RECTIFICAR ES DE SABIOS

Señala el dicho popular con notable acierto que rectificar es de sabios. No sabemos si llega a tanto el actual alcalde de Arrecife, Cándido Reguera, pero lo cierto es que rectificar, ha rectificado. Nos estamos refiriendo al comunicado de prensa emitido por el Ayuntamiento en el que el máximo responsable de su grupo de gobierno anuncia que dejará sin efecto el concurso de adjudicación de la gestión indirecta del servicio de guaguas (rectificación en toda regla) si los trabajadores acceden a trabajar más horas y se comprometen a mejorar el servicio. Chapó por el alcalde y chapó por el grupo de gobierno. Y no regalamos piropos por regalar, porque los políticos por regla general no lo merecen; lo hacemos porque no es fácil dar marcha atrás a algo así una vez que ya estaba todo rodado.

En ocasiones confundimos las ganas que tenemos en Lanzarote de contar con políticos valientes con la velocidad con la que algunos quieren tomar decisiones trascendentales. Este era el caso del tema de las guaguas, un asunto que al menos en esta casa no veíamos nada claro, sobre todo en el momento en el que se supo que al menos nueve trabajadores iban a pasar a ocupar puestos en el Ayuntamiento que nada tenían que ver con su oficio de conducir guaguas. Las cuentas ya no nos salían ni de broma, y de ahí la dura crítica que desde este grupo de comunicación se lanzó contra el alcalde y su grupo. Cándido Reguera lo anunció la semana pasada en Crónicas Radio; hizo una oferta que el presidente del Comité de Empresa del Ayuntamiento, José Cabrera, y el concejal Andrés Barreto dieron como buena. Como las palabras se las lleva el viento, lo mejor es lo que ha sucedido este lunes: comunicado oficial y compromiso público. Sólo falta que los trabajadores lo acepten, y estamos convencidos de que lo aceptarán. Es su trabajo el que está en juego, y la pretensión del alcalde es más que lógica. No ha pedido mucho.

Todo el mundo está de acuerdo en que hay que mejorar el transporte público en la capital, porque es un verdadero desastre. Ahora, no se podía hacer a cualquier precio y de cualquier forma, y menos afrontando un proyecto tan serio a pocos meses de las próximas elecciones. Como no es lo habitual en política, hay que alegrarse de que todavía haya representantes públicos dispuestos a reconocer que han podido meter la pata (otros han metido la mano, que es mucho peor), dispuestos sobre todo a sacarla a tiempo.

Los de siempre tenían los cuchillos perfectamente afilados para preparar la campaña electoral y para desmontar sobre todo cualquier atisbo de crecimiento del PP con este asunto, cosa que a nosotros ni nos va ni nos viene. Allá cada cual, allá cómo preparan la campaña cada partido. Mucho nos tememos, eso sí, que el ideólogo de la fábrica de humo tendrá que buscar otro Morro Angelito, porque el de las guaguas no les va a servir para nada. ¿Mandará ahora el ideólogo que las pintadas contra Astrid Pérez vayan en otra dirección, qué otro caso de corrupción le imputarán en forma de vergonzoso grafiti a la presidenta de los populares, tendrán que echar mano otra vez del socorrido asunto de la Bufona como ya hicieron con la lamentable ayuda de algún medio de comunicación durante las elecciones insulares de su partido? Lo que está claro es que algo van a buscar, pero el tema de las guaguas, que era un filón, se les ha fastidiado. ¡Qué pena, ¿o no?!