Los puertos canarios y el tráfico de armas (I)

Por Antonio Cubillo

ESTOS DÍAS, el gobierno socialista español ha logrado que un grupo de personajes del franquismo más duro, dirigido por el sempiterno hombre del establismen de Madrid en Canarias, el viejo abogado gallego Olarte Cúllen, acompañado de su colega Roberto Goiriz, a propuesta expresa de la delegación marroquí, hayan participado en la Cuarta Comisión del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, que en estos días ha tratado el asunto del antiguo Sáhara español, que el reino español cedió en 1975 al reino de Marruecos y al gobierno de Mauritania, en una subasta pública donde no se tuvo en cuenta que en dicho territorio colonial existía un pueblo autóctono. Suponemos que los gastos han sido pagados por la Cámara de Comercio de Las Palmas y Proexca, así como por el Consulado de Marruecos en Las Palmas y algunos empresarios y amigos del PSOE, con buenos negocios en Marruecos, que no querrán dar la cara.

La monarquía española y sus representantes oficiales, el ex partido republicano PSOE, tenía que echarle una mano a sus amigos de Rabat y al mismo tiempo intentar una maniobra doble ante la Cuarta Comisión, que era tratar de convencer a las Naciones Unidas y a la Cuarta Comisión de que la solución para el problema colonial del Sáhara ocupado es que los saharauis acepten una autonomía bajo dominación marroquí, situación igual a la que existe en esta colonia de Canarias, y aquí viene la maniobra marrueco-olartina-psoísta, como existe en Canarias, que está tan bien, según Olarte. De esta manera se habla de Canarias como un modelo a seguir y se cortocircuitan las demandas del Movimiento de Liberación, el MPAIAC, a favor de la independencia de Canarias y se intenta lograr que la Cuarta Comisión no estudie nuestra demanda ante el Comité de Descolonización, que hemos enviado de nuevo oficialmente, para que se siga el proceso de descolonización de esta colonia, que fue interrumpido en abril de 1978, por la maniobra de terrorismo de Estado que Madrid llevó a cabo en Argel para que la Asamblea General en 1978 no exigiera a España la descolonización de nuestra patria canaria.

Como es lógico, los gobiernos de Madrid y Rabat (y la Cámara de Comercio de Las Palmas) están de acuerdo en contra de Canarias y del Sáhara. Para eso, sus agentes están deambulando en toda Canarias, infiltrándose por todas partes para engañar a la opinión canaria y de paso engañar la opinión internacional. Aunque las N.U. han señalado el año 2010 como el fin del colonialismo en el mundo, España va a hacer todo lo posible para guardar sus colonias y enclaves en África. En esto, la monarquía marroquí de un llamado origen divino, para quien lo crea, está de acuerdo con la española y entre ambas preparan sus maniobras. Marruecos conoce las riquezas y la posición estratégica del Sáhara, y Madrid conoce la de Canarias, y más en estos momentos de crisis internacional en que Canarias va a tener una gran importancia, como la tuvo para el PSOE cuando la guerra de Irán-Irak. Y aquí viene a cuento el título de este artículo.

Durante siete años Europa armó a los beligerantes de esta guerra haciendo pingües beneficios, donde el puerto canario de Las Palmas jugó un papel trascendental. A pesar del embargo internacional decretado contra la venta de armas, el gobierno colonial español, precisamente del mismo color que el actual, se aprovechó de esta guerra para vender armas a los dos bandos, junto con otros gobiernos europeos. En septiembre de 1980, el Consejo de Revolución, dirigido por Sadam Hussein, decidió romper los acuerdos de Argel de 1975, donde se habían establecido las fronteras marítimas entre Irán e Irak en el Chatt el Arab, desembocadura del Tigris y el Éufrates. Los iraquíes lanzan un ataque sorpresa contra Irán con 240.000 hombres, 2.500 tanques soviéticos, 100 AMX franceses y 1.800 piezas de artillería. Los iraníes resisten la primera oleada, aunque con menor armamento y el paseo del dictador Sadam Hussein se convierte en una larga guerra. Irán, que acaba de liquidar el régimen del Sha persa, tiene armas pero no tiene municiones ni piezas de recambio. La guerra o blitz de los iraquíes fracasa y va a durar muchos años y aquí es donde intervienen los traficantes de armas internacionales y los gobiernos europeos, especialmente Suecia, Portugal, Francia, Suiza y España, entre otros, y, por otro lado, los USA. Todos sabemos que las guerras se ganan con suministros de pólvora, explosivos y municiones y no con palabras y los dos gobiernos tienen petróleo y mucho dinero, luego hay negocios y buenas comisiones, piensan dichos gobiernos. Los gobiernos europeos, no intervienen directamente sino a través del Cartel de Pólvora y Explosivos. Las empresas españolas suministradoras son Unión Explosivos Río Tinto, la Empresa Nacional Santa Bárbara, con sus fábricas de Toledo, Gamesa, Expal y Esperanza and Co., entre otras.

El problema es el embargo internacional, luego hay que saber burlarlo, arrendar barcos, fabricar certificados de destino final de navegación y tener puertos de confianza para trucar los destinos e incluso cambiar el nombre de los navíos comprometidos. El cartel tenía ya una experiencia en el tráfico de armas puesto que durante muchos años estuvieron suministrando armas al régimen del apartheid de África del Sur, a través del puerto de Las Palmas, en Canarias, y la colaboración de las autoridades coloniales españolas, en cuyo aeropuerto hacían la escala regular los aviones de SAAW, que, viniendo de África del Sur, hacían escala en la isla de Sal, en Cabo Verde. Recordamos que en los años 1977 y 1978, el MPAIAC destruyó dos veces las oficinas de esta compañía para llamar la atención de la complicidad del régimen de la UCD de A. Suárez y Martín Villa con el régimen de apartheid y en apoyo a la lucha los patriotas de la ANC.

Cuando los socialistas del PSOE ganan las elecciones en 1982, necesitan dinero y nada mejor que entrar a fondo en el comercio de armas y explosivos, sabiendo que los gobernadores civiles de Canarias y las Juntas de Obras de los puertos de Tenerife y Las Palmas están ocupados por discretos y fieles dirigentes que no se van a ir de la lengua y que algún día serán premiados políticamente. Además, en septiembre de 1983, la fábrica de armas española Gamesa está en crisis y hay que salvarla, puesto que dependen sus puestos de trabajo y negocios de otras fábricas como Río Tinto (ERT) y fábricas de la competencia en Portugal y Austria para posibles contratos. Hay un negocio importante que el PSOE no quiere perder de venta de armas a Irán, cuyo contrato se discutió discretamente en un consejo de ministros y que representaba la cantidad de 280 millones de dólares y fue ejecutado de 1984, 1985 y 1986 por sociedades públicas y privadas asociadas en el negocio. En 1983, el sector del armamento español realizó un negocio de un billón de francos franceses, la mitad dedicado a la exportación, pero estaba en crisis y el contrato con Irán era un gran negocio. La fábrica de armas Gamesa, de Vitoria, en Euskadi, trabaja a marchas forzadas, produciendo 1.200 obuses por día. Rafael Eraso, el director de la empresa, hace continuos viajes a Teherán mientras, y, por otro lado, discretamente, se ofrece armamento al gobierno de Irak, como demostraremos en los siguientes artículos y donde se ve el papel del puerto de Las Palmas en dicho tráfico.