El Gobierno se equivoca

En política, como todo en la vida, las estrategias no son dogmas de fe dictados por

una mente superior y de obligado cumplimiento para todos los ciudadanos del

estado.

En relación a un asunto determinado, las estrategias a seguir pueden ser muchas,

variadas y todas ellas válidas en un momento determinado.

Soy de los que piensan que si tu enemigo quiere acabar contigo, lo que debes

hacer es quitarle las balas y no la escopeta. Déjale el arma pero que no tenga con

que dispararte.

En política pienso algo parecido.

Si tu adversario político, que no enemigo, te plantea algo que choca frontalmente

contra tus convicciones, lo que tienes que hacer es, con la legalidad en la mano,

dejarle sin argumentos, si es que consideras que estos no son los mejores para el

desarrollo y el progreso del país.

Y con el tan traído y llevado tema de la independencia de Cataluña, el gobierno de la

nación se está, en mi modesta opinión, equivocando de lleno.

Yo nunca tendría como amigo a alguien que no quisiera serlo ni pertenecería a un

club que no me quisiera tener como socio. Y mucho menos retendría contra su

voluntad a alguien que quisiera huir de mi lado como alma que lleva el diablo.

Con el planteamiento de convivencia que han puesto encima de la mesa los

nacionalistas de derechas de CiU y los independentistas de izquierdas de Ezquerra

Republicana, nos encontramos con este panorama del que yo huyo radicalmente,

Creo que el gobierno central se está agarrando, como un clavo ardiendo, a la

posible inconstitucionalidad de un referéndum consultivo sobre la posible

independencia de la Comunidad Autónoma Catalana para negar la mayor de una

forma absurda.

Creo y de eso cada vez estoy más convencido, que el gobierno del PP tiene

mecanismos a su alcance para hacer que este plebiscito autonómico sea legal.

Creo que la inconstitucionalidad de la consulta popular no es más que un clavo al

que se agarran los dirigentes populares para no hacer algo que, a mi juicio, podía

incluso ser bueno para sus intereses supranacionales.

¿Que el gobierno catalán quiere hacer una consulta a sus ciudadanos para saber el

grado de independentismo que tienen en aras de buscar la segregación del resto de

España si esa consulta les es favorable? Pues la hacemos. No pasa nada, es algo

hasta razonable.

Y aquí es donde creo que el gobierno del PP se está equivocando profundamente.

Negar esa consulta popular no hace sinó acrecentar el sentimiento antiespañolista

que corre por el territorio de la comunidad autónoma catalana. Negar esa consulta

popular hace que la sensación de dictadura que emana del gobierno central se haga

cada vez mas reivindicativa.

No voy a entrar si es bueno o no que Cataluña se separe de España. No voy a entrar

en si los catalanes son tan absolutamente diferentes del resto de los españoles que

merecen ser una nación independiente. Creo que ese discurso no me corresponde

a mi y tampoco está en mi ánimo entrar en ese debate en estos momentos.

Lo que debería hacer el gobierno de España es celebrar esa consulta y saber, de

una vez por todas, si lo que dice, un día si y otro también, el President Mas es cierto

o no, es decir, saber de una vez por todas si la inmensa mayoría de los ciudadanos

residentes en Cataluña quieren ser independientes o no.

¿Y por que creo que debería llevarse a cabo esa consulta popular?. Por dos

razones fundamentales.

Primera porque si la inmensa mayoría de los ciudadanos de esa comunidad

autónoma dicen si a la independencia, el gobierno debe plantearse su estrategia

política de forma diferente. Tiene que asumir que la mayoría de los casi siete

millones de ciudadanos catalanes no quieren ser españoles y contra eso poco se

puede hacer. No se puede someter a tanta gente que no quieren ser como los

demás.

Y segundo porque si la consulta arroja un resultado negativo para los intereses del

Govern de la Generalitat, a Artur Mas, a Francesc Homs y alguno que otro se les

acabaría de raíz el discurso de la confrontación con el estado español.

En vez de negar la mayor con el consabido argumento de la inconstitucionalidad

del referéndum consultivo, el gobierno del PP lo que debería es convocarlo con la

anuencia del Congreso de los Diputados, que no tendría problemas en autorizar

dicho plebiscito popular si es el gobierno el que lo propone.

Eso si, en lo que si se tiene que esmerar el Sr. Rajoy y sus adlateres es en explicar

muy bien a los ciudadanos catalanes lo que supondría una independencia total del

resto del estado, como pregona Artur Mas. Les debería explicar a los futuros

votantes los pros y los contras de ser completamente independientes. Una

independencia absoluta, en la que en el DNI de los futuros ciudadanos

independientes donde pone NACIONALIDAD ponga CATALONIA o como quieran

denominar al nuevo estado.

