Imposición versus información

Yo no se si a ustedes les pasa lo mismo que a mí en mi vida familiar.

Cada vez que a mis hijos intento imponerles algo sin darles ninguna explicación ni justificación, ellos hacen exactamente lo contrario a lo que pretendo.

Contra el artículo 33 que les impongo, ellos practican la insumisión por sistema.

En la vida social y política pasa más o menos lo mismo o algo muy parecido.

Los gobernantes de este país han demostrado a lo largo de los años dos cosas muy curiosas. La primera es que su libro de cabecera o de mesilla de noche es “El Lazarillo de Tormes” y la segunda es que el único artículo que conocen de memoria es el 33, o lo que es lo mismo, haces lo que yo te digo y punto, que para eso soy el que manda.

Mucha gente que pitó o silbó el himno en la final de la copa del Rey no lo hizo porque estuviera en contra de la monarquía, lo hizo porque el gobierno se empeñó en que no había que hacerlo. Cuantas más voces políticas se levantaban en contra de ese acto, mas silbatos se vendían a las puertas del estadio. En química este hecho se llama “efecto acción-reacción”.

Lo que esta pasando con la situación política de Cataluña es algo muy similar, con el agravante que no se trata de un hecho puntual que dura 90 minutos sinó que sus efectos pueden ser dramáticos para todos, con mayor intensidad para los propios catalanes.

Es cierto que en los últimos años hemos oído todo tipo de voces a favor y en contra de la independencia de esta comunidad autónoma, con argumentos completamente dispares sobre las repercusiones de la salida de Cataluña del ámbito social, económico y político del estado español.

Aunque resulte paradójico, todas las argumentaciones expuestas por unos y por otros tienen algo en común y no es otra cosa que su parcialidad.

Si hay algo que he echado en falta en todo este proceso ha sido que un comité de expertos, en todas las materias sobre las que la independencia incidiría, les diga a los ciudadanos de Cataluña cuales son las verdaderas repercusiones de su salida de España.

Desde el partido del gobierno y de los partidos de corte estatal se ha hecho hincapié en que la independencia de Cataluña la dejaría fuera del Euro, de la Unión Europea, de los tratados internacionales, etc. Todo de palabra, sin aportar documentos oficiales que justifiquen estas drásticas consecuencias.

Algún político europeo también se ha manifestado en este sentido, sobre todo desde dentro de la Unión Europea.

Desde los partidos que apoyan la secesión se dice exactamente lo contrario, que Europa no puede dejar fuera al nuevo estado catalán, que no hay ningún documento oficial que confirme este extremo y que Europa estaría encantada de tener al nuevo estado Catalán como miembro de pleno derecho.

Ambos dos, los constitucionalistas y los independentistas adolecen del mismo defecto, ya que ninguno de los dos ha puesto encima de la mesa los documentos que justifiquen la veracidad de una postura o la otra. ¿A quien tengo que creer?.

Yo, que no soy un experto ni en derecho constitucional ni en derecho comunitario, echo de menos precisamente este aspecto de la discusión. Puedo estar mas cerca de las posturas que afirman que fuera de España se esta fuera de la Unión Europea, pero este acercamiento esta más fundamentado en un pensamiento lógico que en un razonamiento jurídico, precisamente porque mi lógica me dice una cosa y la legalidad vigente nadie me la ha puesto encima de la mesa con la contundencia necesaria, es decir, con los documentos que no dejen lugar a dudas los extremos que se manejan.

Por estas razones creo que el gobierno central y los partidos que apoyan sus posicionamientos anti-secesión deberían, ya hace mucho tiempo, haber constituido un grupo de expertos de todos los sectores que inciden sobre el funcionamiento de una sociedad, para que dictaminaran de una manera irrefutable cuales serian los pros y los contras de la independencia de Cataluña, mas allá de consideraciones puramente partidistas o ideológicas.

Economistas de prestigio, catedráticos, sociólogos, juristas, etc., sin afiliación política conocida deberían explicar a la ciudadanía, a la catalana fundamentalmente, lo que pasaría si se independizan.

Al catalán de a pie que apoya la independencia, que estoy convencido que de tonto no tiene un pelo, lo que le falta es información y lo que le sobra es imposición. Le falta información porque nadie le ha dicho la verdad con la garantía suficiente de esa veracidad; le falta información porque desde los partidos secesionistas ya se han encargado de que la realidad de la independencia no les llegue lo suficientemente amplia y explicada como para que cambien su criterio y le falta información porque debido a la torpeza del gobierno, nadie le ha aclarado, sin apasionamientos ni condicionantes ideológicos, lo que será de sus vidas una vez que sea declarado el nuevo Estado Nacional Catalán.

De este ultimo razonamiento, el gobierno central es el único responsable ya que si en lugar de aplicar el rodillo y de imponer el articulo 33, se hubiera preocupado de informar adecuadamente de todas y cada una de las razones por las cuales no es bueno para los catalanes estar fuera de España, seguramente el enfrentamiento entre las dos cataluñas no se habría producido.

Si desde que este asunto empezó a contaminar la vida publica española, con mas virulencia todavía en Cataluña, el gobierno hubiera actuado con la inteligencia que los hechos han demostrado que no tiene, el ciudadano catalán habría abogado por un modelo de autonomía similar al que gozamos los vascos y no por una independencia que no favorece a nadie y perjudica a muchos.

A un pueblo culto y preparado como el catalán no le puedes imponer las cosas porque tú quieras, le debes informar con argumentos consolidados y documentados de cuales son las consecuencias de sus actos presentes y lo que estos significarían para el futuro. Esta aseveración, particular completamente, es aplicable a cualquier comunidad autónoma que quiera salirse del status quo establecido por la ambición de sus políticos, políticos que, entre otras cosas, aducen que el estado les roba y les maltrata, cuando son ellos precisamente quien roba y maltrata a sus propios administrados.

Lo verdaderamente triste radica en que el gobierno tiene argumentos más que de sobra para echar por tierra, con todo tipo de razonamientos sociales, económicos e históricos, estas ambiciones independentistas, pero que ha entrado en una lucha sin cuartel por imponer su criterio absolutista sin mas argumento que el ya demasiado manido de “aquí mando yo y se hace lo que yo digo” y ese otro que dice “todo aquel que esta en contra de mi lo esta también en contra de los españoles”

Una vez que a la sociedad catalana se le ha informado exhaustivamente de todo, lo que debería hacer el gobierno es convocar una consulta para que ellos se manifiesten libremente y decidan, con la mayoría ciudadana necesaria para ello, si quieren seguir bajo el paraguas del estado o si quieren emprender su aventura en solitario con las repercusiones sociales, políticas y económicas que tal decisión conllevaría. Si el gobierno está convencido de que salir de España es nefasto para los ciudadanos catalanes, después de haberles informado exhaustivamente, que miedo puede haber a la celebración de una consulta ciudadana?

Lo dicho, si no quiero que mis hijos hagan lo contrario a lo que les conviene, no les impongo mi criterio sinó que les informo de las consecuencias de sus actos.