En busca de la democracia perdida
La reciente abdicación del Rey Juan Carlos I y la posterior elevación al trono de su
sucesor Felipe VI ha abierto, entre determinados sectores de la sociedad española,
los llamados republicanos, un intenso debate entre monarquía y república.
Hay quien sostiene que una vez muerto el Rey no hay viva el Rey. Hay quien dice
que una vez que Juan Carlos I ha dejado el trono de la Corona de España es el
momento de pasar directamente, sin transición posible, a un estado donde la forma
de gobierno sea la república, es decir, un sistema en el que la cabeza visible del
estado sea elegida directamente y mediante unas elecciones por los ciudadanos, de
la misma forma que elegimos cada cuatro años a los que queremos que nos
gobiernen.
No le voy a quitar la razón a los que sostienen que la monarquía, aunque sea la
parlamentaria, no es la forma mas democrática de gobernar un país civilizado. No
se la voy a quitar porque en cierta forma yo también soy partidario de que, no por
razones digitales, todos los ciudadanos tengamos las mismas posibilidades de
llegar a las mas altas cotas de poder que la sociedad nos permita y es evidente que
el sistema actual no nos permite hacerlo sino somos descendientes directos de un
rey y estamos en la linea sucesoria adecuada.
Hasta aquí puedo estar de acuerdo que un sistema de gobierno donde el jefe del
estado es elegido directamente en función de la sangre que corra por sus venas no
es algo que cuadre mucho con esta libertad de la que he hecho mención.
Pero una cosa es una cosa y otra muy diferente la contraria.
Aquellos que plantean esta cuestión procedimental aprovechando que el Pisuerga
pasa por Valladolid, o sea, ahora que el Rey ha abdicado y que su sucesor no tiene
legitimidad ciudadana para relevarlo, han puesto sobre la mesa un debate que, a mi
juicio, es completamente falso y tendencioso.
Da la impresión que todos los males que aquejan a la sociedad española vienen
como consecuencia de la existencia en nuestro ordenamiento ciudadano de una
figura, la del Rey, como si esta figura fuera el cáncer que ha contaminado todos y
cada uno de los órganos de los que se compone nuestra sociedad.
He afirmado que este planteamiento es falso y tendencioso, porque no es en
absoluto cierto, que el origen de nuestras penurias ciudadanas provengan de la
figura de un Rey que reina pero no gobierna. Hay quien ha olvidado, quizás
intencionadamente, que quien propone, redacta y promulga las leyes, son
ciudadanos que han sido elegidos DEMOCRATICAMENTE por el resto de los
españoles que han acudido, en el libre ejercicio de sus derechos, a unos comicios
electorales en los que han elegido a aquellos que consideraban mas adecuados
para que nos gobiernen. Es decir que quien manda en España es quien el pueblo ha
elegido libremente al amparo de una democracia que existe desde hace ya muchos
años.
Esta forma de elección de los políticos es exactamente la misma que se daría con
una república, una vez derrocada la monarquía gobernante. La única diferencia a
efectos prácticos es que en lugar de que la cabeza del estado fuera decidida enfunción de una dinastía y por consanguinidad, en el momento del establecimiento
de la república como forma de gobierno la cabeza del estado seria elegida
directamente por el pueblo.
No digo que esta no seria una forma mas civilizada de elección del jefe del estado,
posiblemente hasta yo estaría de acuerdo en este supuesto. Lo que si digo es que
este cambio de sistema de elección no trae consigo implícitamente la solución a
nuestros problemas ciudadanos por una razón tan simple como elemental como es
que el verdadero problema de los ciudadanos son los políticos en si mismos,
elegidos al amparo de una democracia parlamentaria o bajo una república.
¿Creen ustedes de verdad que con un presidente de la república los políticos que
nos gobiernan serian mas honrados, éticos, profesionales y serios que con un Rey
gobernando España?. ¿No se dan cuenta que el gran cáncer de la sociedad
española radica precisamente en aquellos políticos que elegimos directamente los
ciudadanos independientemente de la forma en la que hayamos elegido a la máxima
autoridad del estado?
Cuando un debate como este se plantea en una sociedad hay que ser consecuente
con los planteamientos que se ponen encima de la mesa a la hora de justificar un
sistema de gobierno u otro.
