¿Murgas mercenarias?

El mes de febrero suele ser el comienzo de unas fiestas en las que muchos disfrutamos de unos días de fantasía y diversión. El Carnaval es una celebración realizada por y para el pueblo, donde diferentes grupos (murgas, batucadas, comparsas, carrozas, etc…) hacen de animadores para que el resto de la gente disfrute lo máximo posible durante esos días.

Llevo días pensando si escribir mi opinión sobre el conflicto generado con el concejal de Festejos del Ayuntamiento de Arrecife, Víctor Sanginés, y la mayor parte de las murgas que actúan en el Carnaval. Finalmente he decido expresarla, ya que tengo amistad con un gran número de murgueros a los que afecta este asunto. Además, me parece suficientemente importante por lo que puede suponer un cambio para el futuro.

Esta semana se celebró el sorteo del concurso de murgas. Antes de la celebración del sorteo el concejal advirtió de que las subvenciones serán este año menores debido al recorte que ha tenido Festejos como consecuencia de la situación económica. Casi no había terminado de explicar el asunto cuando las murgas pertenecientes a la Federación se levantaron y se fueron de la reunión al no estar conformes con el recorte que van a sufrir. Allí mismo anunciaron incluso su posible retirada del Carnaval. Únicamente tres murgas se quedaron en el sorteo, aunque poco podían hacer. No entro en detalles del porcentaje del recorte que van a tener, que finalmente parece que va a ser de un 14 por ciento, aunque sí que parece triste que quizás a algunos les parece lo más importante de la historia.

Los murgueros, al menos es lo que oigo en todas sus presentaciones, esperan la llegada del Carnaval para poder sentir algo muy especial que sólo les pasa en esta fecha, especialmente cuando salen a cantar arriba del escenario. Ese sentimiento debe de estar cambiando en estos últimos tiempos, porque de lo contrario no se explica que la falta de dinero esté vinculada con su deseo de actuar. Las murgas hablan siempre de los problemas sociales y esta vez les toca vivir en primera persona esas dificultades. Es cierto que sólo con sentimiento no se pagan los disfraces, pero no es menos cierto que si suben arriba del escenario con un disfraz un poco más barato y utilizando la imaginación la gente que les sigue lo va a tener en cuenta.

No llego a entender por qué hay que pagar a las murgas por estar en el concurso; creo que es el único concurso en el que se paga por participar. Deben estar muy seguros de que son parte imprescindible del Carnaval para actuar así y para que su Federación amenace con boicotear el coso. Las murgas sí son importantes, y casi me atrevería a decir que imprescindibles, pero tienen que tener presente también que hay muchos otros grupos carnavaleros que reciben muy poca o ninguna ayuda por parte de las instituciones públicas para poder salir y que se buscan la vida para poder estar año tras año haciendo lo mismo que ellos hacen, tal vez con menos reconocimiento y con menos aplausos.

Las murgas son las agrupaciones que más ayuda reciben por parte de las instituciones, tanto en subvenciones directas como en premios. Si realmente llevan a cabo esa “huelga” que tienen prevista por razones económicas, no veo mal que el concejal se plante y espere a ver si gana el verdadero sentimiento murguero o el sentimiento económico.

Me consta que muchos murgueros entienden la actual situación y que incluso podrían aceptar el recorte, pero los hilos actualmente los están moviendo personas que no tienen o tienen muy poco sentimiento murguero. Espero poder ver a todas arriba del escenario dando el pistoletazo de salida de estos Carnavales.

Felicito a los Tabletúos (a los que más dinero se les debe), las Inadaptadas y a las Trompeteras por ser las únicas que se quedaron tras el boicot de la Federación de Murgas en el sorteo. Parece que en estas tres murgas el sentimiento murguero continúa vivo. El resto, está a tiempo de rectificar, no vaya a ser que alguien piense que más que murgueros son mercenarios.