Arde el socialismo canario
Llevo unos días recopilando datos y testimonios para escribir el siguiente artículo. Cuando ya creía que había terminado, de repente surgía algo que me hacía cambiar la orientación del escrito, y luego otro algo, y luego otro... Así me ha ocurrido al menos cinco veces desde el lunes. Toda una marca.
Empecé la semana intentando escribir sobre la difícil papeleta que tenían los socialistas para afrontar el pleno que se celebra este viernes en el Ayuntamiento de Arrecife con el objetivo de aprobar los presupuestos del presente ejercicio, el último de la legislatura. Quería aventurar qué posición podían mantener unos y otros, hablar del papel que iba a jugar Carmelo García Déniz para convencer a la dirección de su partido de que votar en contra de las cuentas municipales únicamente les iba a acarrear más problemas de los que ya tienen.
Fue entonces, mientras caminaba por la calle ordenando las ideas, cuando me tropecé con dos viejos conocidos, dos personas de la ahora añorada por muchos “vieja guardia socialista” que en el tiempo en el que se ventilaron un par de cortados y un vaso de agua con gas me pusieron al día de todo lo que quise saber. Uno de ellos, que me pidió que no le nombrara para no liar más follón del que ya hay, me estuvo hablando de la equivocada postura que están manteniendo los dos bandos enfrentados en el Partido Socialista Canario (PSC) de Lanzarote. Para él, que puedo asegurar que sabe mucho de estrategias, Miguel Ángel Leal se ha equivocado saliendo un día sí y otro también criticando al partido y no esperando a que pasen las elecciones y se celebre un congreso en el que podría tener el viento más a su favor, todo además jugándose una expulsión que finalmente se confirmó este jueves. También entiende que la dirección regional, con la que tiene hilo directo, se equivocó de objetivo o no se atrevió a ser más contundente en esta primera andanada, puesto que a su juicio el que tendría que haber caído no era Miguel Ángel Leal, sino Manuel Fajardo, a su modo de ver y al de muchos que piensan como él máximo responsable del desaguisado actual, tanto por acción como por omisión. Terminé la charla y me marché de allí con más lío del que traía.
Llegué a la redacción del periódico, me puse a escribir las cuatro ideas básicas de lo que había sido una reunión de más de media hora y sonó el teléfono. Alguien me llamaba para informarme de que se había convocado una reunión. Luego llegó el fax firmado por Miguel González en el que se anunciaba la convocatoria de la Comisión Ejecutiva Insular. Otra parada técnica.
Carlos Espino informó el martes por la noche en rueda de prensa de la composición del nuevo equipo que va a estar al frente de la Gestora que sustituye en sus funciones al Comité Local de Arrecife, y se volvió a armar el lío. Miguel Ángel Leal, que por la mañana había dicho en Lanzarote Radio que se sentía como Sadam Husein durante el juicio que terminó con su ahorcamiento, confirmó que había recusado al instructor de su expediente, Joaquín Caraballo, entre otras cosas por ser el siguiente en la lista del Cabildo y poderse beneficiar así de su posible salida en el caso de que el expediente disciplinario terminara en expulsión y él decidiera devolver el acta al partido. Tuve que cambiar el artículo.
El miércoles por la mañana comencé tempranito a escribir mi columna bajo el simplón título de “Incendio en el PSC lanzaroteño”. Volvió a sonar el teléfono. Alguien que quería que le publicáramos una carta me daba el chivatazo de que se habían cargado a Miguel Ángel. “Chacho, se han cargado a Miguel Ángel, ¿te habías enterado?”, me soltó a bocajarro y sin haber desayunado en condiciones. Paro de nuevo el artículo. Mi compañero Ricardo hace las pesquisas oportunas y nos enteramos de que de momento no se han cargado a Miguel Ángel; averiguamos eso sí que le ha enviado una carta el propio Caraballo diciendo que como instructor del expediente rechaza su recusación. “¡Carajo!”, me dije, "Juan Palomo".
