MALA BILIS DE LA BARRILETE

Desde luego en nuestra clase política no es que abunden los lumbreras. Lo que sí que abunda, y mucho, son políticos con mala leche, de esos que se hacen mala bilis con cualquier cosa. Es el caso que nos ocupa hoy, el de Barrilete, que últimamente no encuentra consuelo ni en sus incondicionales acólitos. Como está enfadada, como la vida no le sonríe precisamente, no hace otra cosa que ir soltando por cualquier esquina la mala baba y la mala milk que ahora le sobra. Todos sabemos, al menos lo saben aquellos que la conocen, que la Barrilete es una mentirosa profesional, que no conoce a amigos y que únicamente busca perpetuarse en el cargo, a costa de lo que sea. Cada día nos llegan muchos mensajes a esta redacción, algunos a través de la edición digital -gracias por el notable y creciente seguimiento-, y otros a través de los otros medios que ponemos al alcance de nuestros lectores. El caso es que nos ha llegado uno muy curioso en el que un lector hace un retrato perfecto de la Barrilete, a quien describe como la típica llorona plañidera que dando pena aquí y allá termina poniendo el zapato en la boca de cualquiera. También nos ha llegado otro comentario reciente, este colgado en la edición digital -saben que respetamos la libertad de expresión siempre y cuando no se injurie, calumnie o insulte- en el que se cuestionaba seriamente la calidad y cantidad de la información difundida a través de nuestro particular zurriagazo. Se nos reprocha que de vez en cuando anunciemos que vamos a contar más cosas que sabemos, se asegura que luego nunca las contamos. Pues no es verdad, siempre las contamos, aunque no siempre cuando nos gustaría hacerlo ni como nos gustaría hacerlo. Así son las cosas, y así se las seguiremos contando, que diría Buruaga.