Las amistades peligrosas

Por J. Lavín Alonso

Es el título de una novela de Pierre Choderlos de Laclos, ambientada en la decadente sociedad aristocrática francesa de finales del siglo XVIII, en la que se narra el duelo perverso y libertino entre dos nobles: La Marquesa de Merteuil y el vizconde de Valmont. Un duelo epistolar en el que ambos se narran mutuamente sus diversas y perversas hazañas en el boudoir, o lo que es lo mismo, y para entendernos mejor, en la alcoba. Esta historia fue estupendamente representada en la pantalla en un filme del mismo título.

Claro, que una cosa son lo intercambios epistolares sobre escarceos de alcoba y las transgresiones de nula moralidad de dos almas gemelas en el pecado y otra muy distinta las relaciones personales en la arena, siempre poliédrica, de la “realpolitik”, y en sus mas prosaicas facetas cotidianas. Y es a este último tipo de amistades al que hago referencia en estas líneas.

Sabido es que el ejercicio de la política y de los negocios de estado siempre ha propiciado extraños maridajes - incluso, contra natura - y no resulta extraño que en una de esas se cuelen en el lecho de conveniencia las denominadas “amistades peligrosas”; por falta de aviso de una de las partes... o a plena conciencia, que de todo hay en esa extraña bacanal.

Amistades peligrosas son aquellos grupúsculos nacionalistas-separatistas, que inducen al abandono de Montesquieu y a dar por concluido el estado de derecho con pactos aberrantes y pretensiones delirantes. También lo son algunos políticos, no muy alejados del entorno anterior, que incurren en antojos inauditos y desvergonzados, tales cono pretender un blindaje ante la Ley, un status de impunidad y quedar así fuera de la acción de los jueces, cualesquiera sean sus actos en el desempeño de sus funciones publicas, que la propia ética y deontología quieren libres de la mas mínima tacha, so penar de incurrir en obscenidad canallesca. Esto solo había ocurrido hasta ahora en los mas infames totalitarismos del siglo pasado, algunas de cuyas secuelas aun colean, por desgracia.

Amistades peligrosas son también las que simulan declarar treguas y entrar en negociaciones de paz a la vez que persisten en las algaradas y destrucción callejeras; en la extorsión económica y el robo de armas y munición en cantidad, con fines mas que previsibles. Son también amistades peligrosas las ubicadas fuera del ámbito nacional, en diversas partes del mundo: el Caribe, África del Norte, Oriente cercano y Medio, Turquía o Guinea Ecuatorial - la más indigna de todas - por citar algunos casos. Se caracterizan por su casi nulo sentido de la democracia y del respeto a los derechos humanos. Son amistades a la baja y poco apropiadas para formar con ellas ningún tipo de alianza de civilizaciones ¿Cuáles civilizaciones? ¿Las que pisotean los derechos de las personas, especialmente de las mujeres? Pues guárdenme un cachorro, como dice el otro El frecuentarlas no es aconsejable ni da lustre alguno. Cuanto mas lejos de ellas, mejor, dicho sea con todos los respetos.