Y EL ESCUALO CAERÁ CON EL CETÁCEO
Navegan ambos, los dos, - (el Escualo y el Cetáceo) - por el proceloso mar del urbanismo con voracidad y desprecio a lo que es la Norma escrita que no debe tener excepción alguna y mucho menos si quienes pretenden vulnerarla ostentan o detentan cargos públicos. Hay un “tocho” que pesa lo suyo y lo ajeno que va a poner de relieve, nos dice, una farramalla de tomo y lomo. Creen estos pescaditos que por hablar mucho ocultan sus traseros repugnantes. Pronto una denuncia curiosa les va a dejar en pelota picada.
Los parlanchines y las parlanchinas -(Tiburón y Ballena)- caerán pronto en la cuenta de que una cosa es sembrar y otra bien distinta dar trigo. Éstos sembraron cataratas de casi elocuentes principios de honestidad pero en la práctica barrían para dentro de forma descarada. Aprendieron rápido y bien del Pichirilo, sólo en lo teórico y claro metieron la pata porque al final dejaron al descubierto un rabo que les va a costar Dios y ayuda tapar, porque ya se sabe que determinados rabos se mueven aunque estén en agonías y si no que se lo pregunten a Luc River, que es especialista en tapadas y tapados, bueno en tapadas y destapadas pero para lo que es una auténtica fiera es para negociar componendas de lamentable resultado social. Claro que el Luc entiende que todo comienza y acaba en su bolsillo.