COSAS QUE PASAN

Pasa que, Miguel Ángel Leal, no esta dispuesto a aceptar los datos que recientemente aportaba Asolan -(su presidente Don Francisco Armas de armas a tomar)- en torno al pretendido descenso de la arribada de turistas a nuestra isla. Los números que el Consejero de Turismo del Cabildo Conejero pone de relieve reducen, porcentualmente, a un escaso 0,68% el descenso en la arribada de turistas a ésta isla y que traducida en cifras totales supone apenas 816 personas menos que el año anterior por estas misma fechas. Añade, el Consejero de Turismo, que esta circunstancia aporta grandes dosis de esperanza para el sector turístico de Lanzarote al contrario de lo que apuntaba recientemente Asolan. Se preguntan, desde el Patronato de Turismo, si lo que desea la Patronal , con urgencia, es una sobreoferta turística o más cama para atenderla. La cosa tiene su miga porque si esto es así habría que abrir unos curiosos interrogantes que apuntarían ,necesariamente, en una dirección especulativa de mucho cuidado de la que, estamos seguros, van a hablar una serie de “anudados” personajes de aquí te espero y allí te tiro.

Nos cuentan que se prepara una especiE de ofensiva para debilitar la política de contención al desarrollo desmesurado de orden turístico, con argumentos que fijan como meta, también especulativa, inflar el globo de una crisis, que de ser cierta, habría que buscarla en la gula de no pocos de los que ahora se atrincheran en el receso para consumar sus pretensiones y que además a la hora de rascarse los bolsillos, en el terreno promocional, son un tanto “roñosos” o lo que es lo mismo, primos hermanos de la virgen del puño.

Pasa que el capítulo de los tontos se reduce cada día más por estos lares y por consiguiente el campo de operaciones de los listorros, en lógica consecuencia, se simplifica más y más cada nuevo amanecer.

Pasó que algunos creyeron que la “barrilete” era tonta, que la podían utilizar como moneda de cambio para lograr sus perversas aspiraciones y ni el “cojitranco” ni el “colibrí” midieron, en su justo valor, la capacidad de aquella y muchos menos su glotonería y por ello se han llevado un sorpresón mayúsculo. La muchachita se destapo y con la alianza del pírgano y del mercader ha sofocado una revolución que fue algo así como una tempestad en un cacharro o en una vetusta basililla.