Segunda vuelta, ¿seguro?
Por Guillermo León Russo
A nivel nacional, los grandes partidos huyen de las segundas vueltas como de la peste; sin embargo, en Francia e Italia parece que sí funciona. En otros países tienen otras fórmulas que parece que les va bien. Lo que sí les va bien a todos es la ausencia de votos de censura o al menos su proliferación, pero en España, país de pillos (los hay sobrados en todos los partidos), las censuras proliferan con trasiego de tránsfugas, maletines y numerosos asesores. Ni en Francia ni en Italia desaparece ninguno de los grandes partidos, pasen o no a la oposición, o no puedan participen en las segundas vueltas.
Con los resultados en Lanzarote de las últimas elecciones la necesidad de pactos, trasiego de algún tránsfuga, el mercadeo de asesores y demás corruptelas, va a ser difícil llegar a acuerdos estables, por lo que el panorama de los próximos cuatro años lo veo lleno de votos de censura.
Cuando veo, oigo y escucho cómo los partidos se llenan la boca tratando de formar mayorías “atendiendo a la voluntad del pueblo” me entra la congoja. Desde luego el pueblo no votó para este o aquel pacto, el pueblo votó para que el partido o conglomerado en el que cada uno depositó su confianza tenga la posibilidad de defender su programa y sólo eso. Otra cosa es la intención de los componentes de las listas, al menos de los primeros de las listas, quienes, una vez elegidos, se olvidan de sus programas y si te he visto no me acuerdo. Qué triste es ver cómo un solitario concejal o consejero puede decidir qué partido gobierna a cambio de... incluso, no sería la primera ni la última vez que sucede, que éste concejal exige la alcaldía y se la dan (San Bartolomé, no hace muchos años). ¡Qué pena! Y más pena que a un partido con mayoría absoluta, no solo de concejales sino incluso de votos populares, le burlan la alcaldía mediante la compra de un voto, tal como ocurrió en Teguise en 1983.
¿Cómo se puede respetar la voluntad del pueblo? Desapareciendo la necesidad de pactos y de mociones de censura mediante la implantación de la segunda vuelta. Sólo podría existir el voto de censura dentro de una misma lista si fuera necesario y sólo una en un mismo mandato. ¡Qué tranquilidad, qué paz, qué sosiego!
El panorama en Lanzarote en 2011 quedaría así:
Cabildo: segunda vuelta entre CC y PP.
Arrecife: segunda vuelta entre PP y CC
Haría: No hay necesidad de nueva elección.
San Bartolomé: segunda vuelta entre PSOE y PP.
Teguise: segunda vuelta entre CC y PP.
Tías: segunda vuelta entre PP y PSOE.
Tinajo: sin necesidad de segunda vuelta.
Yaiza: segunda vuelta entre PIL y CC.
(Para el Parlamento, no se puede hablar de segunda vuelta al no haber una sola circunscripción sino siete y además con una desproporción tremenda). PP y PSOE podrían arreglar la ley electoral canaria esta legislatura ¿Se pondrán de acuerdo? ¿Dejará CC hacer esto al PSOE?
En la segunda vuelta, es cada votante quien decide a quien le da su voto sin necesidad de unos falsos intermediarios, que mercadeen a su antojo; y quien más votos saque se queda con la alcaldía o presidencia los siguientes cuatros años sin temor a censuras ni zarandajas ¿Que hará, por ejemplo, el votante PSOE en Arrecife, o el del PIL en Teguise, o el del PP en Yaiza, o el de CC en Tías? ¿Que harán los votantes de los (numerosos) partidos testimoniales?
Voy a especular un poco. En el Cabildo y Arrecife ganaría el PP; en Tías y San Bartolomé el PSOE; en Teguise y Yaiza CC. Para tratar de colocarse, todos los dirigentes dirán que sus bases y votantes harán lo que se les mande, pero ni de coña. Los electores votarán lo que mejor les parezca, independientemente de pactos y prebendas ofrecidos por los partidos. A quien dios se la dé san pedro se la bendiga y si lo hacen bien, en cuatro años no les hará falta segunda vuelta. Y nosotros el pueblo, sin sobresaltos de censuras.
El PSOE, por hablar de mi partido en Lanzarote, tiene cuatro años para cambiar de líderes, programas y arreglar sus problemas internos. El PIL y demás testimoniales para unirse a CC y [alguno al PSOE, pocos ya que ser socialista serio es muy sacrificado] acabar con la sopa de letras nacionalista y el PP para disfrutar y pensar en la breve levedad del ser.
Pero el PSOE y el PP se encuentran muy cómodos con el actual sistema. Los dirigentes arreglarían en sus despachos los desaguisados cometidos por unos votantes ilusos que no saben lo que hacen ni harán caso de unos militantes ignorantes de la “realidad” de las cosas. Y sin el PP y el PSOE no es posible cambiar la Ley Electoral ni la Constitución.
* Dicen los expertos que el sistema de segundas vueltas lo que hace es favorecer la creación de pequeños partidos porque es la forma de garantizarse una presencia aunque sea testimonial y luego vender sus votos a uno de los dos primeros (o a ambos). Y aún no existiendo el mercadeo, siempre sería bueno que grupos o personas defendieran algo distinto, algo ilusionante, aunque luego despertaran de ese sueño y a intentarlo de nuevo en otros cuatro años.
También existen otros métodos, como el sistema mayoritario británico, el de listas abiertas (complicado en el recuento pero que sirve para lugares donde todos se conocen) en fin, que todos los sistemas tienen sus ventajas y desventajas sin desmerecer a ninguno. Pero yo me inclino, de momento, y creo que conmigo mucha gente, por la segunda vuelta. Es más cara (casi el doble) pero gana quien quiere el pueblo que gane. Fuera el pasteleo.