El 15M, camina o revienta

Por Eloy Cuadra

Después de un tiempo sindedicarles una palabra toca hablar hoy del Movimiento 15M, más que les pese,más que les pese porque no van a ser flores lo que salga de aquí, aún a riesgode ganar más “simpatizantes” de los que ya tengo.

Para empezar, seamos sensatos,más allá de la autocomplacencia de una gloriosa efemérides aún reciente, ¿quéestá haciendo hoy el 15M? O mejor lo planteamos de otra manera repitiendo esapregunta que suena una y otra vez en los medios de comunicación más progres:¿qué le pasa al abúlico ciudadano español que no se levanta ni se rebela antela meada continua que chorrea sobre nuestras cabezas? La respuesta está ahí, enel 15M. Porque el ciudadano español ya se levantó ilusionado al albor del 15Men 2011 y más allá de un despertar de las conciencias todo quedó en nada, en unintento fallido, en varias notables expresiones de ese nuevo folklore nacionalque pasan a ser hoy las manifestaciones ciudadanas. Si no me entienden hagan unpoco de memoria. Primero vino el 15M aquel 15 de mayo para la historia, luegovinieron las acampadas, y a ellas les siguió el 19J con otra macromanifestaciónque llevó a mucha más gente a la calle que en su precuela original. Entoncesera el momento de haber hecho algo más, pero no se supo o no se quiso, aunquealgunos bien que propusimos alternativas –el caso Botín por ejemplo-, y todo lomás fue repetir por tercera vez la fórmula folklórica el 15 de Octubre, algoque ya empezaba a cansar a más de uno, a desilusionar a otros tantos y aalegrar a los del lado del poder al comprobar que el revolucionario enemigo sólo sabía disparar con balas defogueo.

Ahora, un año después, con elpanorama social mucho más duro no hay movimiento social capaz de movilizar laindignación y el cabreo general. El motivo está claro: ya lo intentamos hace unaño y no resultó, y ahora cuesta más activar, animar, ilusionar a la gente conque es posible. Digamos que la gente normal, el ciudadano medio que no era niactivista social, ni universitario, ni sindicalista, ni de otras tribusrebeldes perdió la confianza en que por la vía del 15M se pudiera lograr algo.Los españoles desencantados salieron a la calle tras la flauta quincemayista ycomo los ratones del cuento, esperaban que alguien los guiara, pero no fue así,y la fuerza se perdió por el camino en una nube de conciencia y reflexión sinaplicación y consecuencias prácticas. Entretanto, le dimos al aparato del poderel tiempo suficiente para poner en marcha su maquina de desinformación –los medios de comunicación-, al tiempo que se pertrechaban legalmente contra lo que pudiera venir, llámese endurecimiento del Código Penal, despido libre, etc.,etc. Y así, hoy la vida se ha hecho mucho más dura pero la mayoría andanintentando sobrevivir con poco tiempo y menos ganas de hacer la revolución. Pruebade ello es la propuesta que circula este mes de “Ocupa el Congreso” de la queya se están desmarcando la mayoría de las asambleas del 15M amén de otroscolectivos afines, asustados tal vez temiendo la carga de la caballeríarepresora del Sistema. ¿Acaso no hay motivos para salir a ocupar el Congreso,aunque sea simbólicamente? Yo creo que sí los hay y muchos, como también creoque hay motivos para apoyar las acciones simbólicas y no tan simbólicas delalcalde de Marinaleda en favor de los más desfavorecidos. El problema es que yasabemos en qué quedan estos actos simbólicos porque los hemos repetido en elpasado. El Sistema está inmunizado contra este tipo de folklore y ahora lotiene mucho más fácil para reprimirlo o anularlo. En resumidas cuentas, poresta vía no se logrará nada hasta que no sea un clamor muy mayoritario ypermanente lo que tome las calles.

Con este panorama, la sociedadmayoritariamente indignada y el 15M como abanderado de esa indignación, ocamina hacia algo más o lo dejamos guardado en la vitrina de la historia comoalgo bonito que fue, siempre mejor eso, morir joven y dejar un bonito cadáver,que estar para no estar o estar como comparsa hasta languidecer. Y ese algo másdebe ser, en mi humilde opinión, mover a la gente a pasar del folkloresimbólico a acciones masivas que puedan tener consecuencias sobre el Sistema. ¿Cómo?

Dado que la acción política está complicada enclave electoral –lo tienen muy bien montado para no dejar la poltrona- ytampoco hay elecciones a la vista, se trata de ir por la vía del activismosocial aprovechando las rendijas que el Sistema aun ofrece en su intento deparecer decente, bordeando la legalidad si es preciso pero sin sobrepasarla demanera evidente, de momento. Y recalco la palabra “masivas” porque ahí está laclave, pues acciones que entran por las rendijas del Sistema se han propuestomuchas –en eso tengo algo de experiencia-, pero su incidencia sobre el mismo hasido menor porque el propio sistema lasha silenciado, diluido o asumido con mínimos daños. Vuelvo con la denuncia quedesde el 15M movimos por el escándalo de las cuentas secretas de la familia Botín,únicamente conseguimos presentar 5000 firmas pese a que estuvo circulando tresmeses por toda España. Denunciábamos la connivencia entre políticos y banquerosen un robo evidente y sólo conseguimos reunir 5000 firmas, y aunque la denunciafue finalmente aceptada por otras vías su repercusión fue menor. ¿Qué habríapasado si hubieran sido 5 millones de firmas, 5 millones de apellidos, 5millones de DNI? Tanto igual con la última iniciativa del 15M contra Rato porlo de Bankia. Cada acción planteada por colectivo o grupo reivindicativo debeser abierta a la participación de la ciudadanía, y ello con dos objetivosfundamentales: primero para destapar y hacer visible el engaño; segundo parahacer a los ciudadanos partícipes de la lucha ayudándoles a salir de la masaanónima, ayudándolos también a perder el miedo. Y sí, entonces sí, acompañandoestas acciones reales y efectivas podemos convocar manifestaciones folklóricas,que ya no parecerán tan folklóricas porque no serán ya un fin en sí mismas, seránun acompañamiento al plato principal, el ciudadano que ha puesto nombre yapellidos a su indignación. Entonces, sólo entonces el miedo cambiará de lado yempezarán a sentirlos ellos, los que aún hoy ostentan el poder. La cuestión es,¿seremos capaces? Quienes estén dispuestos que den un paso al frente.