En el estado actual de la economía mundial y analizando muchas de las

circunstancias que concurren en Cataluña, los contras a su independencia pesan

bastante mas que los pros que puedan llegar a tener.

Asuntos tan importantes como las exportaciones, la fiscalidad, la seguridad social y

su relación con las pensiones, la deuda que debería asumir Cataluña al separarse

de España, la permanencia o en este caso la entrada en la Unión Europea de un

estado de nueva creación, con el consiguiente retraso en el desarrollo económico

del nuevo estado, son asuntos que deberían ser bien explicados a los votantes y

futuros ciudadanos del nuevo País Catalán.

Y por no hablar de algo tan trivial y a la vez tan importante para los catalanes como

el deporte, en todas sus variantes y disciplinas. No pretenderá Artur Mas que el

F.C.Barcelona vaya a jugar, en fútbol, balonmano, baloncesto, waterpolo, hockey,

atletismo, etc, en las diferentes ligas profesionales del país del que se acaba de

separar y con el que no quiere saber nada. Para ser consecuente con su

pensamiento independentista, el nuevo estado catalán independiente deberá crear

sus propias competiciones deportivas y de esta manera, el mejor club del mundo,

según los cules, el F.C.Barcelona, pasara a formar parte de una liga profesional en

la que estén equipos como el Español de Barcelona, el Reus Deportivo, el Girona, el

Sant Feliu de Guisol, el Sant Sadurny de Noia y todos aquellos equipos

profesionales que tienen su sede social y deportiva en el nuevo país recién creado.

Si quieres ser independiente lo eres con todas las consecuencias y no una

independencia a la carta en función de tus intereses.

Es cierto, los nuevos ciudadanos del País Catalán tendrían su idioma propio, su

estatus de nacionalidad reconocido, nadie les podría decir que son españoles y

catalanes a la vez, podrían hacer y deshacer con su economía lo que consideraran

oportuno, establecer su propia fiscalidad y no tendrían que repartir su producto

interior bruto con nadie.

¿Eso le compensaría al ciudadano de a pié que lo único que quiere es llegar a final

de mes, pagar su hipoteca o alquiler, dar de comer a sus hijos, llevarlos al cole,

cobrar su pensión cuando le llegue la hora, acudir a la seguridad social gratuita

cuando la necesite y los domingos ir al Camp Nou a ver al mejor club del mundo

enfrentarse cada quince días a los mejores clubes del resto del estado español?

Si la inmensa mayoría de los ciudadanos catalanes es lo que quieren pues para

ellos su independencia.

Esta es la munición con la que cuentan los de CiU y Ezquerra para arrojársela al

gobierno central. Y es por esto que un plebiscito consultivo bien planificado, con la

realidad social y económica encima de la mesa razonablemente expuesta, puede

conseguir, que el ciudadano les diga a los políticos que la independencia no es su

guerra.

En ese momento quedarán completamente desarmados en su guerra contra el

gobierno central y les obligará a plantearse otros escenarios políticos tales como la

modificación del estatuto de autonomía vía modificación de la Constitución que lo

rige, que entre otras cosas, ya va siendo hora que esta se adapte a los tiempos, que

desde que se aprobó hace ya unos cuantos años, la situación política, económica y

social ha cambiado bastante y las comunidades autónomas españolas y no solo la

catalana, necesitan una modernización urgente.

Y por último, ante el miedo que les pueda entrar a los dirigentes populares de que la

epidemia de la independencia se extienda por el resto de las comunidades

autónomas españolas y pidan cada una de ellas un referéndum, les diré que en

aquellas en las que el nacionalismo encuentra un caldo de cultivo apropiado por las

características socio económicas, históricas y culturales, la gallega no la plantearía

nunca porque donde van ellos solos, la canaria es absolutamente residual y carece

de una economía sólida, dejando de lado el turismo, que les permita sobrevivir con

garantías y la vasca es lo suficientemente inteligente como para saber que desde

dentro se consiguen mayores beneficios para sus ciudadanos si saben negociar

adecuadamente el desarrollo del Estatuto de Gernika, como así ha sucedido y hoy

en día se encuentran a la cabeza del estado en muchas materias importantes para

sus ciudadanos.

Y en base a estos argumentos sigo pensando, cada vez con mas convencimiento,

que el Gobierno del PP se esta equivocando al no convocarlo.