El naufragio de un barco llamado Europa
Para realizar un análisis lo mas objetivo posible y sin el apasionamiento que nos da
el hecho de pertenecer o no a un determinado partido político, lo mejor es agarrarse
al inexorable dictamen de los números.
Y en razón a los números que nos ha deparado las elecciones al Parlamento
Europeo del día 25, podemos hacer un estudio bastante fiable de lo que ha pasado
en España y las razones, estas si objetivas, del porque de cada resultado.
Por unos motivos o por otros, los resultados arrojan una escalofriante realidad que
debería ser tomada muy en cuenta por aquellos que se dedican a convencer a los
ciudadanos de una y la contraria, de lo que se debe hacer para reconducir un país y
al mismo tiempo de lo que es no hacerlo.
Para hacer un primer razonamiento diría que el PP ha naufragado contra un arrecife,
el PSOE se ha partido en muchos pedazos, los nacionalismos, salvando al PNV, se
han hundido en sus propias incoherencias filosóficas y PODEMOS ha construido
un barco con capacidad para mucha mas tripulación de lo que ha podido reclutar.
Siendo estas, las elecciones al Parlamento Europeo, unos comicios a los que la
mayor parte de los ciudadanos tradicionalmente han importado mas bien poco,
reflejan, mas allá de esta relevancia ciudadana, que no hay en España un partido
capaz de convencerlos de que hay formas muy diferentes de hacer las cosas,
dentro de unos parámetros de racionalidad económica y social.
Esta claro, por lo menos eso es lo que dice el indice de participación, que en lo que
respecta a los ciudadanos españoles, Europa nos queda bastante mas lejos de lo
que la distancia geográfica marca en los mapas. Europa, para esta mayoría, es un
ente abstracto, desconocido para muchos, pernicioso para bastantes y carísimo de
mantener para la mayoría.
El primer gran fracaso de los partidos que se han presentado a las elecciones ha
sido la incapacidad absoluta que han demostrado a la hora de hacer entender a los
ciudadanos de la importancia que, para el desarrollo de nuestro país, dentro y fuera
de nuestras fronteras, tiene el hecho de estar bien representados en el macro
parlamento de Estrasburgo. No han conseguido hacernos ver que el hecho de tener
una fuerte presencia en el gobierno de la Unión Europea, es tremendamente
beneficioso para nuestros intereses, para nuestro desarrollo económico y, en
definitiva, para nuestro progreso social.
En una Europa globalizada, con una moneda común, sin fronteras económicas, con
libre transito de trabajadores entre todos los países que la conforman, los políticos
españoles han sido incapaces de convencer a la gran mayoría de los españoles de
que estar dentro de los órganos de gobierno, con mucha capacidad de decisión
sobre todo lo que mueve la maquinaria de la Unión, es tremendamente importante
para nuestro progreso como sociedad moderna y desarrollada.
Se han perdido en discursos vacíos de contenido, pregonando, unos, que van a
hacer en la Unión Europea lo que han sido incapaces de conseguir dentro de
nuestras fronteras, otros perdiéndose en banales argumentos carentes de
racionalidad y los últimos pregonando como factible y realizable, las utopías políticas mas irrealizables que se pueden plantear en política.
El PP ha naufragado por muchas razones. Esta claro que el desgaste que ha sufrido
gobernando España le ha pasado factura. Pero esta factura se la han cobrado los
ciudadanos no por lo que ha hecho bien, que algunas cosas han hecho bien,
muchas dirán sus representantes, sino por el hecho de que lo que ha hecho mal lo
ha hecho muy mal. Esta claro que la labor de gobierno desgasta y mucho.
Esta mas
claro que este desgaste es mucho mayor cuando tu labor consiste en tener que
sacar a flote un barco que estaba hundido hasta la punta del palo mayor.
Eso es
lógico y hasta ese punto llegamos a comprender parte de su fracaso. Pero lo que
mas daño le ha hecho, en mi humilde opinión, es que no ha sabido, por una parte,
dar respuesta a las muchas “X” que tiene planteadas como consecuencia de sus
actuaciones pasadas. La corrupción casi institucionalizada dentro de sus filas es
un lastre del que no ha conseguido salir airoso. Cuando una gran parte de la
población lo esta pasando mal o muy mal, ver como aquellos a los que elegimos en
su día para que nos gobiernen se han estado llevando los dineros a su bolsillo sin
el mas mínimo atisbo de decencia, consentir, amparar y negar sistemáticamente la
corrupción es algo que no se puede ni se debe consentir.
Se que algunos me dirán que no todo el PP es corrupto y tienen razón. Honrados
los hay en todos los partidos, pero lo malo es que me cuesta verlos. Se que no
todos los políticos del PP han metido la mano en el saco ni se han llevado sobres
sospechosos a casa. Lo malo es que, por lo que esta saliendo a la luz gracias a
algunos jueces justos, muchos de los que mandan o han mandado si lo son. Y de
alguna forma, estos que justifican este “modus operandi” siguen en la escena
política diciéndonos como y de que manera tenemos que vivir o sobrevivir.
