11.700 empresas por una Cámara insular
La jornada de este miércoles será histórica principalmente por un hecho que hace unos años parecía imposible de alcanzar: el empresariado de Lanzarote elegirá por primera vez a los representantes de la Cámara de Comercio insular, un ente autónomo que dependerá única y exclusivamente de sí mismo.
En total son 11.700 los representantes de la Isla que tendrán la opción de votar en los comicios, en unas urnas que estarán a su disposición en el salón de plenos del Cabildo, donde se ha trabajado a fondo estos días para disponer las 15 urnas en las que habrá que depositar las papeletas.
La votación se va a llevar a cabo con listas abiertas. Así, será posible combinar a candidatos de ambas planchas en aquellos grupos donde se escogerán a dos o más aspirantes a las 40 plazas en litigio. Las votaciones se podrán realizar desde las diez de la mañana hasta las ocho de la tarde, con lo que es probable que en las primeras horas de la noche ya se sepa el resultado.
Tanto en Lanzarote como en Gran Canaria se espera una alta participación del empresariado, principalmente por dos razones: la primera, que las dos planchas que se presentan (Plataforma Promotora de la Cámara de Comercio y Empresarios por Lanzarote) han trabajado intensamente para movilizar a todos aquellos que tienen que acudir a las urnas; la segunda, que se ha producido un ambiente de tensión que siempre desemboca en una reacción de estas características.
En estos momentos, como se haría en cualquier proceso electoral que se quiera, los medios de comunicación deben ser respetuosos y no lanzar ninguna consigna que pueda favorecer o perjudicar a los candidatos que se presentan. Sin embargo, hoy sí es un día para recordar lo importante que fue que un grupo de empresarios de Lanzarote se pusieran de acuerdo para luchar por lo que parecía una quimera. Lo hicieron en tiempo y forma, de manera brillante e inteligente, aprovechando el momento. De hecho, si no fuera por que se agotaba la legislatura y ningún partido político quería salir mal retratado en la foto, es más que probable que las fuerzas del mal que se esconden detrás del centralismo impuesto desde Las Palmas y Santa Cruz hubieran terminado imperando, hubieran hecho prevalecer el ordeno y mando que siempre ha mantenido bajo el zapato a las islas no capitalinas. Esta circunstancia y el trabajo bien hecho fueron suficientes para que todas las islas, no sólo Lanzarote, tuvieran la posibilidad de elegir a los representantes de un órgano que controla un volumen importante de dinero y que impone una cuota obligatoria al empresariado que normalmente no sabía para qué se empleaba.
También es el momento para recordar el brillante discurso que hizo Enrique Pérez Parrilla, entonces presidente del Cabildo insular, en la defensa de la autonomía de las cámaras insulares. Su intervención en el Parlamento estuvo a la altura de lo que esperaban de él los defensores de la idea.
Por estas razones, habría que esperar que una vez que termine el proceso impere la transparencia, la sensatez, el sentido común, para que aquellos que finalmente salgan victoriosos -en estas historias para bien o para mal siempre hay vencedores y vencidos- hagan en la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Lanzarote lo contrario de lo que se hacía en la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Las Palmas. Es decir, emplear con rigor el dinero público en aquellos proyectos que beneficien al empresariado insular, ayudar a crear más empleo, buscar fórmulas para que mejore la salud financiera de los que invierten... En definitiva, que una vez que termine el proceso lo normal es que los dos bandos enfrentados, a pesar de lo que se han llegado a decir, trabajen juntos y colaboren para que la nueva Cámara dé los frutos deseados. Sería una lástima perder una oportunidad de estas características, y la confirmación de que tienen razón aquellos que no creen en la descentralización y en el reparto equilibrado del poder.