LA INCREÍBLE HISTORIA DE LOS CABOS CHUSQUEROS DEL PSOE

Los inteligentes lectores de este medio saben que los partidos políticos son en su comportamiento interno como el ejército. Existe una jerarquía de mando que se debe respetar si uno no quiere verse en problemas; cualquier tipo de indisciplina se paga con la apertura de un expediente disciplinario y con la expulsión en muchos casos de las filas de la formación (que se lo digan si no a la gente del PP o del PSOE en Canarias, a gente como Domingo González Arroyo, Guillermo Guigou, Miguel Ángel Leal, Nuria Cabrera, etcétera, etcétera, todos los que se han rebelado contra el poder establecido y han salido escaldados). Pues bien, dicho esto tenemos que contar con satisfacción que en Lanzarote existe un grupete de cabos chusqueros que tienen lo que hay que tener para plantarle cara a los generales: nos referimos a los valientes y osados Carlos Espino y Miguel González, que el pasado jueves sorprendieron a propios y a extraños enviando una nota de prensa (aquí llegó, tenemos que admitirlo, porque ya saben que el veto que sufrimos es parcial; ahora sólo le corresponde al señor Caraballo) en la que aseguraban que la directora general de Costas, que si lo trasladamos a términos militares es teniente del ejército socialista, había desmentido las palabras del senador Marcos Hernández (capitán) y de la ministra de Medio Ambiente, general en plaza del departamento que antes dirigía Cristina Narbona.

Resulta que estos dos aguerridos jóvenes se fueron a Madrid, se entrevistaron con la teniente y entre los tres decidieron que lo que había dicho la general en los desayunos de Europa Press no tenía ningún valor, era mentira. Nos referimos por supuesto a las explosivas declaraciones de Elena Espinosa que desmontaron todos los argumentos esgrimidos por el “espinismo” para mantener su campaña de acoso y derribo contra una parte de los hoteles del sur de Lanzarote, en este caso el hotel Papagayo Arena. ¡Con un par! Según su nota de prensa de la semana pasada, la Dirección General de Costas volvía ahora a tener intenciones de expropiar el hotel que dirige Manuel Concepción y volvía a recuperar su idea de derribarlo. Es decir, que a pesar de la juventud de la general, estos dos cabos chusqueros se atrevieron a garantizar que está medio chocha y no sabe lo que dice, que cuando dijo aquello de que el hotel de Lanzarote “es absolutamente legal” y derribarlo sería como derribar un hotel del centro de Madrid no sabía lo que hacía. Se necesita tener valor, no digan que no. Y estos dos muchachos, uno de ellos por cierto diputado nacional aunque no lo sepan ni en su casa, lo tienen.

Imaginamos que el comunicado oficial del PSOE de Lanzarote habrá llegado al Ministerio de Medio Ambiente. Imaginamos que alguien habrá informado a Elena Espinosa de que hay dos cabos chusqueros de la isla de Lanzarote que han desmentido unas declaraciones suyas simplemente hablando con una de sus subordinadas. Imaginábamos hasta que pasó lo que pasó que esta misma semana la general o generala iba a tomar alguna decisión al respecto. Y es que sólo tenía dos salidas a nuestro juicio: o desmentía lo expuesto por los cabos chusqueros o les daba la razón. Cualquiera de las dos opciones era tremendamente absurda: si salía ahora la ministra diciendo que hay que derribar el hotel Papagayo Arena, iba a hacer un ridículo monumental, porque entendemos que el argumento que ofrecería sería el de que estaba mal informada, con lo que automáticamente tendría que presentar su dimisión; si salía desmintiendo a los cabos Carlos y Miguel, los que tendrían que dimitir son ellos, coger la chaqueta y marcharse para su casa.

Todo cambió radicalmente esta misma semana, cuando los dos cabos, imaginamos que con tirón de orejas incluido de alguien, colgaron otro comunicado en la web oficial del PSOE de Lanzarote asegurando que Costas no tiene competencias para expropiar y derribar el hotel en cuestión, puesto que no invade ninguna zona de servidumbre. ¡Con otro par! Da la sensación de que han rectificado antes de que les rectifiquen, porque el rectificado de la general habría traído aparejado más que seguro la apertura de algún tipo de expediente disciplinario.

¿Qué va a suceder? Pues mucho nos tememos que al final lo ocurrido no va a llegar a oídos de la ministra y los dos cabos chusqueros se conformarán con mantener la postura oficial del PSOE de Lanzarote en medio silencio, sin hacer demasiado ruido, dejar que pase el temporal que han generado esta semana con su rectificado del rectificado y poco más. Eso si no hay alguien con mala leche de otro partido o de algún medio de comunicación hostil que no haya enviado ya los dos comunicados al Ministerio. No creemos que eso suceda, no nos imaginamos quién o quiénes podrían ser capaces de hacer algo así.

En fin, que el cachondeo en el que se ha convertido la política de Lanzarote no tiene límites, y esta gente que se ha apoderado del PSOE juega peligrosamente no sólo con las instituciones que manejan a su antojo con el consentimiento del PIL sino con los ciudadanos que pagan sus generosísimos salarios. Mucho nos tememos, eso sí, que la gente, que no tiene ningún problema para decir una cosa un día y la contraria al día siguiente. Su política de la sostenibilidad por la sostenibilidad ya ha sido destapada y descubierta, y los ciudadanos, que están a otras cosas en estos terribles momentos que nos está tocando sufrir a muchos, no se creen nada de lo que les cuentan, por muchos asesores caros que contraten, por muchos medios afines que tengan en nómina y por mucho humo que genere la fábrica que tienen instalada en la última planta del Cabildo nuevo. Casi todos saben ya que lo de la sostenibilidad por la sostenibilidad ha sido un tremendo negocio con el que se han hecho ricos unos pocos, siempre a costillas del pueblo.

Por cierto, que hablando de medios afines, nos cuentan, no sabemos si será cierto, que Espino y compañía empiezan a cansarse de la actitud de un grupo de comunicación en concreto al que le han dado el oro y el moro (de hecho, se lo han dado todo a ellos) y que últimamente no hace otra cosa que ponerles los cuernos políticos, escorándose casi sin disimulo hacia el bando contrario. ¿Qué medida van a tomar Espino y compañía? Mucho nos tememos también que ninguna, porque cualquier reacción a estas alturas llega demasiado tarde, y alguien debe saber algo que impide que otro alguien haga el otro algo. Mientras se lo piensan, seguro que mandan a Manuela Armas a otro viaje, lo más lejos posible, más que nada para que no dé la lata mientras confeccionan otra nueva estrategia con la que salir del paso.

Por último, y no por ello menos importante, nos dicen que en el PSOE van a sacar un periódico; una especie de boletín interno pero mucho mejor hecho, tal vez para contrarrestar la malísima imagen que tienen en la sociedad actual, por mucho que sus asesores se empeñen en vender lo contrario. ¿Quién va a hacer el periódico, quién lo va a financiar si finalmente se hace? Que nadie se preocupe, que nos enteraremos.