Pregón de las Fiestas de Marzagán
Por Manuel N. González Díaz
Doy la bienvenida al honorable cónsul de la República de Corea, y nombro a los muchos miembros de la Comisión de Fiestas´; sobre el escenario, decorado con motivos circenses, aludo a cuatro animales dibujados sobre cartón piedra, al tigre, símbolo asiático, de Corea, al león, nuestro símbolo, y por los leones del Atlas, al gorila entre rejas, refiero que los primeros europeos que lo encontraron, marinos portugueses, lo confundieron con un hombre, un hombre peludo, y al elefante de mi derecha, que en hebreo decimos “pil”, que es igual al nombre del partido mayoritario de la Isla de donde vengo, empieza en ese momento la lectura del pregón, que es el que sigue:
Baruj Hashem.
Buenas noches, autoridades, señoras, señores, público en general; no sobra decir que es un honor, y es obligado decirlo, es un privilegio y un orgullo. Éste de hoy es un acto emotivo, por diversas razones. No voy a hablar de mi, no puedo ni creo que deba, no tiene, ni tengo, personalmente, la menor importancia, y no es falsa humildad, no creo que tenga algún sentido pero como dice Hillel: Si no hablo yo bien de mi, ¿quién lo hará?, y cuando hablo en mi favor ¿qué soy?, y si no ahora, ¿cuándo?
Agradezco a la responsable de la elección, y a la no menos libérrima aceptación de los responsables de este acto, comisión de festejos y autoridades.
Marzagan, en Telde, Isla Canaria, la Gran Canaria. Algunos pugnan por quitarle el atributo, histórico, de “grande”. Está escrito en Cohélet que “el número de tontos es infinito”. Dice el marxiano que eso prueba el error de la Torá - que es luz, en hebreo-, porque siendo el número de humanos finito, el de los tontos no puede ser infinito; otros interpretan que lo que quiso decir el sabio es que “el número de tontos tiende al infinito”, así nos reproduzcamos, así aparecerán los correspondientes a cada generación.
No sabemos de donde viene el nombre Marzagán, especulamos.
Telde, especulamos, es un sanatorio, un lugar alto, saneado, saludable, no es una opinión, es el significado de Telde, hay un Tintelde, una montaña, al sur de Marruecos, cerca de Agadir.
Sí conocemos el origen del nombre de las Islas Canarias, del Cabo Canari, que recoge la geografía de Ptolomeo, cabo que luego los portugueses llaman Bojador, hasta hoy día. Las islas están frente a ese cabo, de donde tomaron su nombre, como las de Cabo Verde, del Cabo Verde, en Senegal.
Canari es una tribu, que refiere Plinio en su Historia, tribu que habita al sur del Atlas, y que da nombre a ese accidente geográfico.
Esos canari no llegan a Canarias, llegan sus hermanos, o parientes. Plinio refiere que los canari se valen de perros para cazar, como al día de hoy los nemadi, beréberes que habitan el desierto de Nema, en Mauritania, y el oeste del desierto del Azawad, en Malí, imazighen todavía no islamizados.
La toponimia es Tamazigh, la Tamazgha, territorio poblado por imazighen, desde la Isla de Hierro, en las Canarias, hasta Siwa, en el desierto Egipto...la momificación, los merlados, no es un hecho gratuito, si la Torá y sus leyes son la deconstrución de costumbres paganas, Canarias es lugar donde perviven las mismas...
Les iba a hablar, iba a escribir, para hablarles, del rezo, de la importancia del rezo. Vamos a abrir, con este pregón, una fiesta. La fiesta es importante, aquí, en Marzagan, y en Persia, la fiesta es importante en todos los Egiptos. Nada sé de Europa, podría hablar de Europa, no tiene sentido y no me interesa Europa.
Jerónimo Saavedra, alcalde de esta Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, ese es un nombre clave, nadie entendería en el mundo que yo me refiriera a Jerónimo Saavedra, sí aquí, en los límites con Telde, en Marzagán - también en la Gomera, como Pedro García Cabrera...A la mar fui por naranjas/cosa que la mar no tiene/metí la mano en el agua/la esperanza me sostiene”. refiero a don Jerónimo, una gran persona...hubo otra que confundió a la familia Millares Sall con un Spa, y luego con la vinoterapia...otro pregunta la opinión de Saavedra, respecto a eso, Jerónimo trata de exculpar a esa persona, y declara: “Es que es de Lanzarote”... Antes me arrojo a una hoguera, ardiendo, que avergonzar públicamente a alguien...
