Morir de éxito
El secretario general de la Agrupación Socialista de Arrecife, Miguel Ángel Leal, dijo antes de saber que la Federal de su partido había ratificado la disolución de la formación en la capital que parecía como si el asesor del Partido Socialista Canario (PSC) fuera de otro partido. No le faltaba razón. Parecía como si toda la estrategia de diseño del posicionamiento de campaña la estuvieran elaborando desde el Partido Popular (PP), donde, por cierto, se frotan las manos viendo el espectáculo actual. El mismo ejemplo lo tenemos en Alternativa Ciudadana (AC-25M). Parece que alguien de dentro está haciendo política como si viniera de fuera. Es curioso, pero estas dos formaciones, ahora acaparadoras de la actualidad informativa, comparten muchas más cosas de las que creen: ambas han conseguido en la presente legislatura figurar en todas las encuestas serias que se hacen -no en las del maquillaje de la Señorita Pepis- como las que mayor crecimiento han experimentado en la intención de voto de los ciudadanos, las que pueden convertirse una en la más votada en la Isla y en Canarias y otra en la llave de varias instituciones importantes; ambas se disputan un electorado muy similar, ambas se quitan votantes; ambas, además, han caído en un error monumental con unas consecuencias que es difícil calibrar en estos momentos. Como de los socialistas y de su particular crisis ya opiné en su momento, me gustaría detenerme hoy a analizar lo que está pasando en la formación asamblearia.
Todos los que seguimos la actualidad informativa de la Isla -una dura batalla, a fe mía- sabemos cómo surgió Alternativa, cuál fue su origen. Fuimos muchos los que entendimos no sólo el mensaje sino el objetivo que se perseguía, que no era otro que poner de manifiesto que existe una gran parte de la ciudadanía que está hastiada, aburrida y harta de la permanente inestabilidad política de Lanzarote, hastiada, aburrida y harta de los políticos que se han perpetuado en sus cargos. Había mucha gente con ganas de cambio, y ellos lo representaban. Con una campaña de información original y eficaz como pocas consiguieron en muy poco tiempo hacerse oír y ver en toda la Isla, con sus ya famosas siluetas repartidas por todos los rincones y con un enorme esfuerzo y trabajo detrás. El éxito en las elecciones fue evidente. Por muy poco no se consiguieron dos consejeros en el Cabildo, se consiguieron dos concejales en Arrecife, uno en San Bartolomé, otro en Teguise, otro en Tías... Eso, unido al desparrame político del Cabildo de la actual legislatura, supuso que muchas otras personas que tenían ciertas dudas se fueran acercando hasta Alternativa, ya más seguras de que no se trataba de un movimiento más que terminaría en el olvido. El éxito para las elecciones de mayo de 2007 parecía garantizado. Sin embargo, el éxito garantizado es el que puede terminar estrangulando el proyecto.
Buscando en internet me he encontrado con infinidad de artículos que hablan sobre la idea que quiero plantear; el siguiente párrafo de un autor desconocido que colgó su idea en un foro lo refleja muy bien: “morir de éxito es un problema de escala. En dos palabras, lo que funciona bien a una escala determinada, funciona muy mal cuando aumentamos la escala. Un sitio funciona bien con mil visitas, pero con un millón, casca. Un insecto funciona bien si es pequeñito, pero si aumentara hasta el tamaño de una vaca, se asfixiaría...” Eso es exactamente lo que entiendo que le puede ocurrir a Alternativa, que se puede convertir en una enorme vaca de la que todo el mundo quiera su parte de leche.
Me parece realmente curioso que se haya montado el actual follón en un momento en el que los integrantes de la asamblea tendrían que hacer piña para demostrar al resto de partidos políticos que ellos son diferentes. Sin embargo, poco les ha importado lo que puedan pensar aquellos que sin ir a sus reuniones sí tenían intención de darles su voto en los próximos comicios. Poco les ha importado al plantear ahora un debate sobre la continuidad o no de Pedro Hernández como consejero del Cabildo cuando no quedan ni seis meses para terminar la legislatura.
