LOS SUCURSALISTAS NO APRENDEN

Nos quejamos, con reiteración, de los efectos nocivos del centralismo provincial y provinciano y luego no somos determinantes a la hora de quitarnos las pulgas, piojos y garrapatas que afloran a la epidermis conejera. Lo peor no es lo que nos viene desde fuera sino lo que se cosecha en nuestra finca. Los de las Islas obispales tienen sucursalitas que con tal de estar ahí, en un puesto de mierda, son capaces de vender sus almas - (¿Las tienen?) - al mismísimo Satán. ¿Tenemos que recordar hechos lastimosos del pasado? Pues bien, el puerto y la propia lucha por lograr la Cámara son las dos caras de la moneda. En lo de las Cámaras se luchó con una unidad y una solvencia extraordinaria y se venció la resistencia pecaminosa y numantina de los canariones. En lo que a la consecución de la autonomía portuaria respecta ahora los del digo diego cantan con fervor, pecaminoso, el diego, digo. Han tocado el pito en Gran Canaria y aquí todos firmes en defensa de los intereses - (esperemos que no espureos) - de los de allende nuestros mares. La carajera de antes de ayer en el Hotel Lancelot es una muestra evidente de que desde allí desde la Confederación Canariona no quieren soltar amarras con respecto a meter las narices en la Cámara de Lanzarote o séase en nuestras cosas. No sabemos si es legal o no pero lo que no es legitimo es que desde la redonda insular se siga dictando. Hay que ir a por una Confederación que nos represente de verdad, que represente a todo el empresariado Lanzaroteño y no a un sector tremendamente curioso. La Confederación conejera, la de Don José, poco o nada ha hecho de positivo salvo prestar locales y creó que es la hora de que se manden todos a mudar porque ¿A quien o quienes representan? Entiendo que en primerísima instancia se representan a ellos mismos y claro los réditos ya se sabe a donde van a parar.

Lanzarote necesita del quehacer serio de todos para salir del embrollo en el que la han metido cantidad de curiosos y “anudado” personajes de tristes, muy tristes figuras que igual hasta se tapan los rostros para no ser identificados... ¿Es mucho pedir integridad a nuestros representantes cualquiera que sea su campo de acción? Eso es lo que todos esperamos.