Ademas de esto, ya de por si determinante en el naufragio electoral del PP, ellos
mismos se han encargado de poner cargas de profundidad en su propio casco
mediante la promulgación de leyes que han tenido la curiosa circunstancia de
poner en contra hasta miembros de su propia tripulación. Extraño pero cierto y no
les voy a hacer mención de estas leyes porque son de sobra conocidas por todos.
En lo que respecta al PSOE, su barco político no se ha hundido, se ha fragmentado
en múltiples pedazos y todos ellos por la izquierda.
Cuando un partido Socialista y Obrero pierde ambas denominaciones de origen,
hace que por la borda aparezcan numerosas embarcaciones recogiendo los
pedazos de estos dos sentimientos tan arraigados entre la ciudadanía.
Si analizamos la mayoría de las formaciones políticas que se han presentado a las
elecciones, nos damos cuenta que casi todas han aparecido por la izquierda del
panorama político español. Y esto tiene un razonamiento tremendamente lógico, si
el principal defensor de los trabajadores españoles se escora a la derecha, tiene
que haber alguien que corrija esa inclinación y la devuelva a su posición original.
Desviaciones las tienen todos, pero cuando arreglar las cosas desde dentro es
imposible, hay que crear grupos nuevos que recojan ese sentir ideológico que se
ha perdido. Y eso es lo que ha pasado, que el PSOE se ha desviado tanto que la
gente de izquierdas de este país ha considerado que solamente con formaciones
independientes se puede volver a la senda de un socialismo mas social del que
representan los que han defendido estas siglas desde hace mucho tiempo.A los socialistas se les ha juntado todo. Desde la nefasta gestión al frente del
gobierno durante muchos de los años en los que estuvo gobernando y aquí su
Secretario General tiene mucho que decir, hasta ese virus llamado corrupción que
asola a la casta política. Decía un personaje inmaculado de la historia que el que
este libre de pecado tire la primera piedra. Que bien lo sabia el hace ya mas de dos
mil años. Están bonitos estos socialistas para demandar al PP honradez y decencia
cuando ellos han sido protagonistas de primera linea, tanto como los otros de esa
película titulada “TOMA EL DINERO Y CORRE”.
No me extraña que aquellos ciudadanos que se consideren verdaderamente de
izquierdas hayan pasado olímpicamente de ellos y, o se han quedado en casa o han
votado a otras formaciones con esa o parecida ideología. Si yo fuera uno de ellos
habría hecho lo mismo.
Por lo que respecta a los nacionalistas, parece mentira que con la que esta cayendo
en España no hayan aprendido todavía como hacer bien las cosas.
Yo soy partidario de un nacionalismo fuerte, serio y, como dice Argiñano, con
fundamento. Creo que los nacionalismos son importantes a la hora de crear
estados o comunidades, porque aportan un equilibrio a la hora de establecer
políticas beneficiosas para sus administrados.
Creo firmemente que un partido nacionalista serio, consecuente, con las ideas
claras sobre lo que se tiene que conseguir para su comunidad autónoma es
necesario. Es necesario porque aporta un sentimiento ideológico del que carecen
las grandes formaciones de carácter nacional. Nadie mas que uno mismo sabe lo
que quiere para si y los suyos y esta máxima, dentro de un planteamiento racional y
lógico, es necesaria.
España es un conglomerado de sentimientos a los que hay que tener en cuenta a la
hora de establecer políticas que beneficien a la mayoría de los ciudadanos. Esta
claro que en muchas cosas, los madrileños, los vascos, los catalanes, los gallegos
y todos aquellos ciudadanos que pueblan nuestro país, somos y pensamos de
forma diferente. Ninguna es mejor que otra, simplemente diferentes y lograr que
esas diferencias convivan en el marco de una constitución unitaria para todos
debería ser el objetivo de todos, nacionalistas y centralistas.
Coalición Canaria y Convergencia i Unión se han hundido por razones diferentes.
Mientras los primeros no han sabido darse valor a ellos mismos, por un lado
permitiendo que su representante en la lista fuera el cuarto, cuando se sabia que
salir era algo mas que una quimera, y por otra y esta es mucho mas seria, porque
es un nacionalismo de conveniencia, en el que solamente si resides en Gran
Canaria o Tenerife eres verdaderamente canario. Un nacionalismo que nace, crece y
se desarrolla en función de intereses puramente económicos ni es nacionalismo ni
es nada. Intentar defender en Europa lo que no eres capaz de hacer en Lanzarote es
poco menos que una burda falacia.
En cuanto a CiU, han sido tan torpes con su planteamiento independentista que
para lo único que les ha servido ha sido para que Ezquerra Republicana les pegue
el varapalo de su vida. Unos cardan la lana y otros se llevan la fama y en este caso,
la irracionalidad de CiU ha dado alas a sus socios de gobierno. La ambigüedad del
planteamiento de los nacionalistas ha hecho que los ciudadanos catalanes, no muchos tampoco, apoyen directamente a un partido que se ha manifestado
abiertamente, sin ambigüedades de ningún tipo, independentista, de esos que de
España no quieren ni el jamón de Jabugo ni que el Barsa juegue la liga española
(bueno quizás tampoco lleguen a eso).
Y por ultimo, el caso PODEMOS.
Este lo dejare para un monográfico porque no tiene desperdicio alguno.