La Cámara de Comercio insta a los ayuntamientos a “controlar” las subidas del catastro
La Cámara de Comercio de Lanzarote se manifiesta preocupada y alarmada por la subida desproporcionada del catastro en municipios como Arrecife, Tías y Haría. Entiende que la Ponencia del Catastro es “una referencia” pero que son los ayuntamientos quienes pueden y deben controlar la contribución que se paga por la posesión de un inmueble o terreno. “Los Ayuntamientos no pueden echarle la culpa al decreto nacional del catastro”, dijo Eduardo Spínola este miércoles en rueda de prensa. La Cámara exige una reacción inmediata de las administraciones públicas y de la misma Dirección del Catastro para dejar sin efecto la Ponencia porque “está por encima del mercado y la Ley no lo permite”. “Es la puntilla para empresarios y vecinos”, agregó Spínola.
No es el momento
El presidente de la Cámara destacó que un momento como el actual, de recesión económica, no es el más oportuno para establecer semejantes subidas. En Arrecife, sostuvo, hay aumentos hasta del 8.000 por cien. A la Cámara le parece injusto que personas que están pagando hipotecas con subidas constantes ahora también tengan que hacer frente a un exagerado Impuesto de Bienes e Imbueles (IBI) a sabiendas de que la propiedad es prácticamente del banco. Además, según apuntó, las subidas tampoco favorecen al Consistorio ya que en el caso de que se tengan que expropiar viviendas para ejecutar alguna obra a tenor de un plan general de ordenación urbana, la administración correspondiente tendría que pagar más debido a que el valor de expropiación está en función del catastro.
Subida real
Spínola tildó los recibos de “confusos” y advirtió de que una subida aparente del 40 ó 60 por ciento es sólo el 10 por ciento del aumento real. Si alguien pagaba 400 euros el año pasado y hoy tiene que pagar 650 euros quiere decir que con la subida se le incrementa a 2.500 euros, “porque la subida se reparte en 10 años”. Asimismo, Spínola defendió que el impuesto que pagan los ciudadanos debe ser proporcional a los servicios que reciben y Arrecife no es precisamente el mejor ejemplo de dicha proporcionalidad.