LAS CUENTAS DEL COCHINO COJO

No entendemos muy bien qué tiene Costa Teguise para los políticos. En estos momentos te encuentras en la zona casi a más políticos que a turistas, lo que preocupa enormemente a las autoridades locales. Si bien es cierto que los políticos consumen, y algunos bastante, los economistas de la zona creen que es más rentable potenciar el turismo, pero el turismo de los extranjeros de toda la vida, aunque sea con alpargata. Si no nos engañan, en la siempre despierta Concejalía de Turismo de La Villa están pensando en la posibilidad de combinar ambas cosas, o hacer algún recorrido especial para políticos para que no molesten a los turistas; algo así como una “políticogira”. Se trata de aprovechar que las pintas calvas y que no está el horno para desperdiciar el dinero que pueda venir en mano o en sobre, tanto monta…

El caso es que hay reuniones y reuniones. Algunas son importantes y otras no tanto. Importante por ejemplo fue la que desveló esta misma casa el verano pasado, cuando se reunieron nada menos que el alcalde de Haría, José Torres Stinga (entonces todavía tenía mando en plaza en Coalición Canaria), la alcaldesa de San Bartolomé y actual secretaria general del Partido Socialista, María Dolores Corujo, y la concejal del Partido de Independientes de Lanzarote (PIL) en Arrecife, Emilia Perdomo, en estos momentos en el Grupo de los No Adscritos y sentada en la bancada del grupo de gobierno junto a socialistas y nacionalistas gracias a una inteligente maniobra de la alternativa Blanca Blancas. Una reunión que como dijeron luego sus protagonistas fue “casual” y para hablar del tiempo.

Pues bien, resulta que entre los muchos puntos de encuentro, se ha puesto de moda un restaurante que responde al curioso nombre de “El Cochino Cojo”, lugar donde dicen los que han ido que se come bastante bien. Le regalamos la publicidad. Allí, si no nos engañan nuestros ojos y oídos, se vio recientemente otra curiosa reunión que volvía a tener como protagonista a la alcaldesa de San Bartolomé, que parece haberle cogido gusto a la zona. Nos cuentan que estuvo sentada nada menos que con quien se supone que era su máximo rival en la organización, el ínclito Carlos Espino, y también con el no menos ínclito Miguel González, dos socialistas de pro, como es de sobra conocido por todos. El mismo Carlos Espino que le hizo un favor del carajo recientemente diciendo públicamente, con la buena baba que le caracteriza, que él apoyó a la compañera Loli en el último congreso y que incluso buscó votos para ella. Dicen los que conocen las interioridades del PSOE que a la “lideresa” del cotarro no le hizo ni puñetera gracia semejante arrumaco público.

Pues bien por segunda vez, resulta que parece que en ese interesante encuentro en “El Cochino Cojo”, que imaginamos que quedó perfectamente grabado para la posteridad, como es uso y costumbre de uno de los comensales, se habló de cuentas y de cuentos. De los cuentos preferimos no ocuparnos, pero sí de las cuentas, de las cuentas del PSOE. Nos dicen los peor pensados del partido que parece que la nueva secretaria general y su recién estrenado grupo no están muy conformes con las cuentas que dejaron los anteriores inquilinos, no sólo por las deudas, sino porque hay algunas cosas que no les cuadraban y necesitaban explicación. ¿Hubo explicaciones convincentes? Ocurre siempre que hay relevo, siempre que alguien pasa el testigo a otro alguien. Ahora, hay testigos y testigos.

Nosotros, que conocemos bien al personaje (básicamente por el cariño que nos tuvo durante el tiempo que trató de destruirnos por todos los métodos que estaban a su alcance en los momentos en los que se peinaba mejor que nadie y manejaba mejor que nadie los resortes del poder), dudamos mucho de que haya dejado una mala herencia económica a sus amados compañeros. No creemos, como nos cuentan, que Espino se fuera del PSOE dejando un pufo de tres pares de narices. Es más, apostamos por todo lo contrario, teniendo como referencia su magnífica gestión al frente de los Centros Turísticos. Es más, estamos convencidos de que ni siquiera hubo esa reunión en “El Cochino Cojo”, y todo forma parte de las ganas que tienen algunos de enredar y de que los medios enredemos más en el enredo.

De todos modos, según nos dicen en otras orillas políticas, esto se va a tener que saber dentro de poco. Con la que está cayendo, parece que en todas las organizaciones políticas están poniendo mucho celo a la hora de presentar cuentas. Y, sobre todo, están intentando que las cuentas sean claras y que cuadren, no vaya a ser que alguien pueda acusar a otro alguien de financiación irregular o de gestión sospechosa de los recursos públicos. Hasta ahí podíamos llegar.

La semana que viene les contamos más sobre otras reuniones políticas de otros partidos que también se produjeron en Costa Teguise. Menudo filón.