¿Quién tiene la culpa de que ETA vuelva a matar?
Cualquier persona de bien debe entender que es una terrible noticia que la banda terrorista ETA anuncie el fin de su particular “tregua”. Ahora, no entiendo por qué inmediatamente se mezcla este asunto con la política electoral. De vez en cuando tenemos que salir del particular ombligo del mundo en el que todos vivimos (más si es usted como yo habitante de una pequeña islita perdida en medio del Atlántico) para analizar lo que ocurre fuera. Y fuera siguen cayendo chuzos de punta. Ahora ETA anuncia que volverá a matar; no que vuelve a las armas, porque esas nunca las dejó, sino que va a intentar matar a alguien. Qué terrible noticia. La pregunta que yo me hago es quién tiene la culpa de que ETA vuelva a matar. La respuesta no es sencilla, aunque los principales culpables, que no los únicos, son los hombres y mujeres (en muchos casos críos) que están en estos momentos aprendiendo a pegarle un tiro en la nuca a alguien. La propia ETA se encargó de exhibir un vídeo en el que se veía cómo se entrenaban para esta práctica. Ahora, no se le puede en ningún caso eximir de responsabilidad a nuestra clase política, a la de Madrid y a la de Euskadi. Han cometido tremendos errores que han impedido liquidar para siempre a la organización de los asesinos. Y hay pruebas de que incluso había deseo entre muchos independentistas convencidos de que acabara la violencia y se pasara definitivamente a la acción política.
Durante este martes no escuché otra cosa en las tertulias radiofónicas y en las tertulias callejeras que la inmediata vinculación directa que la mayoría hace del anuncio de la banda terrorista con las elecciones generales del próximo año. “Esto le va a costar al PSOE las elecciones”, escuché decir a no pocas personas. Parece increíble que todavía se dé por hecho que los votos de los electores están directamente relacionados con estos acontecimientos. El tiempo nos ha demostrado que no hay nada más impredecible que unas elecciones. Y no lo digo sólo porque se pueda producir un atentado terrorista como el del 11-M unos días antes y cambie todo lo previsto. Lo digo porque ningún sociólogo ha conseguido hasta el momento determinar el modo de conseguir orientar de forma atinada el voto de la gente, o de adivinar hacia dónde caminan las tendencias reales. Menos en un país de mentirosos como es España. Lo hemos visto en estas últimas elecciones locales y autonómicas. Por eso me parece bastante absurdo afirmar que el PSOE perderá las elecciones generales porque ETA ha anunciado que volverá a matar a alguien. Si las pierde, desde luego, no será por eso. Será por eso y por otras cosas.
No cabe duda de que el Gobierno socialista ha realizado una política antiterrorista que en poco o en nada se parece a lo que ellos mismos apoyaron cuando estaban en la oposición y era el Partido Popular (PP) el que gobernaba. Lejos están los tiempos en los que José Luis Rodríguez Zapatero ofreció crear un frente común que derivó en algo tan práctico para luchar contra la banda como fue la Ley de Partidos. Los afines al PSOE hablan del tema de forma curiosa. Dicen que el "arraigado optimismo" del presidente le llevó a creer que el milagro era posible. Nos intentan hacer ver que ZP es bobo, y de bobo creo que tiene poco. Lo que le ha pasado al presidente es que ha podido más su deseo de pasar a la historia como el mandatario que resolvió el que ha sido durante años el principal problema de los españoles en sus primeros cuatro años de gobierno que la lógica y el sentido común.
En el PP, donde como siempre han fallado las formas y ha fallado la estrategia, centrada en un excesivo acoso y una machacona insistencia sobre asuntos que realmente no eran importantes, han tenido razón al cuestionar no sólo los contactos mantenidos con los terroristas por parte de dirigentes del Partido Socialista (PSOE) sino por parte del propio Gobierno. Incluso después de que les saliera rana el atentado de la T4 en Madrid y murieran dos inocentes que lo único que hacían allí era descansar para continuar con su jornada de veinte horas. No quisieron que ocurriera, porque todavía tenían esperanzas de que el Gobierno central colara la mayoría de las listas que pretendían presentar a las elecciones. Han tenido razón sobre todo los del PP al criticar la subjetiva forma de aplicar la Ley de Partidos en las últimas elecciones en el País Vasco, dando cobertura nuevamente al entorno de Batasuna, al entorno de ETA. Porque, que nadie se engañe, el principal y casi único objetivo de ETA y de Batasuna era regresar a las instituciones, de las que no sólo obtenían representación sino un poder casi ilimitado para controlar lo que ocurre en el maravilloso territorio que conforman Vizcaya, Álava y Guipúzcoa.
La desunión de los dos principales partidos de España ha fortalecido a la banda terrorista, que es evidente que ha pasado por sus peores momentos desde que surgió en un entorno tan hostil y en el que estaba evidentemente justificado el combate como fue el Franquismo. ETA ya no es lo que era, por fortuna para todos. Eso no quiere decir que no tenga capacidad para matar. Por desgracia, matar es bastante sencillo, como sencillo es salir de la cárcel después de haber matado a más de veinte personas. Si no que se lo digan a De Juana Chaos.
Rodríguez Zapatero pedía este martes unidad a los partidos para luchar contra el terrorismo. El PP le pedía que rectifique su política. Tal vez sea un poco tarde para ambas cosas. Se ha perdido una oportunidad casi única de terminar con el suplicio, y los responsables deberán rendir cuentas. Si no ahora, sí a la Historia. Ahora no nos queda otra que esperar el siguiente atentado, si es que nuestros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado no lo impiden antes, cosa que espero y deseo que se produzca.
Insisto, eso sí, nada de esto me vale para que la gente dé por hecho que el PSOE va a perder las generales. El PP y aquellos que quieren que los socialistas no vuelvan a gobernar cometerían un grave error si confiaran en algo así. No sería el primero ni el último.