Creo que hay que empezar por lo primero y lo primero es una reforma de la
constitución española seria, profunda y adaptada a las nuevas circunstancias que
nos rodean. Una reforma donde se de cabida a todas aquellas sensibilidades que
cohabitan en España y donde se marquen las lineas fundamentales del estado de
derecho, modificando y adaptando todas aquellas normas promulgadas en la
primera constitución de la democracia española, que se han quedado obsoletas con
el paso del tiempo y la evolución lógica de nuestra sociedad.
Aquella constitución sirvió para lo que sirvió. Negar esto es absolutamente ridículo.
Fue el paso de una dictadura a una democracia, fue el paso de una sociedad
marcada por las prohibiciones y limitaciones a una sociedad moderna donde todas
las opciones ideológicas, políticas, sexuales y demás muestras de libertad de
expresión tenían cabida. Todo esto es para lo que ha servido la primera
constitución aprobada por el pueblo español en el ejercicio de su libertad mas
absoluta. Y esto ya es mucho.
Ahora bien, pretender cargarse de golpe y por la vía de las manifestaciones un
sistema de gobierno que ha servido para modernizar nuestro país me parece un
completo despropósito.
Los partidos políticos democráticos que están en contra de un sistema de gobierno
con un rey elegido a dedo y consecuentemente están a favor de otro sistema mas
avanzado, según su pensamiento, en el que a ese “Rey” lo elegiríamos todos
mediante las urnas, lo tienen muy fácil. Tan fácil como proponerlo como punto
primero en sus programas electorales y si los ciudadanos están de acuerdo,
llevarlo a efecto y cambiar el “statu quo” actual.
Les voy a hacer yo parte de su trabajo y voy a redactar el punto primero de su
programa electoral para las próximas elecciones generales. Rezaría así: “El partido....... (PSOE, CC, CIU, PNV, IU, PODEMOS,ETC) propone a los
ciudadanos del estado español que, en el caso de contar con la mayoría suficiente
en las Cortes Generales, Congreso de los Diputados y Senado, procederemos a
realizar cuantas cuestiones legales sean de necesidad con el fin de modificar la
Carta Magna que rige nuestro ordenamiento y de esta manera proceder a cambiar el
actual sistema de Monarquía Parlamentaria por el de una República. Así mismo y si
esa misma mayoría ciudadana nos lo permite, cambiaremos todas aquellas normas
de obligado cumplimiento que impiden el libre desarrollo de los ciudadanos en
igualdad, tales como el aforamiento judicial que protege a los cargos públicos
salidos de unas elecciones generales y que les blindan ante los tribunales
ordinarios de justicia, modificaremos el actual sistema de elección de jueces y
magistrados de las mas altas instancias judiciales españolas con el fin de que no
sean elegidos en función de cuotas de poder político y de esta manera perderían su
dependencia del partido que gobierne y acabaremos con los privilegios que tienen
los congresistas, senadores, ex ministros, ex presidentes de gobierno y demás
altos cargos de la administración con el fin de igualarlos al resto de los ciudadanos
que les han elegido.”
Creo que para empezar un programa serio de gobierno este seria un buen punto de
partida.
Después este punto se podría enlazar con muchos mas que harían de un programa
electoral una verdadera carta magna de los partidos donde primarían los intereses
de los ciudadanos muy por encima de los de los políticos elegidos.
Si esto se cumpliera hasta yo me haría republicano pero mucho me temo que como
el gran problema de los ciudadanos no es ni sera nunca escoger entre un Rey y un
Presidente de la República, creo que habría que empezar por lo mas sencillo y
practico que no es otra cosa que regular las funciones reales de Felipe VI,
definiendo cual es realmente su labor en beneficio del Estado Español y después de
eso realizar una profunda reconversión de las estructuras políticas que es donde
realmente esta el verdadero cáncer de nuestra sociedad.
Y créanme si les digo que esto ultimo es lo mas difícil ya que por una parte quien
tiene que llevar a cabo esa reconversion es precisamente aquellos a los que no les
interesa perder todo lo conseguido, los políticos.
Y por ultimo, cuidado con aquellos que pregonan la utopía política como forma de
gobierno porque mezclan realidades con ficciones y en la mayor parte de las veces,
las ficciones son mucho mas abundantes y perniciosas que las realidades que
proponen, Si a un calvo le prometes que, si te vota, con veinte minutos de
tratamiento bajo un aparato que te vas a inventar le va a salir la melena del Sevilla,
luego no le cuentes, una vez obtenido su voto, que el problema es que su genética
le imposibilita cualquier posibilidad de dejar de ser calvo.