Mi familia y Rosa
Por Juani Romero
Soy madre, esposa y tía de personas que trabajan para la empresa Rosa y me siento orgullosa de ello. No sólo por haber podido dar a mis hijos estudios para defenderse en esta vida y ser gente honesta sino por la satisfacción que siento al pensar que gracias a hombres como los que he amamantado, criado, educado y amado, empresas como las de Juan Francisco Rosa son ejemplo de muchas otras.
Empresas que como a mí, dan seguridad y felicidad a muchas otras familias. Compañías que han sido respaldo económico en momentos puntuales y cruciales de muchos conejeros. Sostén y apoyo de tanta gente que ha sufrido en sus carnes las penurias de la infancia, como nos ocurrió a mi marido y a mí en el pasado. Necesidades que han quedado en la memoria más lejana. Muy atrás donde ya no daña. Y esta sensación de confianza plena en Rosa se transforma también en un apoyo sin límites a su persona y a lo que representa.
Le atormentan con mentiras y descalificaciones a un hombre que está soportando en sus carnes y en la de los suyos tanta crítica y detracción. Le sacan juicios que finalmente quedan en nada. Pero las sentencias últimas y absolutorias no aparecen tan vivamente como las afrentas. Los comentarios de tanta gente que le aprecia no se publican por no resultar interesantes a aquellos que disfrutan con mancillar su buen nombre. Las injusticias se pagan y estoy segura de que los detractores pagaran por lo que le hacen.
Ya mi abuela decía: Dios castiga sin piedra ni palo.
Asi serán castigados por tanta injusticia contra este hombre afable y luchador. Las infamias se transformarán verdades y las deshonran y ultrajes se volverán cumplidos. Y que yo y los míos lo veamos......