No sé qué merito concurre en mi para estar aquí, haciendo ésto. Acaso sea la arbitrariedad de mi amiga, Chona del Toro Montesdeoca. Pensaba qué decir, qué puedo decir, qué quiero decir. De qué estoy seguro, qué certeza tengo. Soy feliz en el shull, soy feliz en la sinagoga, cuando hay minian, diez fieles juntos, en comunión para el rezo. Iba a hablarles del rezo; si puedo decir algo, si digo algo, será sobre el rezo, pensaba antes de este pregón... Hay una festividad, una celebración festiva. Un descanso festivo que distingue los días laborales de aquellos otros que no lo son; rezamos siempre, acaso sea ésta la naturaleza del hombre, el hombre viene a este mundo a rezar, sólo a rezar. Entonces quería hablarles de las leyes del rezo. De la nefesh, el alma, íntimamente ligada a la palabra Tefilá, hacemos tefilá, oración, y est acción de rezar se dice, literalmente, Lehitefilal, que es “autoanalizarse”; y aunque la mayoría de las oraciones sean solicitudes y peticiones, discerniendo si son o no necesarias, justas, o de algún provecho, en puridad es una introspeción en la que nos comunicamos con el Señor; que en palabras del Ramjal, es “deleite humano en el esplendor de su presencia”; a ese estado de capacidad de recepción y esplendor divino se llega por el estudio de la Torá y el cumplimiento de las mitsvot, de dónde cumplimos y entendemos los valores objetivos de la vida.
Si el Santo, Bendito Sea, quisiera, cerraría mi boca, obstruiría los orificios y cavidades de mi cuerpo, o abriría los que deben estar cerrados, cerraría los que deben estar abiertos, y no podría estar delante de Su trono ni una hora. Moriría.
“El judío se gana la vida con la boca”, rezamos, cantamos alabanzas...
Debo decir que soy Manuel González Díaz, Nicolás, de segundo nombre. ¿Por qué Nicolás?, mamá, pregunté, ¿por Tolentino?, no, animal, por Bari. Bari está, como saben, en Italia. Un día en Roma tomé el tren hacia el sur; busqué en el mapa, quería llegar a un puerto que me llevara al Peloponeso, a Atenas, a ver la Lápida de Maratón, en su museo arqueológico. Busqué en el mapa y localicé Brinsisi, ¡Oh!, Brindisi. Cuando yo era niño Brindisi era mi héroe, Brindisi y Carnevali, el portero de la Unión Deportiva Las Palmas, el equipo de fútbol de mi padre, mi equipo. Debía ir a Brindisi, fui a Brindisi, allí encontré la escalera, la escalera que lleva al mar, una escalera donde sentarse y mirar al mar, una escalera marmórea que dicen de Virgilio, que falleció allí, me refiero a Virgilio, el príncipe de los poetas latinos, autor de las Georgicas, y luego de la Eneida, el protegido de Mecenas... El barco me transportó a Patros, puerto Griego, mi padre estudió la importancia de Patros en la Escuela de Comercio, me habló de eso. Murió hace poco más de un año. “Mano”, -me decía. Su nombre era Manuel Roque González López, Don Manuel, el de la finca de “La Matanza”, aquí, entre Telde y San Lorenzo... La caricatura de mi abuelo, dibujada en los años treinta, reza, “La Matanza, reina de las fincas, y su distinguido propietario. Su distinguido propietario por entonces era mi abuelo, Manuel González Toledo, hijo de Manuel González Henríquez, hijo de Manuel González Martín... y es por eso que estoy aquí, imagino, por ellos. Somos todos un accidente. La caricatura coloreada, hoy colgada en una pared de una casa veraniega en Lanzarote, la firma F. González, que es Fernando González, y parte de su obra se encuentra en los fondos del Museo Canario.