Hago un pequeño alto en el camino para leer lo que dicen los titulares de prensa de los medios regionales, para coger carrerilla y reorientar el escrito. “¡Madre, esto es un no parar!”, me digo de nuevo. “Un total de 17 miembros de la Ejecutiva Local del PSOE de Santa Cruz de Tenerife han presentado su dimisión en protesta por la continuidad en el cargo del secretario general local, Florentino Guzmán, cuya dimisión habían pedido por sus declaraciones a favor del convenio de Las Teresitas”. Con semejante noticia, el titular de “Incendio en el PSC lanzaroteño” se queda más que corto. Por eso me veo obligado a cambiarlo por el que determino ya como definitivo, “Arde el socialismo canario”.
Bajo un momento a la calle y me tropiezo con otro buen amigo. “Chacho, que se han cargado a Miguel Ángel”, me comenta asombrado. “Que no hombre, que no, que sólo le ha llegado una carta de Caraballo en la que le dice que no le acepta que le recuse ni que le hable en el tono en el que le ha hablado a través de los medios”, comento intentando quitar hierro al asunto. “No tienes ni idea, joder, que se lo han cargado”, me grita asustado por mi torpeza periodística.
Como no tenía claro lo que había sucedido, regresé al periódico. Efectivamente, después de las llamadas oportunas, se confirmó la noticia. Miguel Ángel Leal acababa de recibir otro escrito en el que se le comunicaba que había sido expulsado “cautelarmente”. Vamos, que había sido expulsado con cautela.
Como se imagina el paciente lector, la cosa no quedó ahí, aunque yo decidí dar carpetazo definitivo a este artículo que tenía como simple objetivo analizar lo que podía ocurrir este viernes en el pleno de los presupuestos de Arrecife y que se había convertido en cualquier cosa menos en un concienzudo análisis sobre el dinero con el que va a contar la capital de la Isla para afrontar el difícil 2007.
Conclusiones: no entiendo cómo es posible que los socialistas hayan llegado a la situación actual. Por mucho que le doy vueltas al asunto, todavía no comprendo cómo la idea de la dirección regional que dirige con mano diestra y firme Jerónimo Saavedra y que tiene ahora a su digno sucesor en la figura de Juan Fernando López Aguilar de darle un giro al partido en Lanzarote de cara a las elecciones de mayo ha terminado como el rosario de la aurora.
Todo el mundo que sabe algo de lo que pasa en la política local sabe también de los magníficos resultados que ofrecían todas las encuestas a los socialistas lanzaroteños. Otras encuestas, que sé que se están haciendo y que se darán a conocer en breve, ya no son tan favorables. La razón es el guirigay que se ha organizado, la división en tres bloques enfrentados (por un lado están los defensores del secretario general, Manuel Fajardo; por otro, están los defensores de Miguel Ángel Leal; por otro, ocupando el tercer bloque, tal vez el más importante, los que se encuentran a la expectativa esperando el desenlace de los turbios acontecimientos) que van a terminar viéndose las caras en los tribunales de justicia.
Lo de la expulsión “cautelar” de Miguel Ángel Leal me parece realmente curioso. Todavía no he escuchado ni leído un solo argumento que justifique una acción tan contundente contra un militante de un partido que supongo que tiene los mismos derechos que el resto de los militantes. Al margen de las críticas que ha podido hacer en medios como este, que supongo que los socialistas entienden que forman parte de su derecho a la libre expresión y que se produjeron después de la primera cuchillada que le dieron en la entrepierna, no sé que otras cosas ha podido hacer el consejero del Cabildo para que termine apartado de una formación que hasta hace dos telediarios muchos decían que dirigía a su antojo. Estoy esperando a que los socialistas digan que le han pillado con las manos en la masa degollando una gallina, practicando amores ocultos con una cabra mocha o haciendo cualquier cosa que justifique su rápida y radiada crucifixión política.
Los socialistas lanzaroteños han perdido una oportunidad única de presentarse a las elecciones locales sin mancha. Al final, se han sumado a la larga lista de partidos con problemas, se han sumado a la clasificación que en el orden que cada uno quiera colocar integran Coalición Canaria (CC), el Partido de Independientes de Lanzarote (PIL), el Partido Popular (PP), Alternativa Ciudadana (AC-25M)...
Cuando todo esto comenzó, recuerdo que Miguel Ángel Leal dijo que los socialistas son capaces de armar los follones más gordos y luego terminar dándose la mano y trabajando unidos en pos de un objetivo común. Mucho me temo que eso ya no va a pasar, que aquí hay mucha gente que no sólo no se va a dar la mano, sino que no se va a volver a mirar a la cara.