Todo por la PPasta

Cuando llegan los procesos electorales, a los componentes de esa raza tan peculiar denominada “política” se les alteran las hormonas como a un adolescente en el momento de descubrir su sexualidad.

Los movimientos tectónicos que se producen en las entrañas de las formaciones políticas no tienen nada que envidiar a los que produce la naturaleza cuando las placas se juntan y provocan terremotos o tsunamis de diferentes intensidades.

Es más, por lo que afecta a los ciudadanos en el día a día, el grado de intensidad de las disputas internas de estos grupos de iluminados es infinitamente más alto que el de cualquier movimiento sísmico. A corto plazo es evidente que, salvando las distancias de la comparativa, un terremoto o un tsunami es infinitamente más serio por sus repercusiones, que lo que provoca la disputa interna por un cargo.

Sin embargo, mientras que los movimientos de la tierra son incontrolados e incontrolables, las guerras por el sueldo son provocadas y promovidas por individuos que no tienen otra cosa mejor que hacer en su vida que amargarnos la nuestra y encima cobrando.

Como me gusta escribir claro, les voy a poner un par de ejemplos que clarifican, por lo menos para mí, este siniestro horizonte de movimientos telúricos ciudadanos.

El partido socialista se ha montado un circo en el que le han crecido los enanos y le han encogido los elefantes.

Montan un teatrillo con las famosas primarias, única y exclusivamente porque a algún que otro fenómeno, que sabe que a partir de Mayo solo ira al Ayuntamiento a buscar algún certificado de residencia, eso de dejar de mamar de la teta municipal no le debe hacer mucha gracia. Cobrar un pastón sin cualificación y además sin dar un palo al agua es algo tan goloso que, con tal de no volver a su trabajo anterior, es capaz de organizar un lio a ver si, con suerte, la que gana le lleva en las listas, que con la que está ahora sabe que no ira.

El otro ejemplo del que les hablo, es todavía más flagrante, deprimente, indecente y que pone de manifiesto, de una forma incuestionable, que muchos de los que se apuntan a políticos lo hacen única y exclusivamente por lo mucho que se cobra, lo bien que se vive y lo poco que se trabaja.

El lio que tiene el Partido Popular es de los que hacen época.

Cuando sabes que el reparto de cargos remunerados, bien sea porque eres cabeza de lista o porque tienes la certeza de que vas a gobernar en coalición con algún otro grupo, es escaso debido a muchos factores, los cuchillos sobrevuelan la sede de los populares buscando una víctima a la que dejar fuera de este deprimente juego en el que se ha convertido la designación de cargos o puestos de salida en las listas a las diferentes instituciones locales.

Les voy a contar lo que llega a mis oídos con más o menos veracidad.

Que conste que lo que les voy a decir ni es la verdad y con mucha seguridad estaré profundamente equivocado. Es más, ojala este equivocado y lo que les cuento no sean más que rumores infundados de gente que no tiene otra cosa mejor que hacer que especular.

Es posible que en la lista del Ayuntamiento se den varias opciones. La primera y la que tiene toda la certeza es que Astrid Pérez será la cabeza de lista. De eso ninguna duda, ahora bien, ¿quién será el segundo?

Las malas lenguas apuntan a que, a cambio de comerse el marrón de encabezar una lista sin posibilidades de salir, Joel Delgado a “sugerido” que, a cambio del sacrificio que seria para el repetir como cabeza de lista al Senado, algo que, hoy por hoy, no quiere nadie en el PP, mas que nada por lo estéril del esfuerzo que se va a realizar para nada, quiere ir de segundo en la lista al Ayuntamiento de Arrecife.

Es fácil, pensara el Senador, no salgo al Senado pero si al Ayuntamiento porque malo sería que no saquemos por lo menos tres y al ser grupo político me libero, ya que Astrid se liberaría por el Parlamento, si es que sale elegida.

Con esta jugada, Astrid cobraría del Parlamento, Joel del Ayuntamiento, que para eso es el Secretario General del partido, la buena de Dacil cobraría de su empresa y aquí paz y en el cielo gloria.

Esto por lo que respecta al Ayuntamiento de Arrecife, porque lo del Cabildo tiene mas enjundia.

Aquí la idea es que, siempre y cuando el PP no pueda formar parte del grupo de gobierno en una posible coalición de las derechas, conseguir que tanto Jacobo como Ángel cobren su sueldo como liberados, siempre y cuando saquen por lo menos tres consejeros y puedan formar grupo político propio.

Para eso se están planteando lo siguiente. Si las circunstancias se dan, nombrarían a Jacobo asesor del Ayuntamiento de Arrecife y de esta manera, Ángel se quedaría como liberado y portavoz del grupo en el Cabildo. Solamente la idea, como pensamiento pasajero, de tener que volver a AENA, al bueno de Ángel le produce un sarpullido de tal calibre que hay que poner a media corporación en cuarentena. Es cierto que la frase más recurrida por el consejero del PP a lo largo de estos años ha sido “yo no estoy en política por el sueldo, ya que cuando quiera me vuelvo a mi trabajo anterior que me está esperando ansioso.”

Para el PP, el hecho de que Ángel no cobrara del Cabildo y tuviera que volverse a su puesto de trabajo, peor remunerado por supuesto y con unas condiciones laborales que nada tienen que ver con su status actual, supondría un problema de incalculables consecuencias, ya que, nos guste más o nos guste menos, Jacobo no tiene ni idea de por donde le da el aire y Ángel domina el cotarro, o al menos eso dice él. Lo cierto es que con Ángel fuera del hemiciclo, la oposición del PP sería poco menos que ridícula.

Como verán, todo lo que les cuento es pura fantasía política, o no.

Se trata que todos cobren de una forma o de otra. Con esta fórmula, los que tienen que cobrar cobrarían y a los demás que les den.

Es posible, puede que muy probable, que al final los que me cuentan los chismes estén profundamente equivocados y, para descanso de muchas mentes, nuestros políticos están ejerciendo la actividad pública por un afán incuestionable de servicio público que está muy por encima de sus apetencias o necesidades pecuniarias. Es posible que nuestros políticos no estén mirando su bolsillo sino el bienestar de los sufridos administrados y aquellos que pensamos exactamente lo contrario, no seamos más que unas mentes enfermas y retorcidas, unos seres despreciables que pensamos en el político como en un ser al que solo le interesan dos cosas, intrínsecamente unidas una con la otra, cobrar mucho y currar poco.

Sea lo que sea, o tengamos el pensamiento que tengamos, dentro de muy poco veremos quién tiene la razón.

Aunque también es posible, que no probable, que algún alto cargo lea este articulo y se le quiten las ganas de llevar a cabo semejante disparate.

Como decían los romanos, Alea Jacta Est.