La publicidad del CCN
En estos días en los que la mayoría de los partidos políticos ya han cogido carrerilla para llegar en plena forma a la campaña de las elecciones locales y autonómicas que se celebran en mayo del próximo año se habla mucho sobre el futuro del nacionalismo. A nadie se le escapa la tremenda división interna que está viviendo el nacionalismo canario, con una cantidad de partidos que en absoluto beneficia a la unidad de ideas, de acción y de fuerzas, lo que indudablemente beneficia a los dos partidos nacionales, Partido Popular (PP) y Partido Socialista (PSOE).
Islas como Lanzarote son un buen ejemplo del disparate que se está viviendo o padeciendo, disparate que de algún modo se está corrigiendo con las alianzas que en muchos casos se están buscando y en otros se están logrando, como ha sido el último pacto entre Coalición Canaria (CC) y la ya desaparecida Asamblea por Lanzarote (ApL).
Fue precisamente la crisis vivida en el seno de CC como consecuencia primero de la no elección de Román Rodríguez como vicepresidente del Gobierno regional y su no elección tampoco como portavoz en el Congreso la que provocó que todo saltara por los aires. Los primeros en marcharse fueron los integrantes del partido que en su día creó Lorenzo Olarte, el Centro Canario Nacionalista (CCN), ahora sólo Centro Canario por razones de mercadotecnia.
El CCN, de la mano de un enérgico Ignacio González Santiago, está consiguiendo en poco tiempo una cantidad de afiliados que empieza a preocupar seriamente a sus rivales, y no sólo a los nacionalistas. Para ello, están realizando una agresiva campaña publicitaria que ya ha recibido las primeras críticas. De hecho, como explica el propio Ignacio González en la entrevista que reproduce este diario en su edición de este miércoles, ya han tenido que tomar la determinación de retirar la publicidad de un periódico. Concretamente ha sido de La Opinión de Tenerife. La razón no ha sido otra que las duras críticas que ha vertido en su contra el director del medio, Francisco Pomares, quien ha definido la campaña como “basura”, lo que indudablemente no ha gustado a los responsables del CCN. “Nosotros no vamos a poner publicidad en un medio hostil”, dijo González Santiago para justificar la retirada inmediata de la publicidad y la carta que envió al medio replicando a su director.
Lo cierto es que la campaña, que los centristas aseguran que les van a copiar los demás partidos en breve, es incisiva, original y efectista, no sabemos todavía si efectiva. Se busca en primer lugar que el mayor número posible de canarios conozcan a la formación, sepan quiénes la integran y sepan sobre todo que pretenden. Un ejemplo muy bueno es el faldón que se publica en las ediciones digitales de algunos medios de Gran Canaria con la renovada imagen de un Lorenzo Olarte que pregunta algo tan duro como “¿qué tipo de contrato basura es el tuyo?”. Puesto así, desde luego, quedaría bastante fuerte, aunque si uno gira la vista hacia la izquierda se encuentra con otro eslogan que clarifica las cosas: “Tú puedes cambiarlo, yo quiero cambiarlo”.
Ocurra lo que ocurra en el proceso electoral, porque hablar a toro pasado es muy fácil, resulta meritorio el esfuerzo que está haciendo el CCN, meritorio en ideas y meritorio también en capital, porque a nadie se le esconde que este tipo de campañas requiere de una notable inyección económica.
A día de hoy es imposible saber con qué se conformarían los centristas, porque su propio presidente asegura que no quieren ser llave de nadie porque aspiran a ganar las elecciones. No lo tienen fácil, desde luego, pero está claro que intentarlo lo van a intentar.