ESPINO EN EL GIMNASIO
Esto de la precampaña electoral trae todo tipo de sorpresas. La última y más fuerte es que nuestro compañero Chalo se ha encontrado este lunes en el gimnasio al líder de los socialistas lanzaroteños, a Carlos Espino, de quien se dice que la última vez que se puso un chándal fue para conmemorar el inicio de las Olimpiadas de Munich, en el 76.
Las malas lenguas dicen que el permiso de fin de semana que le han dado en la prisión de Tenerife II a Dimas Martín le ha puesto en preaviso, no vaya a ser que un día se lo encuentre por la calle en Guatiza y tengan que echar una carrera, o un pulso, según el desafío que plantee semejante encuentro.
Lo verdaderamente cierto es que el hombre está yendo al gimnasio para ponerse en forma (para adelgazar está claro que no) y afrontar así con más fuerza la dura campaña electoral que se avecina. Dicen otras malas lenguas que algunos la van a plantear en plan sucio. Por supuesto, está descartado el PSOE de Espino de este tipo de prácticas. La marrullería nunca ha sido lo suyo.