Más escándalo con los menores inmigrantes
Este viernes Crónicas ofrece una más que interesante entrevista mantenida con la consejera de Empleo y Asuntos Sociales del Gobierno de Canarias, Marisa Zamora. Al margen de su repaso por temas tan importantes como el desempleo o la vivienda para los jóvenes y los más desfavorecidos, destaca sobre todo su contundente explicación sobre la mala situación en la que se encuentra Canarias como consecuencia de la atención a los menores inmigrantes. Los datos que ofrece son realmente preocupantes, muchos de los cuales entendemos que o no se han dado a conocer o no se han difundido con la precisión que el caso merece.
Zamora asegura que la situación de los menores ahora es más grave que hace unos meses, ya que, aunque ha descendido la llegada de cayucos y pateras el número de menores sigue aumentando.
Al margen de criticar seriamente el incumplimiento que ha hecho el ministro Caldera de los compromisos asumidos con Canarias, detalla lo que para ella es el perfil del menor más conflictivo actualmente, el marroquí. “El perfil de los menores marroquíes que nos están viniendo ahora es mucho más conflictivo que el de los menores subsaharianos que se recibieron en verano. Muchos son niños pequeños de menos de diez años, que deambulan por la calle haciendo todo tipo de cosas y que además son muy racistas y xenófobos en los centros con los chicos subsaharianos. Por eso tenerlos juntos en los centros es muy complicado”, describe en lo que parece la narración de un relato de terror.
La consejera confiesa que el delegado del Gobierno en Canarias, José Segura, le ha dado siempre la razón en todas las quejas que ha planteado por la desatención del Estado en los temas de la inmigración, y aunque trata de excusarlo, la verdad es que no tiene excusa, porque es el Gobierno central el que tiene que intentar resolver este importante problema.
Ya lo hemos dicho en varias ocasiones, la situación de los menores inmigrantes que siguen llegando en oleada a España es un problema mayúsculo. Y no sólo es ya un problema que afecta a Canarias, donde evidentemente se hizo más que sensible a raíz del terrible acto de violación de un joven en La Montañeta, es un problema que afecta a Andalucía, a Murcia, a Madrid... No es extraño que muchas comunidades autónomas, a través de sus consejerías de Asuntos Sociales, estén pidiendo a gritos una intervención del Gobierno central para que de una vez por todas se determine qué hacer con estos menores inmigrantes. Lo más lógico, como se sostiene en todo momento, sería repatriarlos a sus países de origen. Sin embargo, en ocasiones, en muchas ocasiones, no impera la lógica, y se impone una serie de despropósitos administrativos que provocan la situación que se está viviendo en estos momentos.
No hay que olvidar además que muchos países de los que proceden estos menores no cuentan con tratado de extradición, lo que complica sobremanera la cuestión. Pero incluso con los países con los que sí que hay este tratado, como es el caso de Marruecos, no resulta sencillo devolver a los jóvenes, que evidentemente sueñan con quedarse a vivir en Europa y huir del hambre y la miseria que en la mayoría de los casos han dejado atrás. La solución debe venir de alguna parte.