficiales. El Consejo Regulador es necesario, pero tendremos que ver si está cumpliendo o no todas las funciones que debe cumplir. El abanico de posibilidades es muy amplio. Lo que nosotros pretendemos es trabajar con el Consejo por y para el sector.

-¿Y de la parte política qué puede decir, qué sensaciones tiene con el nuevo consejero de Agricultura del Cabildo, Antonio Morales?

-A Antonio Morales le conozco muy bien desde hace años, conozco su rodadura política desde que estaba en el Ayuntamiento de Tinajo. Es un hombre joven, es un hombre inquieto, y eso es bueno. La asociación ya se ha reunido con él y nos ha atendido muy amablemente. Sólo ha sido una primera reunión de toma de contacto, y ahora nos vamos a reunir otra vez. En todo momento nos ha ofrecido su apoyo desde el Cabildo, y con eso contamos. Sé que es una persona inquieta que quiere al sector. De los políticos en general discrepo bastante. Cuando hablan del sector primario todo son faroles y se quedan las cosas en agua de borrajas. A veces les oigo hablando de agricultura y me descojono, porque no saben ni de qué están hablando. Hablan de la parra y no saben ni cómo se poda.

-Otro de los problemas que tienen ustedes es el tema del precio y el cobro. ¿Cómo ha ido este año?

-He oído a gente que se ha quejado, pero a todos les digo lo mismo, que me presenten pruebas de las bodegas que pueden estar abusando, porque no se puede generalizar, y sin pruebas es un disparate lanzar acusaciones de ese tipo. Yo sé a la bodega que vendo mi uva, sé al precio a la que me van a pagar, y religiosamente me han pagado, no a mí, a todos los que les llevamos uva. Y en ese ejemplo me baso. Puedo hablar de otras bodegas que sé que funcionan bien, aunque también sé que hay bodegas que pueden no estar haciendo las cosas bien. Pero de momento todo lo que sé son habladurías.