Políticamente incorrecto

Alguien me dijo hace unos días que no era políticamente correcto hablar mal de la escuela de teatro de Arrecife, el TEA (Teatro Estudio de Arrecife), a pesar de que estos políticos tienen cierto resquemor porque dicen no entender cómo se pueden hacer esas críticas que han vertido los responsables del TEA durante los últimos días contra un Ayuntamiento que les subvenciona mensualmente sus actividades con 5.300 euros (casi un millón de las antiguas pesetas) y un Cabildo que anualmente les concede una ayuda de 20.000 euros (más de tres millones de pesetas).

Dicen que en el edificio del nuevo Salón Polivalente de Arrecife contarán con un local en condiciones y que la Sociedad de Altavista solamente es provisional hasta que se terminen las obras del teatro. Sin embargo, esta provisionalidad que ya dura más de dos años está haciendo que los ánimos flaqueen y que no tengan otra opción que denunciar una situación que a todas luces es insostenible, a la par que injusta.

Señores políticos de Arrecife, no es normal que las clases de teatro de un ‘montón' de alumnos de toda la Isla se desarrollen en esas lamentables condiciones. Hace unos días llegaba a esta redacción unas fotografías que se sumaban a las que hicieron nuestros fotógrafos cuando fueron reclamados por profesores y alumnos del TEA para que vieran in situ las condiciones en las que semanalmente se desarrollaban sus clases, que daban literalmente asco.

Confieso que cuando vi la imagen de la taza del water me dio un ‘vuelco' al estómago y solamente pensé en esos niños pequeños que acuden a esas clases y que como todos los ‘enanos' son muy propensos a ir al baño constantemente sin que en la mayoría de los casos se puedan aguantar.

Pero el problema no es solamente que esos pequeños no puedan aguantar sus ganas de orinar, sino un tema salubridad pública.

Imaginamos que los padres de los niños que acuden a esas clases se echarían las manos a la cabeza cuando vieron esas fotos. Unas fotos que dejaban patente la situación en la que se desenvuelven las clases de la escuela de interpretación más importante de la capital lanzaroteña, que incluso se ha propuesto que sea insular, tal como recordaba días pasados el consejero de Educación y Cultura del Cabildo de Lanzarote, Miguel González, quien a pesar de que se desentendía del tema diciendo que la escuela es una competencia del Ayuntamiento de Arrecife, adelantaba que se disponían a firmar un convenio con la Sociedad de Altavista mediante el cual la Primera Institución insular se comprometía a pagar 6.000 euros a la mencionada Sociedad para que ésta arregle sus infraestructuras.

Lo cierto es que la escuela lleva dos años soportando una situación que se ha vuelto insostenible: el local en el que imparten su enseñanza no tiene baños ni agua corriente; sufre goteras, hay falta de higiene y un ambiente negativo en la entrada del edificio. Y la pregunta que nos hacemos todos es si eso es políticamente correcto.

¿Es políticamente correcto que un Ayuntamiento como el de Arrecife permita que esos niños, vecinos de toda la Isla, asistan a clases de teatro en esas condiciones? ¿Es políticamente correcto que los responsables de la Corporación arrecifeña no hayan dicho nada del asunto y simplemente se dediquen a decir por lo ‘bajini' que ellos les dan todos los meses 5.300 euros sin tener en cuenta que además de Salvador y Elena hay profesores que tienen que cobrar, una seguridad social que hay que pagar y material que hay que aportar para que esas clases se desarrollen con todas las garantías y que no siempre tengamos que estar por detrás de otras ciudades en todos los aspectos? ¿Es políticamente correcto que se ‘raquanee' con estos temas tan importantes para el conjunto de la sociedad y después se derroche dinero en asuntos baladíes que solamente interesan a nuestros políticos? ¿Es políticamente correcto que se deje abandonar una escuela que ha sido ejemplo de un trabajo bien hecho y, sobre todo, de constancia, esfuerzo y tesón?

El TEA depende del Consistorio capitalino, que hace dos años llegó a un acuerdo con la Sociedad de Altavista para que ésta cediese parte de sus instalaciones a la escuela.

Salvador Leal ha denunciado que, después de las fiestas que se producen durante el fin de semana en el local, la entrada del edificio y las escaleras aparecen con “vómitos, vasos y botellas con restos de bebidas, licores derramados, trozos de tarta y otros alimentos en paredes y suelos, colillas, etcétera”. Se trata de residuos de fiestas ajenas que los profesores del TEA se ven obligados a limpiar para que por lo menos nuestros niños no cojan ninguna infección por acudir simplemente a unas clases de teatro.

Dos semanas llevan los profesores y alumnos del TEA denunciando esta situación, y la pregunta que nos seguimos haciendo hoy sábado, víspera de fin semana, es con qué situación se encontrarán nuevamente los alumnos y profesores de la escuela de teatro este lunes.