Las dudas del Plan General
Hacía mucho tiempo que no se sabía nada del farragoso Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Arrecife, un documento que de la mano del equipo del urbanista Fernando Senante se presentó como la gran salvación de la capital de la necesidad, la tercera ciudad del Archipiélago y la primera de la clasificación de las precariedades. Después de los grandes problemas que se produjeron entre los partidos políticos que se enfrentaron a cuenta del documento -no hay que perder de vista nunca el tremendo lío interno en el Partido de Independientes de Lanzarote (PIL), los duros enfrentamientos entre el primer grupo de gobierno y el Partido Socialista Canario (PSC) y las enconadas críticas de grupos empresariales y organizaciones sociales y sindicales de todo tipo-, llegó un periodo de aparente sosiego y de análisis de lo que se suponía que ya iba a ser la apuesta definitiva por el diseño del verdadero Arrecife del siglo XXI que todo el mundo quiere.
En estos días circula por algunas redacciones de los medios de comunicación de la Isla un interesante documento sobre la Adaptación del PGOU a las Directrices de Ordenación del Territorio y del Turismo de Canarias y sobre la Revisión del escrito que tantos “errores” tenía y que tantos quebraderos de cabeza provocó en la Comisión que se creó para analizar su contenido.
En ese documento se comprueba que existen cambios que de momento despiertan alguna que otra suspicacia. No obstante, teniendo en cuenta que muchas de las acusaciones son lo suficientemente graves como para provocar la apertura de algún proceso judicial, habría que proponer que se aborde este tema con pies de plomo.
No cabe duda, y si no que se lo digan a los dirigentes del Ayuntamiento de Marbella que están pasando estos días entre rejas, que hay poca gente que se resista a la posibilidad de ganar dinero fácil y rápido simplemente desentendiéndose de la aplicación de alguna que otra ley. No cabe duda también que en algunos lugares, y es el caso de Marbella, este enriquecimiento de vértigo lo percibe cualquiera que tenga vista y oídos.
Arrecife es una ciudad que está en estos momentos en su punto de arranque para convertirse en la verdadera capital que Lanzarote merece. Para conseguirlo se tendrán que conseguir numerosas inversiones que vendrán de fuera, especialmente de Europa. Al calor de este dinero es más que probable que se intenten levantar negocios que nada tienen que ver con el espíritu general de la mayoría de los ciudadanos, ese espíritu que no persigue fines espurios.
Como en estos tiempos que corren las almas cándidas son las menos, no está de más que los políticos, que son los representantes del pueblo en las instituciones, vigilen de cerca de los más listos de la clase, esos que siempre tratan de sacar tajada cuando se presenta la oportunidad. ¿Y qué mejor oportunidad de ganar dinero fácil y rápido cuando se debate el futuro planeamiento urbanístico de una ciudad de más de sesenta mil habitantes?
Por eso hay que dar un voto de confianza a los actuales gestores, y también a los representantes de la oposición municipal. Hay que pensar que todos esos pelotazos que se vislumbran en el horizonte finalmente no van a quedar más que en los deseos de los más poderosos de seguir amasando fortuna.