¿Y EL OTRO, QUÉ?
Estamos en este verano que lo tiramos, estamos que nos salimos, que no cabemos por el cuello de la camisa viendo a tanto personaje entrando y saliendo de nuestras vidas. ¿Qué me pueden decir del Chominito? Pues poco, ¿verdad? Poco porque es un repugnante personaje de nuevo cuño del que irán conociendo más detalles en función del paso inmisericorde de los días, una vez que pasemos esta torrija veraniega que ahora parece impregnarlo todo. Chominito es un personaje que encarna por sí mismo todos los males que rodean al mundo de la especulación pura y dura, de esos que lo único que buscan en Lanzarote es su propio interés. Le da lo mismo si al final la isla termina hundiéndose en el fondo del océano Atlántico. Lo que quiere es llenarse los bolsillos, y llenárselos bien. Tenemos conocimiento pleno de sus últimos movimientos, de cómo acaba de engordar sus bastardos intereses de forma un tanto lujuriosa. Lo que no sabe Chominito, cosa que debería saber si leyera los periódicos, escuchara la radio o viera la televisión, es que todo se termina pagando, como lo están pagando los que asaltaron el Ayuntamiento de Marbella. Le decimos, por su interés, que determinados movimientos pueden acabar...