DON PAPE, HUIDITO

Don Pape está ahora a sus anchas (y largas) disfrutando del placentero arrullo del mar de Cabo Verde, ese conjunto de islitas que tenemos muy cerca de aquí y que en poco o en nada se parecen a las nuestras. Parece que Don Pape se está recuperando allí del tremendo dolor que tiene en el trasero después de la monumental patada que le dieron en estos pagos de Dios, patada totalmente merecida, todo hay que decirlo. Una vez que fue descubierta su absoluta incapacidad para gestionar y para diseñar estrategias, no así tanto para intrigar (esto último se le da muy bien; de hecho, es un terreno en el que se mueve como pez en el agua y demuestra cada día que es un maestro), los que mandan más que él, que alguno hay, le pasaron la correspondiente facturita. Nos cuentan nuestras fuentes casi siempre bien informadas que muy pronto va a recibir el aliento asesor de orden económico que lleva tiempo esperando, proveniente nada más y nada menos que de su “amigo” El Hueso. El Hueso, como saben los más asiduos a esta redacción, es todo un portento de la naturaleza en lo que se refiere a destruir intereses contrarios a los suyos, y no digamos nada en el arte de grabar el pensamiento y alguna cosa más de sus teóricas amistades, a quienes sin reparo vende, como diría Cantinflas, por un cochino puñado de dólares. Igualito que su jefe Don Pape, aunque en versión Judas Iscariote. Les contaremos más.