No pertenezco a Alternativa, y por tanto no debería opinar sin conocer a fondo el porqué de la discusión, que me consta que es densa. He tenido noticia de las graves acusaciones que se han vertido contra Pedro. También sé que esas mismas acusaciones, esas mismas cuestiones, por muy graves que ahora puedan parecer, se podrían haber planteado mucho antes, no precisamente ahora, cuando se está tan cerca de preparar la próxima campaña.
Sé que lo más fácil sería ahora ponerse del lado de la mayoría, porque creo que la mayoría, o al menos eso es lo que se respira, está en contra del consejero del Cabildo. No lo voy a hacer. Conozco a Pedro Hernández. He compartido con él estrafalarias y efectistas campañas contra las prospecciones petrolíferas de Repsol nada menos que dentro de la sede de la compañía o dentro del pabellón de Canarias de la Feria Internacional de Turismo (FITUR); he compartido con él aburridísimas sesiones en el Cabildo en las que la única nota de color y con cierta chispa la ponía alguien dispuesto a hacer que su mensaje llegue lo más lejos posible sin tener en cuenta el coste del posible ridículo; le he visto dar una rueda de prensa para defender su honor en compañía de su madre, le he visto vestirse de chapapote para saludar a José Luis Rodríguez Zapatero, le he visto aparecer con una tabla de planchar en una sesión plenaria... Siempre he creído, y creo todavía, que Alternativa Ciudadana ha tenido éxito precisamente por ser distinta, especial, por aportar al aburrido panorama político una tonalidad diferente. Por eso me extraña que en Alternativa Ciudadana se quiera prescindir de forma tan brusca de la persona que mejor ha encarnado esa rareza con la que han convivido durante más de tres años en las instituciones públicas. Es como si el Madrid quisiera prescindir de Ronaldo; estará gordo, se lesiona mucho, es un poco apático, pero sigue siendo el mejor delantero centro del mundo. Y Pedro, ahí no tengo duda, ha cumplido con creces en el terreno de juego, siendo un fiscalizador implacable y serio de la gestión de los distintos grupos de gobierno que han pasado por el Cabildo.
No sé en qué acabará la historia, pero le auguro poco futuro a Pedro Hernández teniendo en cuenta cómo se ha puesto el panorama dentro y fuera de la asamblea. Espero que no se estén equivocando.
Nota de última hora: Sobre el caso Zerolo me gustaría apuntar algo. Independientemente del cauce que siga la investigación judicial, independientemente de que finalmente se demuestre que el alcalde de Santa Cruz cometió algún delito, me parece que en este país estamos entrando en una peligrosa espiral de graves actuaciones judiciales que luego se propagan con extremada y extraña prontitud en los medios de comunicación. Tal vez el poder judicial no ha reparado en el daño que acarrea a cualquier persona, y Miguel Zerolo puede ser un buen ejemplo, el que su nombre aparezca en grandes titulares vinculado aunque sea de pasada con algún caso de corrupción. A lo largo de la historia hemos visto carreras políticas hechas añicos por investigaciones judiciales que se convirtieron en juicios paralelos en los medios de comunicación para finalmente terminar en nada. Se me vienen a la mente dos buenos ejemplos: el caso Bango que provocó la salida de Ignacio González Santiago del Partido Popular (PP) o el caso Guillén, que terminó con la prometedora carrera de Carmelo Padrón en el Partido Socialista Canario (PSC). Creo que antes de filtrar interesada o desinteresadamente a los medios estas noticias habría que pensárselo dos o tres veces, a no ser que el objetivo que se persigue sea el de doblegar al protagonista, lo que entiendo que sería muy muy grave. A modo de postilla me gustaría hacer referencia a algo que siempre me dice un buen amigo que trabaja en la función pública: “una democracia no es una verdadera democracia hasta que alguno de sus jueces termina en la cárcel”. Y hablando de juicios y juzgados, unas postreras e inocentes preguntas: ¿qué razón objetiva existe para no permitir a Dimas Martín que pase las navidades con su familia, por qué en su anterior condena se suspendió la entrada en prisión atendiendo al evidente poco riesgo de fuga que existía y ahora hay tanta prisa, por qué se ha resuelto el asunto justo en el momento en el que se están confeccionando las listas de cara a las próximas elecciones?