No había flores en el Puerto, me refiero al Puerto de Lanzarote, el Puerto de Arrecife. No había flores entonces en el Puerto, por la sequedad del paisaje.
Torcusa, nombre de Lanzarote desde Fuerteventura, dado por los mahoreros de Fuerteventura -que distinguimos de los mahoreros de Lanzarote, solo para significar que el gentilicio de ambos es igual y el mismo-, y Torcusa significa, la que carece de pastos, escrito por don Ignacio Reyes en su diccionario guanche, que llamo yo, pero que se dice Amawal Esekenamazigh...y si cuando entonces ya no había pastos, el Puerto de mi niñez, antes del turismo, carecía de flores. Las únicas flores que pude ver en mi niñez fueron las de las coronas que acompañaban a los muertos, esas flores no son costumbre judía, no se decora con flores la sepultura de un muerto. Eran las únicas flores, las de los muertos, así que yo vi las flores en tierra, las nacidas de la tierra, todavía unidas a las plantas, asidas a la tierra por su raíz, aquí, en Marzagán, en la finca, en los márgenes de la carretera, porque la feracidad de la tierra de Gran Canaria produce plantas y mantos floridos. Son bellas las flores.
Y el agua. El agua en Lanzarote, el agua potable, es bien escasa. Aquí vi correr el agua, discurrir por sus acequias; no hay acequias en Lanzarote. Llovía en Gran Canaria, mi abuelo miraba al cielo y se lamentaba: “La finca parece que tiene un techo, tengo una finca con techo, llueve en toda la Isla y no aquí, en Marzagán”- se lamentaba.
Los canarios de Tenerife hicieron las levadas en Madeira, sus acequias, que los portugueses tenían miedo a las alturas, a aquellas enormes eminencias. Así que los guanches de Tenerife establecieron las condiciones de la base colonial lusa en Madeira, que se sepa. Que no sólo conquistaron Colombia, el antiguo Reino de Nueva Granada, llevados allá por el hijo del Adelantado Alonso Fernández de Lugo, Don Pedro Fernández de Lugo, también adelantado de los Católicos Reyes. Los canarios protagonizaron las primeras guerras civiles en América, luego, en el Perú. Qué pena, desde entonces, el guerracivilismo. Nació mi padre en Tamaraceite, en agosto, el primer día del Idus, el 16, en la casa de veraneo que la familia tenía allá, “Gota de Leche” era una parada de guagua cuando entonces, me dijo el año pasado, ya moribundo, y también dijo, como despidiéndose de este mundo: “Bonita era la terraza del Bentaiga, qué bien lo pasaba allí, antes”. Pero la casa familiar estaba en la calle Reyes Católicos, en el número 50, de Las Palmas de Gran Canaria, en el Real, “Ciudad Real de Las Palmas de Gran Canaria”, se intitulaba. Es normal que aborrezca a los Reyes Católicos, es mi naturaleza.
Lo de los perros es fantasía, nada tiene que ver, no existe relación alguna entre los perros y el nombre de Canarias, sólo fue una expresión de ignorancia de doña Josefa Luzardo, cuando llenó de canes de colores la ciudad, cuando su mandato. Los perros broncíneos están en la Plaza de Santa Ana, regalo de la comunidad inglesa aquí, a la ciudad y sus gentes, y son tan canarios como los otros, ahora hablo de perros, no de ingleses, quiero decir que el perro nuestro es el mismo perro que aparece en los jeroglifos egipcios, el podenco canario, bello, flaco, estilizado, el mismo que el del antiguo Egipto, idéntico ADN. Los otros, los de presa, los perros de presa que se dicen canarios, fueron traídos por los conquistadores a su guerra de conquista, la de Canarias, a destrozar a los canarios, a despedazarlos; de ahí vienen esos perros infames, luego fueron usados en América, para su conquista. Cuánto horror en nuestro paisaje.
