¿Merecemos lo que nos pasa?
Por Eduardo Álvarez
Cuando analizamos las realidades que nos rodean, a los residentes en Lanzarote
nos asalta una duda existencialista: ¿Somos todos los canarios iguales en
derechos y obligaciones?
Esta duda tendría una contestación tremendamente sencilla si no viviéramos en
Lanzarote. Evidentemente si.
Y digo que seria sencilla si no viviéramos en esta isla si no fuera porque la realidad
nos esta diciendo sistemáticamente lo contrario.
En obligaciones esta claro que si, que todos los canarios estamos obligados a
pagar los mismos impuestos, estamos obligados a sujetarnos a las mismas leyes
dictadas desde los diferentes gobiernos, etc.
En derechos ya es otra historia.
Haber nacido o residir en este paraíso llamado Lanzarote constituye, vista la
historia reciente y no tan reciente, una pesada carga en lugar de un privilegio. Ser
“conejero” lejos de ser un orgullo por todo lo que esta isla ofrece, se ha convertido
en una pesadilla de la que muy pocos escapan.
Las comparaciones son odiosas pero a veces necesarias para intentar justificar
situaciones irracionales que no corresponden a la realidad que se vive y disfruta en
otros parajes del Archipiélago Canario, bastante menos afortunados geográfica y
paisajisticamente hablando que Lanzarote.
Si miramos lo que nos rodea, nos damos cuenta que vivir aquí es un lujo que no
hemos escogido voluntariamente. Ser de aquí, o vivir aquí, nos exige tener un nivel
económico mucho mas elevado que el que se les exige al resto de los ciudadanos
de las otras islas del Archipiélago, para llegar a tener el mismo nivel de vida y el
poder acceder a las mismas cosas, cotidianas, de las que disfrutan todos los
demás.
Pero no solo tenemos que disponer de mayor capacidad económica para hacer lo
mismo que los demás canarios, que eso ya es mucho, sino que ademas tenemos
que ser infinitamente mas fuertes mentalmente para poder soportar las, mas que
evidentes, diferencias de trato al que sistemáticamente nos demuestran desde las
instituciones superiores, véase Gobierno de Canarias.
Lanzarote es un paraíso atlántico, único, inigualable, con atractivos únicos que solo
disfrutamos nosotros. El parque Nacional del Timanfaya, Los Jameos del Agua, La
Cueva de los Verdes, etc, son atracciones que no tiene nadie.
Pero en lugar de que en el resto del país se hable de las maravillas de la naturaleza
con las que hemos sido agraciados, solo se habla de corrupción política, de
imposibilidad de llegar por falta de conexiones aéreas a las que tenemos todo el
derecho del mundo, que para eso también somos españoles, de ilegalidades
urbanísticas propiciadas por políticos y empresarios ambiciosos hasta la patología,
etc, etc, etc.
Y eso fuera de nuestras fronteras archipielágicas, por que si nos quedamos en
casa, las diferencias con el resto de los canarios, son todavía mas flagrantes en
materias tan diversas como la sanidad, la educación, la cultura, el deporte, etc.
En educación, para que el hijo de una familia lanzaroteña pueda hacer lo mismo que
el hijo de un residente en Tenerife, por poner un ejemplo, ademas de los gastos que
se generan en la actividad universitaria, común a todos los estudiantes, tales como
libros, fotocopias, material diverso, bono bus, etc, el estudiante lanzaroteño, o
mejor dicho sus padres, tienen que hacer frente a gastos como alojamiento,
alimentación, viajes, etc. Estos gastos pueden suponer en muchos casos que el
estudiante de Lanzarote no tenga acceso a la universidad simplemente porque sus
padres no disponen del dinero suficiente para sufragarlos. ¿El Lanzaroteño se tiene
que gastar mas dinero que el de Tenerife para que su hijo pueda hacer exactamente
lo mismo y en las mismas condiciones? Deduzcan ustedes mismos si sí o si no.
En sanidad, cuando el lanzaroteño tiene que ir por necesidad a Las Palmas a una
consulta medica y no puede hacerlo en el día, debe quedarse allí por su cuenta.
Tiene que pagar una noche de alojamiento si no tiene la suerte de tener familia que
lo acoja. ¿Le pasa esto al ciudadano de Las Palmas? La deducción es la misma que
en la cuestión anterior.
Y si nos vamos a las cosas mas cotidianas, como el comer, el vestir, etc, las
diferencias son todavía mas sangrantes. ¿Por qué comprar las cosas básicas para
nuestro sustento tiene que ser bastante mas caro que en el resto de las islas, si en
muchos casos el transporte esta subvencionado? ¿Por qué en el resto de las islas
se pueden establecer grandes superficies alimenticias que abaratan
considerablemente la cesta de la compra igualándola a la que disfrutan los demás
canarios y en Lanzarote rezamos porque una sola de ellas pueda abrir en nuestro
suelo? ¿Les hemos pedido nosotros alguna vez ser tan diferentes en estas cosas?
Sigan deduciendo ustedes mismos la respuesta aunque estoy seguro que es la
misma que tengo yo.
Y podría seguir hasta hartarme de contar diferencias a todos los niveles que jamas
hemos pedido los residentes en esta Isla.
¿Y saben ustedes que es lo mas triste de todo? Que son los propios políticos
conejeros, con su inutilidad, con su servilismo, con su total ausencia de ética, los
que han propiciado año si, año también, que estas diferencias se crearan en su día
y que se mantengan a día de hoy, sin visos de que algo cambie.
Y no quiero seguir.
Esta no es una critica hacia el ciudadano de Lanzarote que bastante hace con
aguantar lo que se le viene encima año tras año y elección tras elección.
Es un intento de remover la conciencia de los políticos que nos gobiernan, los de
aquí y los de allí, para que dejen de hablar de canariedad, de nacionalismo, de
igualdad entre los canarios y se den cuenta de una vez que nacer en Lanzarote o
residir aquí no tiene que ser una condena sino un privilegio, que vivir aquí no debe
ser un castigo sino un premio.
Si es verdad que somos iguales, que no lo digan, que lo demuestren.