Las quinielas y los pactos

En la redacción del periódico echamos todas las semanas una quiniela. Tenemos un sistema infalible para que alguien gane. Como la mayoría estábamos convencidos de que no nos íbamos a hacer millonarios con nuestros pronósticos -y mira que ponemos empeño-, decidimos guardar dinero de cada apuesta para que el que más resultados acierte se lleve al final de la temporada que está a punto de terminar un pellizco. Empecé mal, muy mal. Soy malo malísimo haciendo pronósticos futboleros. Sobre todo se me da mal la Segunda. No hay forma de que ganen los que tienen que ganar y pierdan los que tienen que perder en la misma semana. Luego, como los más jóvenes me hincharon las narices con sus burlas, me piqué, me preparé a conciencia los pronósticos semanales y conseguí en unas semanas liderar la clasificación. Fue el sueño fugaz de una noche de invierno que duró más bien poco. Ahora debo ir el cuarto o el quinto, a muchos puntos de nuestro responsable de Deportes, Moisés Rodríguez.

Soy malo haciendo quinielas de fútbol, pero no soy tan malo haciendo quinielas políticas. Ahí tengo cierta ventaja. La experiencia sí es un grado.

Acerté antes de las votaciones del 27-M (hacerlo después habría sido bastante absurdo y mucho más fácil) que el PIL se iba a convertir en la gran sorpresa de la noche. También di en el clavo con otros resultados más o menos cantados, salvo el batacazo de Coalición Canaria (CC) en Arrecife, que ni los más pesimistas del lugar preveían. Ahora, una semana después, quiero hacer pronósticos sobre los pactos que se avecinan. Vamos allá.

En estos momentos están negociando PIL y PSOE, o PSOE y PIL para que nadie se enfade. Manuel Fajardo y Antonio Hernández son los negociadores, aunque mucho me temo que ambos reciben consignas del exterior. Parece, al menos así me lo cuentan, que Manolo Fajardo ha exigido, como es lógico en un punto de arranque, todo lo que se le ocurría exigir: la presidencia del Cabildo y las alcaldías de Tías, San Bartolomé y Arrecife, dejando a sus socios sólo la Alcaldía de Teguise. Parece, también así me lo han contado, que Antonio Hernández ha tenido sus dudas, dudas que evidentemente serán resueltas de forma inmediata por aquellos que tienen más experiencia que él en estas complejas lides.

Como creo conocer a la gente del PIL, sé que no van a ser tan bobos de entregar un cheque en blanco al PSOE. La estrategia pasa a mi juicio por hacer ver que lo que les interesa es la Alcaldía de Arrecife para inmediatamente después descolgarse con la petición más lógica, que es la de la presidencia del Cabildo. Creo que Dimas Martín tiene más que claro que le gustaría ver a su hijo Fabián como el presidente más joven que ha tenido la Casa Amarilla (ahora de un color indefinible). Esa es mi principal apuesta, que Fabián Martín tomará posesión como presidente del Cabildo y Enrique Pérez Parrilla como alcalde de Arrecife. Dos generaciones separadas por varias décadas al frente de las dos principales instituciones de la Isla. Manuela Armas, la primera mujer que llegaría a la presidencia del Cabildo desde las urnas, tendría que renunciar a su cargo. No es fácil.

Lo demás está bastante más claro: Marcial Martín será alcalde de San Bartolomé, José Juan Cruz repetirá al frente de Tías y José Dimas Martín será alcalde de La Villa.

Queda por resolver el problema de Yaiza. Ahí el PSOE no tiene nada que rascar, y el PIL, a poco que no se espabile, se podría quedar fuera de juego. Me consta que el Partido Nacionalista de Lanzarote (PNL) de José Francisco Reyes y CC ya están moviendo ficha para conformar un pacto. ¿Se quedará Gladis nuevamente sin nada? Es probable.