Armonía
Por Ramón Pérez Hernández
El término «armonía» deriva del griego ἁρμονία (harmonía), que significa ‘acuerdo, concordancia’ y éste del verbo ἁρμό (harmozo): ‘ajustarse, conectarse’. La palabra armonía tiene diversas definiciones. Los griegos empleaban este término para representar el “perfecto equilibrio” en el ser humano tanto en lo referente a su estado físico como intelectual, lo que producía una determinada forma de actuación durante el transcurso de su vida. “Wikiquote”, la colección libre de citas y frases célebres dice que la armonía “es la unión proporcionada y simultánea de varios elementos, que resultan integrados en una única y conveniente combinación”. Se aplica a personas, organizaciones, etc. , que se complementan. "La paz y la armonía constituyen la mayor riqueza de la familia." (Benjamín Franklin). "A los niños hay que educarlos con amor, amistad y responsabilidad." San Juan Bosco.
Y pregunto: ¿Qué ocurre en Lanzarote, en nuestra tierra?. ¿Por qué no una minúscula porción de armonía entre los políticos?. ¿Es que solo valen los depravados intereses personales y partidistas?. ¿Qué clase de amor, amistad y responsabilidad recibieron esas personas que practican la “política”, de sus padres., abuelos, tíos…?.
Con el inesperado último peliculón de “desolación política” entonado en el Cabildo (el jueves 25.11.2010 lo visioné en Periódico digital), me quedé de una pieza. ¡Vaya unas cualidades orgánicas del todo poderoso Secretario General del respetable “PSOE” de Lanzarote!. El Sr. Espino Angulo se destacó tan expulsadamente que el Sr. Presidente tuvo que ordenarle el “abandono del Pleno” advirtiéndole, después de llamarle moderadamente la atención tres veces, “que conforme al Reglamento, ordenaba un receso para que las Fuerzas del Orden le obligaran a abandonar el Pleno ante el incumplimiento por el Secretario General del “PSOE”, Consejero del Cabildo D. Carlos Espino Angulo, que profirió descaradas e irritantes expresiones al Presidente de la 1ª Institución Insular D. Pedro Sanginés, evidente una malhablada sinrazón (al poco de excluirse juiciosamente Dª Manuela Armas del Pleno en el preciso momento que el Presidente le censuraba sus afirmaciones en rueda de prensa sobre Zonzamas, el Presidente –al que Dª Manuela no advirtió directamente, de su necesidad comprometida con su salud de irse del Pleno, ni al Secretario, solo lo comunicó a un Oficial el que, inauditamente, le dio la venia a Dª Manuela sin notificarlo previamente al Presidente para su formal conocimiento- éste [el Presidente] indicó a Dª Manuela diciéndole… “veo que usted abandona el Pleno probablemente abochornada”…). El Sr. Espino Angulo sobre la marcha, cuando el Presidente lo invitó a hablar, se hinchó… “recitando” al Presidente: ”usted cada día más mérito… ¡grosero!, ¡malcriado!; le acaba de dar una subida de tensión a la compañera y ¡se ha comportado usted como un ¡perfecto indecente!... ¡como un perfecto indecente!. Para este Pleno seguir lo primero que tenía que hacer usted es ¡pedir disculpas, es ¡pedir usted disculpas! (aquí el presidente le retiró la palabra, pero Espino ni caso y continuó hostigando a su aturdido mal gusto): ¡malcriado!, ¡indecente!, ¡malcriado!, ¡malcriado!, ¡pida disculpas!, ¡pida disculpas!, ¡pida disculpas!, ¡malcriado!, ¡indecente!, ¡canti…!. El Sr. Espino finalizó la vulgar perorata alzándose del asiento para abandonar el Pleno con su Grupo, sin antes expresar con la misma virulencia: ¡abandone usted ese tono chulo y prepotente!, ¡malcriado!, ¡malcriado!, ¡pida disculpas! ¡pida disculpas!..., ¡y le he pedido que se disculpe ¡malcriado!. ¡Yo se que usted acostumbra no hacerlo!, ¡yo se que usted acostumbra no hacerlo, salvo de noche cuando se le ocurre!… pero yo suelo pensar hombree… (¿?)”.