“La Matanza” se llama así porque hubo gran matanza de canarios, mujeres y niños, por parte de las huestes castellanas, andaluzas y vizcaínas, en ese lugar, lo refiere Marín y Cubas, el doctor canario, primer historiador propiamente canario, en su obra, siglo XVII. Los anteriores, Torriani, cremonés, el otro Abreut Galindo, andaluz. No soy historiador. “Tu abuelo sabía más de historia de Canarias que lo que saben los jóvenes de hoy”, me decía mi padre, de bendita memoria, historia que había aprendido en el colegio, en su infancia, a principios del pasado siglo. Nació en 1900, muerto a fines de los años sesenta, precisamente de una hemorragia provocada por un quiste idatídico que le contagió un perro en su finca.
Nada que ver con los perros el nombre de Canarias. Los perros, en el escudo de la ciudad de Las Palmas, derivan de una gracia heráldica de Juana La Loca, por la lealtad mostrada por sus habitantes ante las invasiones de otros europeos.
Van Der Does no fue el peor, liberó a los presos que el horrendo Santo Oficio de la Inquisición había mandado a su cárcel, y los liberó el holandés, con lo que se salvaron aquellos desgraciados. No así Rabbí Álvaro González, relajado, quemado en Auto de Fe el 24 de febrero de 1526, y su mujer Mencia Báez, y su hijo Silvestre, mártires, aquí, en un solar detrás del convento...su hijo Rubén no fue quemado, declaró que “viendo arder a mi padre descubrí que Dios es Cristo”, y fue converso...Mi padre era un hombre serio, quiero decir muy digno, y silente, espero llegar a ser un día como lo fuera él, que no soy silente, sino un pesado, con todas estas historias... Atravesé el estrecho de Corinto en busca de la Lápida de Maratón, en Atenas. “De todos los griegos, fueron los atenienses los más valientes”, reza esa lápida, con montaña de hoplitas, soldados de a pié, caídos en batalla, 192. Los atenienses, dirigidos por Melcíades, derrotaron a los persas, 6.400. Creen los paganos que los asistió el héroe Teseo y el dios Pan, idólatras...
El agua discurría abundante, limpia, cristalina, por las acequias de Gran Canaria. Insolación, y refresco en la acequia.
El abogado de mi abuelo era Don Ramón, don Ramón Olarte, el padre de Lorenzo Olarte, don Ramón, abogado de estas tierras de Marzagán. Un peninsular que llamaba a mi abuelo “Toledo”. La familia perdió en Madrid el pleito, al que recurrió la Iglesia de aquí, luego de quitarnos un pozo en una esquina de la finca. Tenía seis estanques la finca. El cura pidió permiso a mi abuelo para hacer un pozo en aquella esquina de la finca, mandó a perforar y había agua, claro que había agua. “El cura se mamó el pozo” me dijo mi padre, de bendita memoria, muy lúcido. Aquí don Ramón ganó el pleito, la Iglesia se lo llevó allá, a la Metrópoli y allá no había juez que fallara contra la Iglesia, así que la Iglesia nos robó el pozo.
“Cállate”, fue lo penúltimo que me dijo, y yo pedía a la enfermera que fuera cuidadosa, todavía en su habitación, haciéndole un electrocardiograma, previo a la operación, que fue su final, operación de la que nunca despertó. Se despidió con un “Hasta mañana”, fue lo último que dijo...Mañana lo veré, mañana.
Por qué no me callaré ya. Pero antes, y ahora, salió el Perú. No sé cómo me las arreglo, aquí, en Marzagán, en Venezuela o en Londres, siempre sale el Perú.
