Huelgas y más huelgas

Comienza a tomar cuerpo esa sospecha que existe entre algunos empresarios de que Lanzarote es desde el punto de vista laboral lo mismo que el Real Madrid desde el punto de vista deportivo, un auténtico desastre. Sólo hay que ver los datos que se ofrecen desde el Servicio de Mediación y Arbitraje de Canarias (SEMAC) para darse cuenta de lo disparatado que es el mundo del trabajo en un lugar en el que, por suerte al menos hasta ahora, hay muchas cosas que hacer y muchos oficios que desempeñar.

No es casualidad por tanto que se produzcan tantas huelgas. Sin ir más lejos, en estos días tenemos que informar sobre la huelga de los funcionarios de Justicia, sobre la huelga de los trabajadores de Iberia que operan en el aeropuerto de Guacimeta, sobre la huelga de los trabajadores de la Escuela de Hostelería, sobre la huelga de Garden Care... Son muchos conflictos para un sitio tan pequeño.

Esto debe conducir a varias reflexiones: la primera, que la sociedad de Lanzarote está cambiando a un ritmo de vértigo, ofertando un mundo de trabajo que tal vez no se corresponde con la realidad; segundo, que determinados empresarios no cumplen con lo que en principio prometen, lo que deriva en la generación de todo tipo de protestas; tercero, que no existe autoridad política ni institucional alguna que dé respuesta y salida a tantos conflictos.

Lo cierto es que por unas razones u otras Lanzarote se va conociendo en el mundo por sus líos, cuando lo interesante para todos es que se conociera por sus infinitos atractivos turísticos y por su oferta cultural y de ocio. Va siendo hora de que alguien plantee seriamente el asunto, que se intente hacer algo.