El cuidado de las playas

Precisamente en verano, ansiada estación que en nuestro hemisferio se inicia oficialmente hoy, es cuando, al menos en buena teoría, deberían presentar las distintas playas conejeras un mejor aspecto, pues que al fin y al cabo todos vivimos de eso: de ofrecer una buena imagen cara al exterior. Sin embargo, no puede decirse que sea ése el caso de dos concretas y cada vez más frecuentadas zonas playeras de Lanzarote: Guacimeta y Famara. En la primera, que comprende las playas y demás calas próximas al Aeropuerto, la suciedad ha disminuido algo en los últimos meses con respecto a épocas inmediatamente anteriores, cierto es, pero los perros (no precisamente pequeños) molestan y dan más de un susto a los bañistas o paseantes que sólo buscan y exigen un mínimo de tranquilidad en sus horas de descanso. Y está claro que no son los animales los que tienen la culpa de que no se respete la prohibición de ir con los mismos que aparece graciosamente en los cartelitos. Dueños y autoridades municipales -si las hubiera- tienen ahí toda la culpa, unos por acción y otros por omisión. Otro tanto se puede decir de la parte final de Famara.

Lo de los perros, sobre todo en Playa Honda, ya es la historia interminable. Y el Ayuntamiento debería entender que no basta con emitir bandos a los que nadie presta atención, como tampoco basta con colocar algunas papeleras si después no se vacían regularmente y acaba siendo peor el remedio que la enfermedad. Por cierto, tanto Guacimeta como Famara son zonas de nudismo no declaradas (aunque sí descaradas, visto lo visto). Desnudo se puede quedar más de un político en la próxima cita electoral si no arregla como es debido, y no con simples parches de cara a la galería, un problema que ya viene de lejos y que cada día genera más quejas entre los ciudadanos.

DESNUDOS AL SOL

En hablando de nudismo, la prensa nacional informaba días atrás de que Canarias, Baleares, Andalucía y Galicia son algunos de los principales paraísos para los nudistas españoles y extranjeros. Siempre según esa misma noticia, hay unos 500 sitios concretos repartidos por las mencionadas regiones españolas en donde los bañistas se tuestan al sol al natural, en pelota picada, en bolas o tal y como sus respectivas madres los trajo al mundo (elija el lector la expresión que más le guste o tache la que le parezca menos adecuada). Pero esos 500 enclaves oficiales de nudismo tampoco significan nada, pues en la práctica son muchísimos más. Y es que, partiendo de la base de que el nudismo es legal en casi cualquier espacio público (siempre y cuando no se trate de una iglesia, un ayuntamiento o en mitad de la calle), en Lanzarote sabemos de sobra que zonas que no están específicamente catalogadas como nudistas -caso de las citadas Guacimeta y Famara-, son a todos los efectos zonas "naturistas", como saben de sobra los extranjeros, peninsulares o isleños que se dejan caer por allí en calidad de practicantes del "despelote" o como simples "ojeadores".

Nada tenemos contra el nudismo, por supuesto, siempre que éste se practique en zonas delimitadas o habilitadas para ello. Teniendo en cuenta que no todos los cuerpos se conservan igual de bien, los sustos que algunos nos dan pueden ser has perjudiciales para la salud.