Desde Marzagán al Puerto salían los plátanos de La Matanza, salían los muchos plátanos, se embarcaban en el Puerto y salían para Londres, también para España, pero no sé si entraban o no por Cádiz, o por Barcelona, sé que La Matanza tenía un representante platanero en Madrid, algún intermediario que “se puso rico” gracias al trabajo de ustedes; hay una foto de mi padre, chinijo, con mi abuelo, muy elegantes ellos, paseando por Gran Vía, en otra están con el dicho intermediario, ahora que se cumplen 100 años de la Gran Vía... dije que no iba a hablar de Europa y siempre sale Europa, como el Perú. Los canarios tenemos la tara del coloniaje, 600 años de colonialismo no pasan en balde. El sentido del libro Shemot, el segundo de los libros mosaicos, que llaman Éxodo, que trata del éxodo por el desierto luego de la liberación de la esclavitud de Egipto, el sentido de ese éxodo de 40 años, luego del miedo que inspiró la vuelta de los ojeadores a la tierra de Canaán, esos 40 años de éxodo, tienen un sentido, digo, que es que desaparezca la generación que fue esclava, porque ellos tenían la tara de haber sido esclavos en Egipto, y no podían crear una sociedad nueva, basada en personas con mentalidad de esclavas, por eso hubo de nacer otra generación, ya libre, y esa sí entró en la tierra prometida; nosotros, todos nosotros, nacidos bajo el yugo colonial, somos tarados, y lo mejor es ser conscientes de la tara, digo. Por eso nombro a Europa, por tarado. Senghor, el presidente senegalés, era otro tarado, lo que no le impidió ser académico en Francia, muy al contrario, fue académico de la francesa, pese a ser negro senegalés, por esa tara afrancesada. Decía lo de Londres, en Londres hay un puerto, hoy centro financiero de la City, el exitoso centro financiero de la City, que se llama Canary wharf, el muelle de Canarias, que mueve buena parte del dinero del mundo, y lleva ese nombre por todos nosotros, por todo Marzagán, y Telde junto. “Telde tiene mucha personalidad” me dijo mi madre, a Telde nunca lo fagocitará Las Palmas, tiene historia y personalidad propia. Vaya si la tiene, no voy a entrar ahora en su mítico Episcopado, anterior al de Rubicón, en Lanzarote, que fue el que trajo la Silla episcopal a aquí, de allá, y conservó su nombre, que el obispo de aquí se titula de Rubicón y Canaria.
!Oh¡, el Perú, que había dicho antes. Hubo en Perú un prostíbulo, en Piura, en un médano, La Casa Verde, luego Mario Vargas Llosa lo noveló en su segunda novela: “La Casa Verde”, que es preciosa, la obra literaria, digo, bueno, eso fue en Piura, pero la obra trata otra cuestión, también, el asentamiento selvático de Santa María de Las Nieves, que da nombre a la virgen que, al parecer, adoran aquí; allí la misión adoctrinaba indias que acababan, ineluctablemente, o de criadas de pitucos, de blanquitos, en Lima, o de señoras “habitantas”, que dice Vargas Llosa, de aquel lupanar, “La Casa Verde”.
EE UU, allí dictó conferencia Mario Vargas Llosa, que trata sobre aquella novela, Historia Secreta de Una Novela, que se titula, y allí leí, no en EE UU, sino en su edición de Tusquets, lo que refiere sobre el proceso de aculturación de las indias araguanas, que interiorizaban el Evangelio y aprendían a despreciar su antigua cultura, lo mismo ocurrió en Canarias, lo refiere el ya dicho Tomás Marín y Cubas; o sea, que difícilmente podemos hablar de una síntesis cultural entre el mundo canario y el castellano o el español: lo que hubo fue un atropello, como en Perú. Matanzas, asesinatos, esclavismo y atropello, desprecio de lo nuestro, de lo de ustedes, a punta de espada, a punto de cuchillo, de naife; el naife es moro, pero lo decimos en inglés, si se fijan en la empuñadura de un naife, eso es artesanía sahariana, artesanía mauritana, quiero decir, artesanía canaria. Lo que sí leí en el Oeste, quiero decir en el extremo oeste, que no es el Magreb propiamente dicho, que sí es el extremo occidente, en moro, que es donde vivimos y más allá da nombre al sur de Portugal, el Algarve, corrupción de Al Magreb, al Magreb al Aksa, que hoy es el nombre de Marruecos en árabe, que el otro, Marruecos, deriva de Marrakech, en