¿DÓNDE ESTÁN?

Con frecuencia hemos insistido en este particular espacio de nuestro diario en la necesidad de que las propiedades públicas no sólo se mantengan sino que estén perfectamente localizadas, puestas a buen recaudo de cualquier tentación especuladora de alguno de los muchos rateros que se cuelan en la política, que haberlos haylos. De rateros, de gente que roba cosas que no son suyas, tenemos muchos ejemplos, como el que ha dado a conocer esta semana este diario con las infracciones por sustracción de agua en Insular de Aguas de Lanzarote, Inalsa. Pues bien, les contamos una historia que nos han contado a nosotros y que resulta algo más que llamativa. Fíjense que un buen día el Cabildo le concedió la posibilidad a la Cooperativa del Taxi de Lanzarote de acceder a un local de su propiedad para que pudieran tener una sede en la que reunirse. Hasta allí acudieron contentos y satisfechos por el logro, con un cartel reluciente que querían colgar en la puerta para que todo el mundo supiera dónde se encontraba la sede social del gremio. Cuál fue su sorpresa cuando al llegar se presentó alguien que les dijo que allí no podían estar porque se trataba de una propiedad privada. ¿Una propiedad privada, es que no era del Cabildo? No sabemos cómo ni por qué se produjo la historia, pero no estaría mal que alguien nos la aclarara a nosotros, se la aclarara a los taxistas y de paso se la aclarara a los perplejos ciudadanos que se habrán quedado igual de atónitos al leer estas líneas que nosotros cuando nos enteramos del tema. Tremendo.