beréber, quiero decir Tamazigh, que toma su nombre de Marrakech, Tierra de Dios, dado por la incursión mora, quiero decir Mauritana, pero ahí no entro, que no es que me pierda sino que no tenemos tiempo para eso, ahora...ahora les decía que hablé una vez en el Oeste, en Portland, Oregón, en la USO, Universidad de Porland, a dictar una conferencia en el Coloquio sobre Minorías Culturales en el Magreb, que trataba de ustedes, de nosotros, los canarios, en lo que a mi me tocaba, también de la minoría judía beréber del Atlas de Marruecos, dictada por el profesor de la Universidad de Haifa, Israel, Dr. Joseph Chetrit, que refirió la tradición en Tamazigh de la Haggadá de Pésaj, el Relato de la Salida de Egipto, que leemos en Pascua, y que en el Atlas recitan en Tamazigh. Porque el relato de la salida de Egipto debe leerse en el idioma que mejor se comprenda, aquí en español, en el español de Canarias, si se hubiese conservado la tradición, si no, las comunidades sefaradim en Marruecos lo recitan en el español de allá, en Jaketía. El Dr. León S. Salama, de la Comunidad Judía de Madrid, me enseñó la Meguilat Rut (Libro de Ruth), que leemos en Shavuot, en ladino, y lo compuso y editó hace poco tiempo, y ahora lo conservamos, pero no aquí, y creo que tampoco allá, digo en Marruecos, sino en Madrid, traído de Marruecos, y lo dedica a la memoria de su señor padre y morí (maestro). El relato de la Salida de Egipto, con brazo fuerte y mano extendida, obra de Él, y no de un ángel, se recita igualmente en Jaketía. Radio Sefarad, este año, por aquellas fechas, lo divulgó en España, pero nosotros leemos el relato de Rabbí Ovadia Iosef, el Hazón Ovadia. La presencia del Eterno, su Shejiná, está junto a los enfermos, por eso el relato empieza en arameo.
Incluso en el Perú lo empezamos en arameo. Mi señora madre está gravemente enferma, Josefa Díaz González, y a ella le digo en arameo, para asegurar la presencia divina.
En el comentario talmúdico de la Haggadá (Shabbat 12b), Rabbí Iehuda había enseñado que no se debe rezar en arameo, pues los ángeles, encargados de transmitir las peticiones, no comprenden ese idioma; por ello los sabios se asombraron de la actitud de Rabbí Eleazar, que solía rezar en arameo cuando visitaba a un enfermo. Rabbí Eleazar explicó a los sabios que cuando una persona se encuentra junto a un enfermo puede rezar aún en arameo, por cuanto la Presencia Divina se encuentra junto a él, como está escrito “El Señor lo alimentará sobre su lecho”, lo que esclarece lo escrito en el libro de Zohar: “Di-s mismo vendrá a escuchar el relato de la salida de Egipto de la boca de Sus hijos”, por ello, enmpezamos el relato en arameo: “HaLahma aniá) Este es el pan de la pobreza...
Les decía, muy al principio, que el amigo Ignacio Reyes, historiador y filólogo de Aguere, me dice que, poniéndolo en grave aprieto sobre la etimología de Marzagán, hay un Marzagán en Lanzarote, y otro en Tenerife, que dice no cree tenga relación, más que fonética, con el antiguo Mazagán de la costa de Marruecos, hoy El Jedida, “La Nueva”, en árabe...el árabe llega allí luego de la prédica de las patrañas de Mahoma, y el profesor me dice que, puesto que no sabemos el significado preciso del término Marzagán, que el asocia a algún tipo de linde o frontera, enfrente este compromiso de el pregón, con fantasía...acaso todo lo dicho no sea más que expresión de fantasía, que no ciencia, o no, ahora mismo no sé si he pronunciado estas palabras aquí, en Londres o en Perú, pero quiero pensar que en algún lugar de Las Palmas, por sus fiestas. Sean benditos todos, y a divertirse, a beber vino, o Clipper, y a comer queso. Dije que no iba a hablar de mi, ¿acaso podemos hacer otra cosa que hablar de nosotros mismos?. El queso de las fiestas de Gran Canaria es muy rico. Y afamado el de Montaña Alta, en tierras de Galdar, de donde bajó al Real, siendo muy niña, mi bisabuela, una cabrera, también pelirroja. Gracias a todos, brajot y felicidades. Recen, pidan por ustedes mismos, y diviértanse. Porque de este mundo nos llevamos lo que nos llevemos a la boca.
En Marzagán, Gran Canaria, a 7 de Av de 5770/ 17 de julio de 2010.